Preguntas de farmacología antibióticos

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Otras lenguas extranjeras

Escrito el en español con un tamaño de 8,49 KB

CONTROL  2: ANTIBIÓTICOS

INTRODUCCIÓN

Las enfermedades infecciosas han causado la muerte de millones de seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad. Con el descubrimiento de los antibióticos, esta realidad comenzó a ser modificada y, en los años ochenta del Siglo XX, podía hablarse de una victoria prácticamente total frente a las infecciones por microorganismos. Esta victoria, que algunos denominaron pax antibiótica, remedando la conocida pax romana de los tiempos del Imperio de los césares, fue destruida por la devastadora propagación de una nueva enfermedad, que desafió el saber médico contemporáneo:
el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que conocemos hoy por sus las cuatro letras de sus siglas: sida.

En la actualidad, las enfermedades infecciosas muestran una tendencia emergente, por lo que el conocimiento de los antibióticos, a quienes se prefiere denominar en la actualidad como drogas antibacterianas, resulta de suma importancia para los interesados en los temas de salud.

El origen de la palabra antibiótico es griego:

Anti significa contra, y bios, vida

Los antibacterianos son sustancias naturales, semisintéticas o sintéticas, que a concentraciones bajas, inhiben el crecimiento o provocan la muerte de las bacterias.
Pero popularmente se les conoce a todos como antibióticos, aunque en realidad, estos son únicamente las sustancias producidas de forma natural por algunos microorganismos.

BREVE HISTORIA

La historia de los antibióticos comienza en 1928, cuando un científico británico,Alexander Fleming, descubre accidentalmente la penicilina, en el curso de sus investigaciones sobre la gripe. Fleming notó que un moho que contaminaba una de sus placas de cultivo había destruido la bacteria cultivada en ella. No obstante, transcurrieron diez años hasta que pudo ser concentrada y estudiada gracias al trabajo del bioquímico británico Ernst Boris Chain, del patólogo también británico Howard Walter Florey (barón Florey), y de otros científicos.

Sin embargo, la utilización de compuestos orgánicos para el tratamiento de enfermedades infec- ciosas es conocido desde la antigüedad. El hombre utilizó indistintamente extractos de plantas y aún el hongo de algunos quesos en el tratamiento tópico de ciertas infecciones, pero desconocía la base científica del beneficio de tal proceder. En el Siglo XIX, el prestigioso científico francés Louis Pasteur descubríó que algunas bacterias saprofíticas podían destruir gérmenes del ántrax.
Justo al finalizar el siglo, en 1900, el bacteriólogo alemán Rudolf von Emmerich aisló una sustancia que podía destruir los gérmenes del cólera y la difteria en un tubo de ensayo, pero fue incapaz de hacerlo en el tratamiento de las enfermedades.

Paúl Erlich, físico y químico alemán, ensayó en los primeros años del Siglo XX la síntesis de unos compuestos capaces de atacar de manera selectiva a los microorganismos infecciosos sin lesionar a los tejidos del huésped.
Sus experiencias permitieron la creación del salvartán, en 1909, único tratamiento selectivo contra la sífilis hasta la popularización de la penicilina, años más tarde.

En 1939, el bacteriólogo norteamericano René Bubos aisló la tirotricina, el primer antibiótico uti- lizado en enfermedades humanas.
Su uso fue exclusivamente tópico, debido a su toxicidad. En 1940, Florey y Chain utilizan por primera vez la penicilina en humanos.

En 1944, Selmam Waksman, biólogo norteamericano, descubre junto a sus colaboradores, la eritromicina.

El comienzo real del tratamiento eficaz de infecciones por gramnegativos, por medio de los aminoglucósidos, fue la introducción de la kanamicina en 1957. Esa fecha también señaló el comienzo de la antibiótico terapia por “combinación” y las mezclas de aminoglucósidos con otros agentes resultaron tener un espectro amplio y potente para controlar infecciones en individuos inmunodeprimidos, con problemas infecciosos complejos.

También a finales del decenio de 1950 fue sintetizado en los laboratorios de investigación Rhône- Poulenc, de Francia, un grupo de compuestos nitroimidoazólicos entre los que destacó posteriormente el metronidazol.

A principios de 1970, durante el estudio sistemático de gran número de organismos de la tierra, en busca de inhibidores de la síntesis de peptidoglucano, se descubre el imipenem, primer miembro de una nueva clase de antibióticos de amplio espectro, los carbapenémicos.
En 1978, Albert-Schonberg y colaboradores fueron los primeros en descubrir la estructura de la tienamicina.

Cuando se ha de seleccionar un antibiótico, han de tenerse en cuenta diferentes factores que van a tener una influencia directa en su capacidad para ser eficaz.

CONTROL 3 : HISTORIA DE LA FARMACOLOGÍA

Desde que la medicina se tornó curativa con los bacteriostáticos y antibiótico, hace 70 años, la hu- manidad doliente entró en una nueva fase que aún vivimos y que pudiera denominarse la edad del medicamento.
Hasta entonces los medicamentos no pasaban de ser sintomáticos aunque algunos, como los analgésicos, anestésicos, sedantes y otros, como los digitálicos y los derivados naturales o sintéticos de la quina, habían sentado ya sus reales en la terapéÚtica que, siglo y medio atrás, era tan primitiva que había hecho exclamar a Voltaire cuando se enteró que un sobrino suyo pensaba estudiar medicina: “Desgraciado, ¡ cómo se atreve a estudiar un arte que consiste en administrar venenos que no conoces a organismos que todavía conoces menos!”. El Siglo XX, como nos lo recuerda Alfredo Jácome Roca en este ameno libro, introdujo de lleno la farmacología como una ciencia que, a su vez tomó sus raíces en fisiopatología, la química, la bacteriología y la inmunología que habían abierto la era de la “medicina etiopatológica”, al decir de Laín Entralgo, medicina que aún se perpetúa en nuestros días.

Toda esa evolución del pensamiento médico, desde una terapia empírica, animista y mágica en el primitivo hombre de antaño hasta la terapéÚtica molecular y casi atómica de hogaño, está amenamente descrita en este libro, dividido en una introducción general y seis secciones o capítulos rematados por un séptimo o addendum que sirve a su vez de resumen o colofón de los anteriores.

En todos ellos logra el autor darnos una visión panorámica de la historia de la terapéÚtica que es, a su vez, la historia de la medicina, pues ésta se establecíó, desde las culturas más primitivas, como un arte para curar la enfermedad. La cual ha estado presente, según ha sido demostrado, desde las culturas más primitivas, como un arte para curar la enfermedad. La cual ha estado presente, según ha sido demostrado, desde el “hombre” de Neanderthal hasta nues- tras calendas. Al fin y al cabo, como lo dijera Juan Montalvo, el noble polígrafo ecuatoriano, “el dolor es el complemento necesario de nuestra naturaleza”.
Por más que se avance en conocimientos y en métodos la dolencia, derivada del mismo término, seguirá persistiendo, causada por noxas o agentes cada vez más nuevos, más agresivos o más desconocidos (la pandemia de la misteriosa “neumonía atípica” de comienzos del 2003 es uno de los más recientes y agobiantes ejemplos). El libro está escrito en lenguaje sencillo, quizás más dirigido a médicos o estudiantes de carreras de la salud que al público en general, ya que el autor da por sobreentendidos muchos términos o expresiones que pertenecen, in- dudablemente, al “argot” de los galenos.

Entradas relacionadas: