En prosas profanas como expresa Rubén Darío el paso del tiempo

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La trayectoria poética de Rubén Darío


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Vida:

Félix Rubén García Sarmiento (Metapa, Nicaragua, 1867-Nicaragua, 1916).Vive en Chile y Argentina. Embajador en España y otros países europeos. Bohemio. Alcoholizado, salud precaria. Intenta recuperarse en Mallorca. Regresa a Nicaragua, donde muere.

··Estética

Renovación formal de la poesía: sentido del ritmo y la sonoridad. Restablece el alejandrino. Síntesis definitiva de parnasianismo y simbolismo.
-Temas modernistas: paganos, exóticos, legendarios, cosmopolitas... Y la intimidad doliente.
-Estilo: variados tonos: lo frívoló, lo sensual, lo galante, lo refinado; y tono más íntimo con el paso del tiempo: la amargura, el dolor. Preocupación cívica en las obras de tema americano.
-Carácterísticas: deslumbrantes imágenes, fuerza sensorial, musicalidad, enriquecimiento de la métrica.
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Obra y trayectoria:


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Primera etapa

Estética evasiva; mundos exóticos, deslumbrantes. Predominan los elementos sensoriales: color, sonoridad, imágenes... A esta etapa pertenecen dos libros:
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Azul..

(1888). Cuentos en prosa y poemas finales. El libro, producto de la lectura de la poesía francesa, crea un mundo de hadas, princesas, centauros, cisnes y fuentes. El léxico poblado de objetos exóticos, la exquisitez aristocrática, el culto parnasiano de «el Arte por el Arte», implican un rechazo de la realidad burguesa, en la que Darío no quiere integrarse. De esta obra desconcertó sobre todo la prosa, más osada que el verso, pero también los ritmos insólitos, el brillo de las palabras, el tono insolente y la sensualidad. Entre los símbolos preferidos por Darío, destacan el color azul y el cisne.
En palabras de Darío, el color azul era «el color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico…».
El cisne condensa ingredientes paganos y sensuales (como mito griego del amor carnal) y sugiere el encanto de lo caballeresco legendario. Es emblema de lo blanco, símbolo de la pureza, del ideal, y portento de aristocracia.

·Prosas profanas
(1896). Consolidación de su estética: virtuosismo formal, musicalidad, esteticismo exacerbado y decadente. El libro que deslumbró tanto por sus innovaciones métricas como verbales.
Esta obra representa el Modernismo más refinado y exquisito y la búsqueda del esteticismo. La obra sorprendíó ya desde el título: prosa tiene un significado litúrgico; así se denomina, en la misa, a una secuencia que en ciertas solemnidades se dice o canta después de la aleluya o antes del evangelio; constituye, pues, un signo de la alternativa fascinación y repulsa de la poesía moderna hacia la religión tradicional. En cuanto a sus temas, Prosas profanas continúa, por un lado, la línea de evasión aristocrática de la realidad, y por otra, retoma la preocupación social de la primera época. En sus versos, Darío cuestiona qué es el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la muerte, la religión, la creación poética… Sin embargo, el tema por excelencia de Prosas profanas es el del placer erótico, que no excluye el sacrificio y la pena.



Segunda etapa


: Cantos de vida y esperanza (1905). El libro más denso y rico de Rubén. Cambio: lo pagano, lo erótico; tonos de inquietud, amargura; poemas de tema hispánicos («Letanía de Nuestro Señor Don Quijote», «A Cervantes»...); poemas políticos («Salutación del optimista», «Oda a Roosevelt»...). En esta obra, Darío manifiesta una expresión más sobria, aunque no elimina palabras brillantes ni innovaciones métricas. Darío insiste en su respeto por la aristocracia de pensamiento y por la nobleza del arte, y en su desdén por todo lo que implica mediocridad. Asimismo, se reconoce iniciador del Modernismo:
«El movimiento de libertad que me tocó iniciar en América se propagó hasta España, y tanto aquí como allá el triunfo está logrado». Del mismo modo, frente a la voluntad elitista de obras anteriores, expresa la novedad que significa salir de su «torre de marfil»:
«Yo no soy un poeta para muchedumbres, pero sé que indefectiblemente tengo que ir a ella». Su nueva misión será tratar asuntos políticos:
Ya que critica especialmente a Estados Unidos y recobra las raíces hispánicas: «Si en estos cantos hay política, es porque aparece unida a lo universal». Los temas fundamentales de Cantos de vida y esperanza son los problemas del mundo hispánico y la reflexión existencial de la voz poética.
En España ahora no solo ve el pasado colonialista, sino un principio que puede dar unidad a Hispanoamérica. Intenta revalidar la cultura hispánica.
También aborda temas de las civilizaciones precolombinas y del presente americano.
Darío mira con temor hacia el norte (EE.UU.). Por último, algunas composiciones expresan la situación de cansancio y amargura del poeta ante la vida transcurrida.
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Otros libros: interesantes, pero no ofrecen logros superiores a los ya conseguidos: El canto errante (1907), Canto a Argentina y otros poemas (1914).


Poesía

Antonio Machado (1875-1939)


Nace en Sevilla en 1875. Su padre era un notable estudioso del folclore y su abuelo, catedrático de Ciencias Naturales. Se cría en un ambiente liberal, muy próximo al krausismo. En 1883 se trasladan a Madrid, donde estudiará en la Institución Libre de Enseñanza y tomará contacto con la literatura: tertulias, vida bohemia, colaboraciones,… Pronto viaja a París, donde conoce a Darío. A su vuelta, obtiene la cátedra de Francés y es trasladado a Soria, donde conoce a su futura mujer, Leonor Izquierdo. Escribe Soledades. Galerías. Otros poemas. Vuelve a viajar a París, donde Leonor enferma. A su regreso, ella muere y él se traslada a Baeza. Termina Campos de Castilla y abandona la poesía por la filosofía. Más adelante, se traslada a Segovia, donde conoce a Pilar Valderrama, Guiomar de sus poemas: un amor de madurez. Escribirá Nuevas Canciones. Con la Guerra Civil, inicia su exilio a Collioure, donde morirá.//  Dentro de su producción poética es la primera etapa la propiamente modernista, en la que Machado parte de un planteamiento lírico-sentimental donde la escenografía de parques, jardines, atardeceres, se vuelve fundamental. En su elaboración, destaca la técnica impresionista y los valores connotativos de la adjetivación, así como las imágenes sensoriales. Su primer libro fue SOLEDADES (1903), ampliado en SOLEDADES, GALERÍAS. OTROS POEMAS (1907).Se trata de una obra en la línea modernista ya apuntada, que junta el intimismo de Bécquer o Rosalía con lo mejor del simbolismo. Hay un tono melancólico en sus temas:
El tiempo (fugacidad, transitoriedad), los recuerdos infantiles (que le llevan a la soledad, la tristeza por lo perdido, la melancolía, la angustia), evocaciones del paisaje, los amores soñados, la obsesión por la muerte, la búsqueda de Dios. En la sección de «Galerías», el poeta profundiza en estos temas de carácter más existencialista y casi se diría religiosos, pues la presencia del Dios será importante. // En el estilo de este libro se destacan las imágenes sensoriales y la adjetivación connotativa y lo que se llamó la «yuxtaposición temporal» -muchos poemas rescatan un momento temporal que se quiere hacer eterno y, por otro lado, se funden dos momentos en el mismo poema-.Además, se destaca el uso de símbolos que toman como referencia elementos de la naturaleza: La tarde (ocaso, crepúsculo, sol que muere) le traen sensaciones de algo horrible, triste, melancólico. Es el símbolo del decaimiento, el declive.
El agua (la noria, galerías, parque) es símbolo de vida cuando es clara, bulliciosa; aunque también puede evocar dolor, monotonía y el tedio de la vida.
La fuente invita al recuerdo; y al poeta le evoca un pasado de pena y tristeza.
El huerto simboliza la ilusión.
El jardín simboliza tristeza.

Los caminos

Los caminos de la vida que conducen al ocaso.
En cuanto a la métrica utiliza versos modernistas (dodecasílabo y alejandrino) al lado de otras formas más sencillas como el octosílabo, silva, cuarteta, romance y la silva asonantada.

Manuel Machado (1874-1947)


Como los poetas de esta tendencia, Manuel Machado rinde un verdadero culto a los valores estéticos, a lo refinado, a lo exquisito (pero también a lo popular y folclórico), con una propensión hacia lo sensual o lo sentimental; en la misma línea se sitúa su búsqueda de los efectos musicales y coloristas del lenguaje; pero también destaca por sus aportaciones al coloquialismo y a cierto tono de experiencia muy modernos.


Igualmente moderno es el tema de la ciudad (la vida prostibularia y nocturna) y la desesperanza nihilista.
Esencialmente es un poeta modernista. Lo mejor de su obra es de 1900 a 1920. Las obras fundamentales son: simbolismo:
Alma
(1902): su primer libro y el más logrado, refundido en 1907 como Alma. Museo. Los Cantares.
En esta obra aparece lo versallesco junto a la melancolía y el intimismo. El otoño, el hastío, el parque, los jardines y fuentes, lo mágico-fantástico-onírico.
Impresionismo: Apolo (1911), colección de 25 sonetos que reproducen sendos cuadros, y La fiesta nacional (Rojo y negro).
El mundo de la bohemia: El mal poema (1909): intento de hacer poesía a partir de la degradada realidad urbana. Popularismo: Cantares (1907), Cante hondo (1912): en soleares, seguidillas, etc.
En su obra alternan ligereza y gravedad. En este último sector se sitúa el libro Ars moriendi, de 1921. Destaca por el lenguaje cultivado, el dominio del verso y la expresividad.

Juan Ramón Jiménez (1881-1958)


Nace en Moguer en 1881. En 1900, viaja a Madrid convocado por Darío y Villaespesa para «luchar por el Modernismo». Al año siguiente, enferma y debe curar una crisis depresiva en un sanatorio de Burdeos donde estudiará la poesía francesa. En 1905, regresa a Moguer y escribe, además de poesía, Platero y yo.
En 1911, vuelve a Madrid y vive en la Residencia de Estudiantes. En 1916, se casa con Zenobia Camprubí en Nueva York y escribe Diario de un poeta reciencasado. Regresa a Madrid y, con el estallido de la guerra, se exilia. Residirá en distintos países de América hasta que se establece en Puerto Rico. En 1956, le conceden el Premio Nobel. En 1958, muere. Juan Ramón Jiménez concibe su producción como una «Obra total» y realiza continuas reescrituras de sus poemas. Entiende la poesía como un triple deseo: de belleza, de conocimiento y de eternidad. Así pues, es expresión del ansia de Belleza, de Perfección y del mismo Dios (de trascendencia), identificado con la Naturaleza o con la Belleza absoluta o, incluso, con el propio poeta creador.
La complejidad y la continua evolución de este poeta hacen difícil su clasificación dentro de cualquier corriente literaria. La inmensa producción poética de Juan Ramón Jiménez compendia todas las corrientes literarias de su época. En su primera etapa, que él mismo llamó sensitiva, se distinguen dos épocas; en primer lugar, lo que definíó como primera sencillez (hasta 1908), una poesía sencilla, con gran influencia de Bécquer, a la que pertenecen libros como Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904), Baladas de primavera (1907). En segundo lugar, estaría la poesía modernista (1908 - 1915), más de veinte libros, entre los que podemos citar Elejías (1908), La soledad sonora (1908), Sonetos espirituales (1915), Platero y yo (1914). Pero después irá depurando su poesía y abandonará los ropajes del Modernismo, para llegar a una poesía pura, personalísima, pasando antes por lo que llamó «poesía desnuda», que aparece ya en Diario de un poeta reciencasado (1916) y otros libros como Eternidades (1917) y Piedra y cielo (1918).

En la época modernista, JRJ recibe influencias de Bécquer (sentimentalidad, expresión clara y sencillez de estilo); del Simbolismo (la vaguedad, la sugerencia, las imágenes intimistas, la expresión de los estados de ánimo, la naturaleza como símbolo del alma). Y del Modernismo americano: brillantez, sensorialidad, exotismo, etc.
El mundo poético de estas obras es reflejo de un mundo personal, de realidades conocidas, si bien transfiguradas en símbolos. Abundan las impresiones sensoriales, un sentimentalismo monótono: atmósferas melancólicas y dolientes, intimismo. En este sentido, predomina el sentimiento de soledad (paisajes silenciosos, jardines, recuerdos, fuentes, otoño, crepúsculo, luces del atardecer, colores fríos). La poesía del Modernismo canónico exhibe el esteticismo y el carácter sensorial de Rubén. No obstante, la corriente principal es la de intimismo y sencillez, donde predominan temas como el amor, el sueño, el tiempo y la muerte.
Precursores del Modernismo en España son Salvador Rueda y Manuel Reina.
Poetas modernistas son Francisco Villaespesa, Tomás Morales, Valle-Inclán y Eduardo Marquina, autor también de teatro modernista.

Narrativa y teatro


Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)


Su etapa decadentista o modernista llegó hasta 1906 y publicó las Sonatas, obras protagonizadas por el Marqués de Bradomín, dandi, aristocrático, amoral y decadente. Temas entrecruzados en donde suele aparecer el amor, la muerte, la religión y el erotismo. Las sonatas. Escritas en forma autobiográfica, llevan por subtítulo «Memorias del Marqués de Bradomín». No fueron escritas según el orden cronológico, sino en este: Sonata de otoño (1902), Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905). Se caracterizan por un erotismo decadente, en el que aparece lo galante y lo irónico. Bradomín es la recreación del mito de don Juan, cínico, egoísta e insensible. Sus aventuras son perversas: con una virgen pura a punto de tomar los hábitos (Sonata de primavera), con una criolla incestuosa y cruel (Sonata de estío), con una tísica agonizante (Sonata de otoño) y con su propia hija (Sonata de invierno).
También escribíó poemas modernistas, sobre todo los dos primeros que componen el volumen publicado en 1930 con el título de Claves líricas, donde recoge 65 poemas que publicó antes en tres libros: Aromas de leyenda (1907), El pasajero (1920) y La pipa de kif (1919). El primero, recoge poemas sobre la tierra galaica, incluso la mayoría de los poemas acaban con versos en gallego; el segundo, más autobiográfico y amargo, es un cambio ya de estética; el tercero anuncia ya el esperpento.
Valle-Inclán también escribíó teatro poético, próximo al Modernismo, como Cenizas (1899), drama refundido n 1908 como El yermo de las almas. Episodios de la vida íntima, El marqués de Bradomín. Coloquios ROMánticos (1906), Cuento de Abril. Escenas rimadas en una manera extravagante (1909), Voces de gesta (publicada en 1911, estrenada en 1912). Con las farsas ya inicia el camino hacia el esperpento.

Teatro poético

Hacia 1910, surge en España un teatro en verso, con mucha relación con el Modernismo. El teatro histórico fue el género más cultivado; luego, el drama rural. El autor más importante será Eduardo Marquina (1879-1946), con dramas históricos como Las hijas del Cid (1908), En Flandes se ha puesto el sol (1910). Entre los seguidores de Marquina, destaca Francisco Villaespesa (1877-1936): El alcázar de las perlas (1911).

Antonio (1875-1939) y Manuel (1874-1947) Machado

La Lola se va a los puertos (1929).

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