Reformas del Bienio Progresista de la Segunda República Española (1931-1933)

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El Bienio Progresista o Reformista (1931-1933)

Tras las elecciones, Niceto Alcalá-Zamora fue elegido presidente de la República y Manuel Azaña presidente del Gobierno. El gobierno de Manuel Azaña llevó a cabo una serie de reformas:

Reforma Religiosa

La Iglesia había apoyado siempre a la monarquía y a los partidos de derechas. El gobierno de Azaña, de acuerdo con la nueva Constitución, que no reconocía como oficial la religión católica, anunció a la Iglesia que retiraría las ayudas en un plazo de dos años. Además, se cierran todas las escuelas católicas. La Iglesia se sintió también molesta por la aprobación del divorcio y los matrimonios civiles, así como por la expulsión de los jesuitas.

El principal incidente se produjo con el arzobispo de Toledo, que fue detenido en la frontera con armas. Para evitar el escándalo, el gobierno exigió al Vaticano que abandonara España, lo que así ocurrió.

Reforma Militar

Manuel Azaña decidió asumir el Ministerio de la Guerra por ser el más complicado. La primera reforma que se planteó fue reducir el número de mandos que tenía. A estos se les ofreció la posibilidad de jubilarse con el sueldo íntegro. Si preferían mantenerse en activo, tenían que jurar fidelidad a la República. La mayoría optó por la jubilación, lo que permitió a Azaña contar con gentes afines a la República. Para reducir el número de mandos, se mantuvieron abiertas solo dos de las cinco academias militares. También reorganizó el cuerpo de intendencia y aumentó el presupuesto para la aviación.

Reforma Educativa

El principal objetivo del ministro de Educación, Marcelino Domingo, consistía en hacer que las altas tasas de analfabetismo disminuyeran. Además, de acuerdo con la Constitución, la enseñanza primaria era obligatoria y gratuita, por consiguiente, para cumplir con este principio era necesario construir aproximadamente 27.000 escuelas. Con el fin de construir estas escuelas, el ministro negoció con los ayuntamientos construirlas entre ambos. Después de dos años, el ministerio no había logrado la plena escolarización, aunque sí avanzó mucho.

El ministro también puso en marcha bibliotecas ambulantes o grupos de teatro como el dirigido por García Lorca, La Barraca, quien durante el verano se dedicaba a representar obras teatrales de Lope de Vega o Calderón por todos los pueblos.

Reforma Social

El ministro de Trabajo fue el socialista Largo Caballero. Su primer objetivo fue reducir las altas tasas de desempleo que había provocado la crisis económica. Por esta razón, se estableció un control de la jornada laboral, se prohibieron las horas extras, se aprobaron nuevas leyes de contratación, se consideraron accidentes laborales los ocurridos en el sector agrario y se reguló el derecho a la huelga.

Las medidas tomadas por el gobierno de izquierdas resultaron insuficientes para los sindicatos anarquistas, quienes convocaron huelgas y manifestaciones con la finalidad de presionar al gobierno de izquierdas de cara a la opinión pública.

Reforma Regional (Autonómica)

De acuerdo con la Constitución, para que una región consiguiera la autonomía era necesario que esta cumpliera tres condiciones:

  • Que la mayoría de los ayuntamientos lo solicitaran.
  • Que la mayoría de los ciudadanos de la región lo apoyaran.
  • Que el estatuto fuera aprobado por las Cortes.

Cataluña fue la primera región en iniciar el proceso. Las dos primeras condiciones se cumplieron rápidamente, pero la tercera chocó con la oposición de los partidos de derechas, que temían que la autonomía fuera el principio de la desintegración de España.

Mientras en Madrid se estaba discutiendo la aprobación del estatuto, en Sevilla, el general Sanjurjo dio un golpe de Estado que fue rápidamente controlado por el gobierno. Este hecho hizo que los partidos de derechas aceptaran el estatuto de autonomía. El objetivo era presentar un frente unido a favor de la República y de la legalidad vigente. En septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía Catalán. Francesc Macià fue el primer presidente de la Generalitat, que fue sustituido meses después por Lluís Companys, ambos miembros del partido de Izquierda Republicana.

El resto de las regiones también iniciaron el proceso para conseguir la autonomía.

Reforma Agraria

El gobierno de izquierdas debió asumir una reforma agraria que hacía tiempo que se tenía que haber puesto en marcha. Se decidió expropiar todas aquellas tierras que no fueran cultivadas o no fueran directamente cultivadas por sus propietarios o, siendo tierras de regadío, se cultivaran en ellas productos de secano. Las tierras expropiadas pasaron a ser controladas por el Instituto de Reforma Agraria. Este organismo, en contacto con los ayuntamientos, repartiría las tierras entre los jornaleros, los cuales tendrían como única obligación entregar al año siguiente una parte de la cosecha.

Las expropiaciones fueron muy lentas porque muchos propietarios recurrieron a los tribunales, los cuales paralizaban la expropiación hasta que los tribunales firmaran sentencia. Esta lentitud hizo que algunos jornaleros ocuparan las tierras sin ser expropiadas, lo que obligó a la intervención de la Guardia Civil. Los incidentes más graves tuvieron lugar en Casas Viejas, donde se produjo la muerte de algunos campesinos. Azaña, ante estas circunstancias, decidió optar por la dimisión.

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