Psicología del montaje: la cuarta dimensión fílmica

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PSICOLOGÍA DEL MONTAJE

Imagen como signo: este signo no debe perder contacto con la realidad de donde ha partido. La imagen es objetiva y concreta y solo por implicación se convierte en signo, en potencia, la cual es abstracta.

Importa satisfacer la lógica de lo real antes de alcanzar alguna significación, pero no es solo “registrar comportamientos” de manera objetiva e impersonal.

Esta alternancia de imágenes se puede usar de muchas maneras, ni bien ni mal, pero si puede quedar mejor o peor. Se puede subordinar el acto a la idea, conceptualizar y estereotipar lo real o aprovechar este acto para extraer de él conceptos sin falsear nunca la realidad sensible.

Tiene que respetarse la unidad espacial del acontecimiento desde el momento en que su ruptura transformaría la realidad de su simple representación imaginaria. Como situar en un mismo plano a los protagonistas de la escena, para definir el espacio del drama y el lugar de la acción. Este plano puede llegar antes y que lo que siga sea una fragmentación de detalles de un conjunto conocido, o llegar después, y unir en un mismo espacio detalles que estaban en ausencia espacial. El montaje crea un espacio seudorreal. Es una representación imaginaria. Esta puesta en situación es estructurar el espacio del drama y componer la imagen.

Diferencia entre estar desde una perspectiva en el teatro y el necesario cambio de planos en el cine

Al estar ausentes las cosas representadas hay que subrayarlas y articular las relaciones de un mundo. También las palabras tienen menos importancia que los actos, y estos deben ser seguidos en su constante movilidad. Mientras que en el teatro se nutren más de las palabras que de los hechos.

Nuestra percepción de las cosas es tan discontinua como la mostrada en los films. Creamos una visión global con visiones fragmentarias, una sucesión de aspectos esenciales.

El choque entre plano y plano no debe ser experimentado como tal, sino que debe coincidir con las necesidades expresivas. En la discontinua sucesión de los planos fílmicos no existe discontinuidad de espacio, movimiento, acción; solo del punto de vista. Si hay cambio de espacio y tiempo, la atención guiada por el hilo de la historia reencuentra la unidad del mundo considerado.

Planos: los cambios de plano deben ser conducidos por la acción o desplazamiento de los personajes. Responder a necesidades dramáticas. Asimilados a movimientos psicológicos relativos a los personajes del drama, o determinados por el interés que el drama debe suscitar en el espectador.

Anticipación perceptiva: nexos de causalidad. Comprensión de un conjunto de relaciones por simple asimilación.

Plano corto vs plano largo.
Y lo que dice al final ni idea. Releer.

Eisenstein. La cuarta dimensión fílmica.

Montaje ortodoxo: es el montaje sobre el dominante, sobre las indicaciones dominantes como tempo, longitud de tomas, etc. Tomas lado a lado tienen efecto expresivo. El dominante nunca es absoluto. Una revelación de las características del dominante depende de la combinación de tomas, que a la vez depende del dominante.

Toma guía o toma identificadora: la que de inmediato bautiza a toda la secuencia y se la lleva en una dirección u otra. Que esté lo más cerca posible del inicio de la secuencia.

Pero el estímulo central es siempre sostenido por todo un complejo de estímulos secundarios.

Si se explotan estas vibraciones colaterales, que son del propio material filmado, podemos lograr el complejo sobretonal de la toma (principio del sobre tono visual). Entonces no se construye sobre dominantes particulares, sino tomando como guía el estímulo total mediante todos los estímulos. Estos son heterogéneos en cuanto a sus naturalezas extremas, fisiológico porque son psíquicos a la percepción. La toma queda como un resumen fisiológico de sus vibraciones como un todo. Igual hay combinaciones de montaje tonal y sobretonal

Montaje adominante: el dominante aparece en la forma de una pura formulación de la tarea. La impresión de realidad se trata de poner en situación, en relación entre sí a los personajes del drama

Los conflictos sobretonales pueden ser previstos pero no se escriben en la partitura, solo surgen al ser proyectados.

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