El Proyecto Cartesiano: Método, Duda y la Primera Verdad
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El proyecto cartesiano de unificación del saber sigue el siguiente plan:
- Formulación de un método: Un conjunto de “reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales, el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero”. Como es conocido, las reglas que formula Descartes son las siguientes:
- Evidencia: Es la primera y más importante de las reglas del método. Consiste en aceptar como verdadero sólo aquello que se presente con “claridad y distinción”, es decir, con evidencia. Es el ejercicio de la intuición.
- Análisis (“resolución”): Es el método de investigación consistente en dividir cada una de las dificultades que encontramos en tantas partes como se pueda hasta llegar a los elementos más simples, elementos cuya verdad es posible establecer mediante un acto de intuición.
- Síntesis o método de la composición: Consiste en proceder con orden en nuestros pensamientos, pasando desde los objetos más simples y fáciles de conocer hasta el conocimiento de los más complejos y oscuros. Recomienda comenzar por los primeros principios o proposiciones más simples percibidas intuitivamente (a las que se llega mediante el análisis) y proceder a deducir de una manera ordenada otras proposiciones, asegurándonos de no omitir ningún paso y de que cada nueva proposición se siga realmente de la precedente.
- Enumeración: Consiste en revisar cuidadosamente cada uno de los pasos de los que consta nuestra investigación hasta estar seguros de no omitir nada y de no haber cometido ningún error en la deducción.
Formulación de unas reglas de moral provisional, ya que no es posible detener la vida, permanecer inactivo, en espera de que la razón encuentre la certeza que nos permita actuar adecuadamente. La moral provisional consta sólo de “tres o cuatro máximas” que se resumen en:
- Cautela: Obedecer las leyes y seguir las costumbres moderadas y comúnmente aceptadas.
- Evitar la indecisión: Admitir lo probable como si fuera verdadero.
- Estoicismo: Dominar los deseos antes que alterar el orden del mundo.
- Elegir la mejor ocupación entre las posibles: Para él, el conocimiento de la verdad según su método.
Desarrollo de las ciencias, comenzando con la metafísica, siguiendo con la física y concluyendo con las demás.
Duda Metódica:
Revisando lo aprendido en el pasado, Descartes no quiere conformarse con conocimientos más o menos probables o que parezcan ciertos en alguna medida. Para evitar errores o incertidumbres, el método cartesiano consiste inicialmente en emplear la duda para ver si hay algo absolutamente cierto capaz de resistirla.
Los rasgos básicos de la duda metódica son los siguientes:
- Es metódica y no escéptica: Con ello se quiere decir que no hay que confundirla con las dudas del escepticismo como movimiento filosófico. En su época había en Francia escépticos que creían imposible el conocimiento; sin embargo, Descartes emplea la duda precisamente para superar este escepticismo y tiene como objetivo encontrar una proposición que resista absolutamente cualquier duda imaginable. Además, la duda es una consecuencia de la primera regla del método: debo admitir como verdadero sólo aquello que se presente ante mi mente con absoluta claridad y distinción y, por lo tanto, con evidencia.
- Es universal: Pone en cuestión absolutamente todos los conocimientos, tanto los de sentido común y los basados en la percepción como los que tienen su origen en la investigación científica, incluida la propia matemática. El único tipo de creencias que no cuestiona expresamente es el relativo a las verdades religiosas: cuestiona la legitimidad de los sentidos y de la razón, pero no trata explícitamente de la legitimidad de la fe y la revelación.
- Es hiperbólica o exagerada: Con ello se quiere decir que es radical. Descartes no nos dice sólo que tenemos que dudar de aquello que, tras un examen o comprobación, veamos que es falso; esta es una recomendación de sentido común y un requisito mínimo del ejercicio de la razón. Su propuesta es mucho más radical: tenemos que dudar de aquello que vemos que es falso, pero también –y esto es lo esencial– de aquello que podamos plantear alguna duda, incluso en el caso de que no podamos mostrar que es falso; si nos cabe alguna duda, nos dice Descartes, podemos considerarlo como si realmente fuese falso.
- La duda propiamente no descubre verdades nuevas: Verdades en las que no creía al principio, antes de usar la duda metódica; antes de la duda creía en la veracidad de la matemática, de los sentidos, creía en la existencia de Dios, en la existencia del alma y de su inmortalidad; después de la duda cree también en estas proposiciones. ¿Qué ha ganado? Ha ganado evidencia. Antes creía en esos temas sin tener propiamente conocimiento.
- Es teorética, no práctica: Pone en cuestión los conocimientos y tiene como objetivo encontrar un conocimiento firme, pero no debe extenderse a la vida práctica, a la conducta. En la vida práctica es inevitable seguir opiniones que son solamente probables.
Primera Verdad:
El cogito (“cogito ergo sum”) es la primera verdad en el orden del conocimiento en dos sentidos: por una parte, porque es la primera verdad a la que llegamos cuando hacemos uso de la duda metódica, y en segundo lugar, porque a partir de ella podemos fundamentar todas las demás. Viene a ser el axioma básico a partir del cual desarrollar toda la filosofía como un sistema de conocimiento absolutamente fundamentado.
Es conveniente tener presente las siguientes aclaraciones:
- Aunque el filósofo francés presenta este conocimiento en forma inferencial (“luego…”), no hay que creer que llega a esta verdad a partir de una argumentación o demostración. El “cogito, ergo sum” es una intuición, es decir, una evidencia intuitiva, un acto mental que capta una realidad (idea) con claridad y distinción.