El Racionalismo de Descartes

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Introducción

En los siglos XVII y XVIII se producen una serie de cambios en diferentes ámbitos. En el ámbito social, el clero y la nobleza pierden privilegios y se ensalza la burguesía que se convierte en el agente de transformación más importante de este nuevo mundo. En el plano económico, se produce un cambio de un modelo basado en la agricultura a una economía basada en el comercio y la manufactura. Este cambio produce una necesidad de conocimiento para crear nuevas tecnologías donde aparece el problema de la necesidad de un método de conocimiento.

Características Generales

Descartes acepta que la razón es la esencia del hombre y, por tanto, esencia única y universal, igual para todos. Por otro lado, comprende a las matemáticas como el modelo de funcionamiento de la razón, de manera que cuando hablamos de razón cartesiana nos referimos a racionalidad matemática.

Descartes: El Método y su Fundamentación

Para construir su método, Descartes toma como modelo a la única ciencia que había alcanzado resultados seguros: las matemáticas; aunque también hay que saber que dicho método puede aplicarse universalmente.

  • Regla de la evidencia: solo podemos aceptar como verdadero aquello que la mente vea con claridad y distinción.
  • Regla del análisis: dividimos un problema en tantas partes como sea posible hasta llegar a partes simples que no se puedan dividir más. Tales “partes” son las que la mente capta como verdades evidentes.
  • Regla de la síntesis: cuando ya tengamos dichas partes simples de la regla del análisis operamos con ellas.
  • Regla de las enumeraciones y revisiones: consiste en hacer enumeraciones completas y revisiones generales de todas las cosas y no omitir nada.

En el paso uno, de la duda a la primera evidencia: consideramos falso todo de lo que podemos dudar. Dudamos de lo que nos aportan nuestros sentidos ya que estos a veces nos engañan, e incluso del conocimiento matemático puesto que podemos suponer la existencia de un Genio Maligno que ha construido a nuestra conciencia lógico-matemática y a la realidad a partir de diferentes leyes. Ahora bien, este Genio puede hacer que dude de todo menos de que es verdad que yo dudo, por tanto puedo obtener una primera verdad: si soy algo que duda, piensa. Esta primera verdad va a funcionar como axioma del que se van a derivar los siguientes teoremas.

En el paso dos, de la evidencia del yo pensante a la evidencia de Dios: la fundamentación definitiva del método: la existencia del pensamiento solo nos garantiza que tenemos ideas, estas pueden ser de 3 clases distintas:

  • Ideas facticias: aquellas que construye mi imaginación combinando con otras que ya tiene.
  • Ideas adventicias: aquellas que forma mi mente al ser afectada por el mundo exterior a través de los sentidos; pertenecen, pues, al conocimiento empírico.
  • Ideas Innatas: aquellas que se encuentran en nuestra mente desde que nacemos antes de cualquier experiencia o percepción del mundo. Podemos decir que existe al menos una idea innata, la idea de Dios. No puede ser adventicia pues ni tengo conocimiento empírico de Dios. Tampoco es facticia ya que, recurriendo al argumento ontológico de San Anselmo, mi pensamiento imperfecto y finito no ha podido fabricar la idea de un ser absolutamente perfecto e infinito, por tanto, este ser debe existir como causa de mi idea. Si Dios es infinitamente perfecto, es infinitamente bueno, por tanto no me engaña y no puede ser genio maligno, y que no me engañe quiere decir que crea al pensamiento siguiendo el mismo parámetro que el mundo. Lo importante es que Descartes ha colocado a las matemáticas como igual a Dios.

La Ontología Cartesiana: La Teoría de las 3 Substancias

Descartes propone 3 tipos de substancias: la Res Extensa (la materia), la Res Pensante (el pensamiento) y la Res Divina (Dios, o substancia infinita). Al igual que la ciencia de su época, Descartes mantiene una visión atomista y mecanicista en lo relativo a la res extensa. Este modelo ontológico presenta el problema, entre otros, de la comunicación entre las substancias en el ser humano, concebido en términos dualistas como un compuesto de cuerpo (res extensa) y alma (res pensante). ¿Cómo pueden comunicarse en el hombre el pensamiento y la materia? Descartes soluciona esto con la existencia de un “canal”, situado en la glándula pineal, por el cual se comunican el cuerpo y la mente.

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