Pueblos prerromanos en la península ibérica

Pueblos prerromanos: los colonizadores fenicios y griegos

La presencia de fenicios y griegos supuso un cambio radical en la evolución de los pueblos que marcaron el paso de la fase prehistórica a la histórica en este territorio. La colonización fenicia fue la más temprana e intensa. La lideraba la ciudad de Tiro, que lideró la exploración de las rutas del Mediterráneo en busca de materias primas. Primero fueron mercaderes fenicios y luego colonos en la zona del estrecho de Gibraltar. Los fenicios fundaron numerosos asentamientos, Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñécar). Tuvo un profundo impacto entre las poblaciones autóctonas. Se denomina periodo orientalizante. La principal aportación fue la introducción de la escritura en la península. La influencia de los fenicios es la clave para comprender el desarrollo de la cultura tartésica, en el bajo Guadalquivir y en Extremadura. La herencia fenicia perduró. A partir del siglo 4 a.C hubo otra influencia que es la ciudad de Cartago, responsable de la fundación de Carthago Nova (Cartagena). La colonización griega fue mucho menos intensa. La ciudad que lideró fue Focea, en la península ibérica. Destacaron: Rhode (rosas) y emporion (Ampurias) en Gerona. A partir del s 4 a. C. la influencia griega fue decisiva en la actual Comunidad Valenciana

Celtas e iberos en vísperas de la conquista romana

La península ibérica estaba ocupada por un heterogéneo conjunto de pueblos. La principal fuente de información es de carácter arqueológico, se puede complementar con los datos griegos y romanos y las inscripciones en las lenguas locales. Los pueblos compartían rasgos culturales y lingüísticos. Dos grandes grupos: los iberos ocupaban (s 6 al 2 a.C.) un amplio territorio que iba desde el sur de Francia hasta el alto Guadalquivir, Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia, Albacete, Jaén, Almería y Granada. Desarrollaron una rica y compleja cultura organizada en torno a ciudades-Estado aristocráticas algunas de notable importancia como Cástulo (Linares), Ilerda (Lérida). La sociedad era tribal y estaba muy jerarquizada en función del poder económico y militar. Su base económica era la agricultura y la ganadería. Trabajaban en la minería, artesanía y metalurgia. Tenían moneda propia y desarrollaron el arte funerario o religioso (Dama de Elche). Uno de sus rasgos culturales más distintivos fue el desarrollo de la cultura escrita. Conservamos numerosas inscripciones intraducibles. Los pueblos celtas ocuparon el interior de la península ibérica, la cornisa cantábrica y el actual Portugal entre los s 5 y 1 a.C. Su desarrollo era inferior al de los pueblos iberos de la costa mediterránea. En el interior peninsular destacan los Celtíberos, que ocupaban el territorio correspondiente a las actuales provincias de Soria, Guadalajara, Zaragoza y Teruel. Su violenta oposición a la dominación romana en el s 2 a.C. (las llamadas “guerras celtibéricas”). Conservamos un importante número de inscripciones en lengua celtibérica, las más importantes de Botorrita