Recreación literaria de los mitos: cinco modos actuales

El escritor actual persigue una recreación y utilización sesgada y novedosa de los mitos. Juega con ellos y con el recuerdo que el lector tiene de las antiguas historias, manipulando los esquemas clásicos para divertir al lector, buscando sentidos nuevos en los episodios narrados. C. García Gual propone cinco modos de empleo literario de los mitos entre los autores actuales: la alusión; la amplificación novelesca; la prolongación; la ironía; y la reinterpretación subversiva. En todos los casos, esa reaparición de los mitos se presenta recargada de una intencionalidad distinta a la originaria.

El mito aludido en la poesía

El mito aludido es muy frecuente en la poesía. Se trata de evocar una escena mítica en un contexto ajeno. Es, por ejemplo, el empleo que hace de él C. Cavafis en su famoso poema “Ítaca”, donde el viaje del héroe clásico representa la trayectoria vital de todo ser humano. Sirvan también como ejemplos algunos sonetos de Garcilaso.

El mito novelado

El mito novelado consiste en aportar al relato tradicional un ritmo narrativo diferente, ampliando sus escenas, dando a la narración un sentido realista, insertando diálogos y descripciones psicológicas de los personajes... en fin, narrando el mito en el molde de una novela. Se trata de una labor de amplificación a partir del texto original (amplificatio), presente ya en la Vida de Teseo, una biografía del héroe griego escrita por Plutarco e incluida en sus Vidas paralelas (s. I y II d. C.).

El mito prolongado

El mito prolongado aparece cuando un escritor actual añade por su cuenta nuevos episodios a una saga antigua. Así, el escritor griego Nikos Kazantzakis escribió en 1938 una prolongación de la Odisea, añadiendo 33.333 versos al poema épico de Homero. O como hizo el poeta romántico P. B. Shelley cuando publicó en 1820 un Prometeo liberado que continuaba las tragedias de Esquilo.

El mito ironizado

El mito ironizado muestra como en los tiempos modernos se retoman los relatos clásicos con escepticismo e ironía. El escritor moderno muestra la distancia que le separa del texto fabuloso, pero también los significados que este puede ofrecer en el contexto de la modernidad. La gran novela de J. Joyce, Ulysses (1922) es el mejor ejemplo de este tratamiento mítico, al parodiar con humor el mito originario.

El mito subvertido

El mito subvertido nos propone una lectura ideológica de un mito que contrasta con el relato antiguo y altera completamente su intención primitiva. Es, por ejemplo, lo que hizo Christa Wolf con Casandra, novela que narra la guerra de Troya en clave feminista, desde la perspectiva de las víctimas femeninas de la guerra. En este relato los grandes héroes – Aquiles, Héctor, Agamenón – son fieras bestias, asesinos ensalzados por los poetas, frente a la veracidad y la razón de la desdichada Casandra1, símbolo trágico de la mujer justa esclavizada por una sociedad machista y belicista.

Los doce grandes dioses

Los dioses que habitan en el Olimpo forman una familia cuyo jefe patriarcal es Zeus. Los dioses de primer rango de esta familia olímpica, hijos de Crono y Rea, son: Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Hestia y Hades (en latín, Júpiter, Juno, Neptuno, Ceres, Vesta y Plutón, respectivamente). Estos seis forman la generación de los crónidas (los hijos de Crono), que tendrán hijos divinos o heroicos. De todos ellos, el “padre” por excelencia es Zeus.

Los hijos más famosos de Zeus

Los hijos más famosos de Zeus proceden de diversas madres, y figuran entre los dioses mayores. Son: Atenea (surgida de la cabeza de Zeus); Apolo y Ártemis (hijos de Zeus y Leto); Ares y Hefesto (de Zeus y Hera); Hermes (de Zeus y una ninfa, Maya); Perséfone (de Zeus y Deméter); Dioniso (de Zeus y Sémele, hija de Cadmo). A estos dioses se añade un gran héroe deificado, Heracles (hijo de Zeus y Alcmena, reina de Tebas); y la diosa Afrodita que, según unas versiones, nació del esperma de Urano y, según otras, de la unión de Zeus con la diosa Díone.

Todos viven en el Olimpo

Excepto Hades y Perséfone, y tienen su propio culto, sus fiestas, sus estatuas, sus templos y sacerdotes. En algunos lugares se ofrecía un culto corporativo, en conjunto, a los doce dioses, que son (entre paréntesis, su nombre en la mitología romana): Zeus (Júpiter), Hera (Juno), Poseidón (Neptuno), Deméter (Ceres), Atenea (Minerva), Afrodita (Venus), Ares (Marte), Hermes (Mercurio), Apolo (Febo), Artemis (Diana), Hefesto (Vulcano) y Dioniso (Baco).