Realidad y Sustancia en el Pensamiento de Descartes: Cogito, Dios y Mundo Corpóreo
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Realidad en Descartes
Descartes emplea como sinónimos las palabras sustancias y cosas (Res), es decir, que la sustancia es lo concreto, lo existente. Del “COGITO” deduce las tres clases de sustancias: res cogitans, res infinita, y res extensa.
A) Sustancia pensante (res cogitans). Antropología cartesiana:
El yo que piensa se encuentra con una realidad que está escindida en dos: el cuerpo y el alma. El cuerpo debe entenderse como una materia constituida por la extensión. El alma debe entenderse como un espíritu que está constituido por el pensamiento como una cosa completamente distinta del cuerpo y que no necesita de él para ser, para pensar; el pensamiento es independiente de la materia, del cuerpo, de los sentidos. La comunicación de estas dos realidades se lleva a cabo a través de la glándula pineal, es el lugar del cerebro donde el alma hace sentir su eficacia hacia todas las partes del cuerpo.
B) Sustancia infinita (res infinita). Dios:
Lo único de lo que estoy cierto hasta ahora es de que soy un ser pensante, de todo lo demás dudo.
Precisamente porque dudo me siento como un ser limitado, imperfecto, porque sería más perfecto no dudar, tener certeza de las cosas. Es decir, me contemplo como un ser finito, pero no sería posible tener el concepto de lo finito sin la idea de lo infinito, perfecto, y esta idea ha sido puesta por una naturaleza más perfecta que yo, solamente puede proceder del mismo ser infinito, de Dios; luego Dios existe. Descartes admite también el argumento ontológico de san Anselmo de Canterbury (criticado por Sto. Tomás). Descartes no prueba la existencia de Dios a partir del propio pensamiento. Hay un salto del plano del conocimiento al de la existencia.
C) El mundo corpóreo (res extensa):
Descartes trata ampliamente el mundo corpóreo en un libro que dejó sin publicar “Tratado del mundo” por el temor que le causó la condena de Galileo. El mundo es concebido por Descartes según el modelo de la “máquina” (mecanicismo cartesiano; inmutable), todo se reduce a materia y movimiento y la materia no es otra cosa que extensión.
Acerca de por qué se mueve la “máquina” del mundo, la única contestación es esta: Dios es la primera causa del movimiento, y conserva siempre la misma cantidad de movimiento en el mundo. De la misma inmutabilidad divina, se derivan las tres leyes de la naturaleza que son obtenidas a priori, no por inducción.
1ª ley de la naturaleza
Principio de inercia; cada cosa permanece en el estado en que se encuentra. Si algo se mueve está moviéndose si no hay una fuerza que lo pare.
2ª ley de la naturaleza
Todo cuerpo que se mueve tiende a moverse en línea recta.
3ª ley de la naturaleza
El movimiento tiende a conservarse. Se trata de un método deductivo a partir de Dios como creador y conservador del mundo. Prescinde de la experiencia y procede de las causas a sus efectos; la física, el mundo, la res extensa, son una serie de largas cadenas deductivas que parten de las causas primeras.
El mundo existe: las sensaciones que tenemos de extensión, como la longitud, la anchura y la profundidad no las hemos fabricado nosotros con nuestra mente, no son producto del “CÓGITO”, son algo objetivo y real causado por algo exterior a la mente.