Psicología Infantil

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  1. ¿Qué ocurre al convertir la literatura infantil en un producto excesivamente didáctico?


    La comprensible conexión entre escuela, infancia y literatura ha lastrado históricamente el producto infantil de un excesivo didactisrno, hasta llegar a confundir lo literario con lo didáctico, pedagógico o ejemplarizante y con ello confundir al lector o lectora acerca de lo que podía encontrar en su lectura: nada de placer sino mucha lección variada acerca del tipo de persona que la sociedad espera de un lector en formación vital.
    Modelos de infancia según Saiz Ripoll. Saiz Ripoll (1992: 7-13), considera seis modelos de infancia, a través de los cuales la literatura infantil española ha reflejado en el Siglo XX sus propuestas socializadoras:

    1875-1902:


    Prototipo cuentos de Calleja

    El modelo de mundo que se propone en ellos es el modelo adulto. El modelo de niño que propone Calleja es el de niño ejemplar.

    1902-1939:


    Prototipo El Camaradade José Dalmau. El modelo de niño que se propone aquí es el de niño sumiso, que acepta cualquier mandato sin ponerlo en tela de juicio, que es bueno por decreto, por imposición.

    1939-1950:


    Prototipo Antoñita la fantásticade Borita Casas. Antoñita ya no es la niña modelo, buena sin más, sino una niña más compleja, de carne y hueso. Antoñita encarna el rol de niña traviesa.

    1951-1962:


    prototipo Marcelino Pan y Vinode José Mª Sánchez Silva. El rol que encarna es el de niño travieso-ejemplar, uniendo aspectos de las dos décadas anteriores, hermanándolos.

    1962-1973:


    Prototipo El Polizón de Ulisesde Ana Mª Matute. Jujú, el protagonista, empieza a ser, de forma aún vacilante, un niño rebelde que se reserva para sí una parcela de su personalidad a la que sólo él tiene acceso. Jujú abre el camino de la autonomía a otros niños. Encarna el modelo de niño rebelde.

    1973-1985:


    Prototipo La ciudad que tenía de todode Alfredo Gómez Cerdá y que presenta el modelo de niño independiente: "Aquí los niños son los únicos que reaccionan frente a una masa social alienada, son los únicos que advierten que los derechos del hombre están en peligro".

    ¿Cuál es el propósito de producir una literatura destinada a la infancia?

    El propósito, por tanto, no es producir una literatura de segunda clase para hacerla accesible a los niños, sino que, como dice Janer Manila (Valriu, 1994: 16), se trata de: "Favorecer el acceso a aquella literatura capaz de comunicar a los niños la emoción y el goce de leer, capaz de llevarlos hacia la realidad por los caminos de la imaginación creadora, por los caminos -¿por qué no?- del juego de leer, con la convicción cierta [...] de que en la conquista de la palabra escrita existe un camino implícito para la liberación y el conocimiento".

    Los propósitos son:

    despertar un pensamiento crítico, fomentar el placer por la lectura y enseñar valores.

    Siguiendo a Piaget, podemos establecer cuatro etapas:

    En el estadio sensoriomotor, que abarca desde el nacimiento del niño a los dos años, no tiene sentido hablar de literatura, salvo dentro del concepto globalizador atribuido a la expresión literatura infantil. Entre la etapa de los reflejos, que se alcanza hacia los cuatro meses, y la de la organización de las percepciones y hábitos.. El niño, por supuesto, no entiende nada de los que se le dice, pero manifiesta su alegría ante la melodía mediante la risa y el movimiento de manos. En la etapa de la inteligencia práctica o sensoriomotriz, que se extiende desde los ocho meses a los dos años es capaz de captar imágenes gráficas con pocas figuras. El estadio preoperacional va de los dos a los siete años. Se abre con la aparición de la función simbólica, que se organiza paralelamente a la adquisición del lenguaje. Admite operaciones fundamentales, como la representación, el juego simbólico y el dibujo o expresión gráfica, además, naturalmente, de la comunicación verbal. El inicio en la función simbólica le permite actuar sobre los acontecimientos interiorizando los esquemas de acción en representaciones y realizando imitaciones diferidas. Así logra reconstruir adquisiciones anteriores y, por ello, categorizar la realidad. El egocentrismo es la carácterística dominante del comportamiento intelectual del niño en este periodo y condiciona los procesos simbólicos que en él se            desarrollan. Rasgos propios del egocentrismo son el Realismo, el animismo y el artificialismo:
    -Por el Realismo el niño toma la perspectiva propia como objetiva y absoluta. -Por el animismo atribuye vida, es decir, intención y conciencia, a gran número de objetos inanimados. Aunque hay una limitación progresiva de los seres a los que imagina con vida. -
    artificialismo atribuye el origen de las cosas naturales a la acción explícita de un creador.
  1. le permite actuar sobre los acontecimientos interiorizando los esquemas de acción en representaciones y realizando imitaciones diferidas. Así logra reconstruir adquisiciones anteriores y, por ello, categorizar la realidad. El egocentrismo es la carácterística dominante del comportamiento intelectual del niño en este periodo y condiciona los procesos simbólicos que en él se desarrollan. Rasgos propios del egocentrismo son el Realismo, el animismo y el artificialismo: -Por el Realismo el niño toma la perspectiva propia como objetiva y absoluta. -Por el animismo atribuye vida, es decir, intención y conciencia, a gran número de objetos inanimados. Aunque hay una limitación progresiva de los seres a los que imagina con vida. -
    artificialismo atribuye el origen de las cosas naturales a la acción explícita de un creador. En su descubrimiento del mundo, todo es nuevo para el niño, por tanto entre sus intereses figura tanto lo normal como lo exótico, lo lógico como lo absurdo, todo lo cual abre perspectivas enormes para la literatura. El estadio de las operaciones concretas va de los siete a los once o doce años. Las operaciones concretas son las que sólo son aplicables a lo que puede ser manipulado, lo real, y no pueden basarse exclusivamente en enunciados verbales, y menos sobre hipótesis. Son operaciones mentales de interiorización de objetos concretos, reales y presentes. Estas operaciones suponen reversibilidad y coordinación, de modo que forman sistemas en los que cada operación tiene su inversa. Gran parte del desarrollo intelectual del niño consiste en crear agrupamientos que permitan organizar la realidad. Así el niño aprende a clasificar y seriar los objetos y a elaborar nociones científicas, de número, velocidad, tiempo, medida, etc. Así se genera la noción de conservación, según la cual las cantidades permanecen constantes a pesar de las transformaciones en su apariencia externa. El progresivo descubrimiento del mundo provoca curiosidad por las formas de vida de otros pueblos y de los animales. El pensamiento analítico induce a buscar mejor comprensión de las cosas. Del egocentrismo anterior pasa al sociocentrismo. La pandilla, como agrupación de iguales que comparten ideas y juegos, surge en este periodo y se ve favorecida por la convivencia escolar. Esta mayor relación alumbra nuevas dimensiones para el lenguaje y hace brotar sentimientos de amistad y de justicia. En su vida afectiva acredita mayor control y estabilidad. Y en el mundo de la fantasía, pese al mayor dominio, los límites entre lo fantástico y lo real no están todavía bien definidos. Aunque en las creaciones de tipo fantástico exige cada vez mayor coherencia interna. La literatura puede ejercer en este periodo gran influencia por la cantidad de modelos que ofrece con puntos de coincidencia en su forma de sentir y de pensar. La literatura fantástico-realista se acopla muy bien al niño de este periodo. De aquí sus preferencias por los cuentos fantásticos y las aventuras. El estadio de las operaciones formales se extiende entre los once y doce años y los quince. En este estadio el sujeto se libera de las dependencias de lo concreto e inmediato y accede a lo real como subconjunto de lo posible. El adolescente es capaz de razonar sobre hechos reales, pero también sobre proposiciones cuya veracidad desconoce, por lo que parte de hipótesis y saca conclusiones. O sea, se da el paso al pensamiento hipotético-deductivo. De la misma manera que también es capaz de hacer clasificaciones y seriaciones con agrupamientos de todos los modos posibles. Es decir, que puede aplicar operaciones a las operaciones y transformaciones a las transformaciones, lo que se llama combinatoria, según la terminología de Piaget.
    Se desarrollan así las nociones de proporción, probabilidad y causalidad, disociación de variables y dobles sistemas de referencia. Para llegar a este estadio hace falta alcanzar satisfactoriamente todas las adquisiciones del anterior.

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