El Realismo y la Literatura Contemporánea en España: Un Recorrido Histórico
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El Realismo
Los autores realistas de la segunda mitad del siglo XIX se proponían reflejar la realidad con una intención objetiva. Por ello, la literatura realista presenta estas características:
Características del Realismo
- Observación de la realidad. Los autores siguen un método riguroso de análisis de su realidad cotidiana contemporánea para lograr después un retrato exacto y verosímil del entorno social que les rodea (ambientes y personajes). Pretenden que su obra literaria sea un espejo de la vida.
- Retrato social. Los escritores realistas llevan a cabo una descripción de distintos ambientes sociales y personajes, pero la mayoría de las veces se centran en la vida y costumbres de la burguesía, a menudo con una intención crítica.
- Triunfo de la novela. El género narrativo por excelencia, la novela, se convierte en el vehículo idóneo para la literatura realista. El novelista suele adoptar el punto de vista del narrador omnisciente (en 3ª persona), desarrolla la introspección psicológica de los personajes y utiliza un estilo sobrio y detallista, adaptado en los diálogos a su condición social.
Autores Destacados del Realismo Español
Entre los diversos narradores realistas españoles de la época destaca Benito Pérez Galdós, que fue el creador de grandes y numerosas novelas como Fortunata y Jacinta, La desheredada, La de Bringas, Miau, etc. Todas ellas constituyen un fiel retrato de la sociedad de su tiempo y convierten a su autor en un auténtico cronista social del siglo XIX. Asimismo, Leopoldo Alas «Clarín» con su obra, La Regenta, supone la culminación del realismo.
Influencia del Naturalismo
En su final, la literatura realista recibió el influjo del Naturalismo francés. Este desarrollaba al máximo los postulados del realismo e incluía los aspectos más sórdidos de la realidad como producto del determinismo social.
La Literatura Contemporánea
La Literatura desde la Posguerra hasta la Actualidad
Al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el mundo queda dividido en los dos bloques que establece la Guerra Fría y Europa recupera poco a poco su estabilidad política, económica y social, pero también moral. Siguen vigentes algunas corrientes ideológicas que darán lugar a una literatura comprometida socialmente, a la vez que se renuevan las tendencias experimentales en lo artístico. A partir de la década de 1960 se viven grandes cambios que generan un nuevo clima cultural y el desarrollo de la sociedad de consumo.
Décadas Clave en la Literatura de Posguerra
- La década de 1940 da lugar a una literatura existencial que muestra la angustia vital, el rechazo del entorno y la inquietud religiosa.
- La década de 1950 deriva hacia lo social, que supone una visión comprometida con la realidad, un afán de transformación de la sociedad y una forma de oposición a la dictadura.
- La década de 1960, con el desarrollismo y el inicio de la apertura de España, se reciben influencias del exterior que generan una gran renovación técnica y culminan en el experimentalismo de la década de 1970, que afectan sobre todo a la expresión artística.
- A partir de la década de 1980, la literatura ofrece un panorama de gran diversidad de tendencias.
La Poesía desde la Posguerra hasta la Actualidad
Década de 1940
En la década de 1940, según Dámaso Alonso, la Generación del 36 agrupa a una serie de poetas que cultivan dos líneas diferentes:
- La poesía arraigada que muestra mediante formas clásicas el sentimiento religioso y una visión del mundo como un todo ordenado y coherente.
- La poesía desarraigada, de línea existencial. Esta última expresa mediante imágenes desgarradoras y versos libres la angustia del ser humano y sus dudas religiosas ante un mundo caótico y sin sentido. En esta última vertiente destacan, además de Dámaso Alonso: Victoriano Crémer, Eugenio de Nora, Blas de Otero y Gabriel Celaya.
Década de 1950
En la década de 1950, la tendencia desarraigada deriva hacia la poesía social que a su vez deriva en la poesía de la experiencia, que retoma el intimismo sin abandonar la preocupación por lo humano ni el compromiso moral o político, con una actitud inconformista o escéptica. Estos poetas de la generación de los niños de la guerra, utilizan un estilo antirretórico y conversacional, pero denso y depurado con rigor, que incluye a veces la ironía y emplea libremente la versificación. Destacan Ángel González y los poetas de la llamada Escuela de Barcelona: Jaime Gil de Biedma.
Década de 1970
En la década de 1970 aparece reunido en la antología Nueve novísimos poetas españoles un grupo de autores nacidos tras la guerra que manifiestan la nueva sensibilidad cultural de la Generación del 68. Estos Novísimos, de gran vocación experimental y vanguardista, recogen diversas influencias e incorporan con actitud inconformista referencias culturalistas de todo tipo, como acontecimientos y personajes históricos, el cine, la música, los cómics, la radio y la televisión, etc. Destacan Ana Mª Moix y Manuel Vázquez Montalbán.
Década de 1980
En la década de 1980, destacan tendencias como la vuelta a la poesía de la experiencia en la línea de Gil de Biedma, al experimentalismo vanguardista, al clasicismo, etc.
Blas de Otero
La obra poética de este autor es un claro ejemplo de las etapas que sigue la poesía española desde la posguerra. Su poesía se inscribe dentro de la línea de la poesía desarraigada y expresa hondas preocupaciones existenciales y religiosas a través del soneto, que se recogen años más tarde en Ancia (1958). Seguidamente deriva de las inquietudes del yo a las de los humanos en general (nosotros) e inicia una poesía de intención social que reclama libertad y justicia con Pido la paz y la palabra (1955) y se prolonga en Que trata de España (1964).