Postulados del partido nazi

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Elcrackde 1929

El crecimiento económico de los años veinte se frenó bruscamente en 1929. FnjT£ti1brp<^p>^p>pzp üñn gp produjo la qiiipbra de la bolsa dp Nnpva York, quejTrovocó-id4wwiimiento de las-isurersiopps y de la actividad eco-
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. Estados Unidos

La supremacía económica de este país hizo que la crisis pronto adquiriera la dimensión de una crisis económica mun­dial, que se prolongó durante gran parte de la década de 1930.

  • Las causas del crac/c bursátil

El hundimiento de la bolsa de Nueva York, el famoso crack del 29, fue el detonante de la crisis económica. Pero las causas fueron más profundas y hay que buscarlas en los desequilibrios económicos de los años veinte:

  • íj^rigigdpjgg^g^jprpg industriales tx^í\\cirma\pcomo el textik_el

carbón, la siderurgia y la construcción naval se fue agudizando en4os años anteriores al crack. Lo mismo pasó con la agricultura, que.Sufría una_crisis permanente desde 1921.

  • Incluso los sectores industriales más favorecidos por la expansión -au­tomóvil, electrodomésticos- experimentaron ya en 1927 las consecuen­cias de la disminución del poder de compra de los salarios y la caída de las rentas. La. Situaciónsg agwÓ pprgiipla^ñrnpra de estos bienesd"e consumo era a menudo realizada a crédito, por lo que dependía de los ingresos futraros.

  • También entró en crisis el sector de la construcción, dgbjdo a lasi­tuación del mercado. Esta crisis se inició hacia 1925 enlaconstruccióñ de viviendas particulares, y en 1928 en la de edificios comerciales. _

Ahora bien, a pesar de estos signos amenazadores, entre 1927 y la pri­mavera de 1929 el valor de las acciones de la bolsa de Nueva York siguió subiendo, y ello atrajo a nuevos inversores. Pero la situación de la bolsa era en realidad muy frágil a causa del desequilibrio entre el estancamiento de la economía real y el desmesurado crecimiento de las acciones, crue-dio, luga£_auna colosal burbuja especulativa ► (Doc. 15). No se correspondía el valor de los títulos con los beneficios reales de las empresas. Otro moti­vo era que muchas personas pedían créditos para comprar acciones. Estos dos factores crearon una situación muy peligrosa, porque, según el estado real de las empresas, el valor de los títulos en bolsa debería ser muy infe­rior al que tenían.

Las acciones comenzaron a bajar en la primavera de 1929, a causa de la contracción de la producción y del empleo. Además, los bancos comenzá­ron a conceder menos préstamos a los agentes de bolsa.

  • El jueves negro y pihurjdimipntp de la bolsa^,

Tin primpr dpscensi^rascode las coLÍ7aripnps, cansado por laretirada.De inversores, sembró el pánico entre aquellos que habían comprado las ac­ciones a crédito, c¡\^r^r)XMniLásÉl^rsede ellas cuanto antesj3ara_eyi^-tar perder más dinero y poder pagar stJsd*eudas7T<>inament^ octubre, conocidocomo ef~«jueves negro» 13 millones de acciones se ofrecieron a la venta con una demanda casi nula.

ELt¿ánico se extendíó y el 29 del mismo^me^lséjJUjÁeraa^Ja venta otros. 16 millones y medio de acciones. El mercado se colapso y el hundimiento de los valores bursátiles continuó hasta 1933 ► (Doc. 16).


Ideología y bases sociales del fascismo

En los años veinte y treinta se produjo en Europa la eclosión de una nueva forma de organización política, el fascismo. En varios países se dieron mo­vimientos de este tipo y tuvieron en común el rechazo al sistema parlamen­tario liberal, el odio al comunismo y un acusado ultranacionalismo, que ensalzó el mito de la nacíón y de la raza. También defendían el culto a la violencia y la movilización de las masas atraídas por un líder carismático.

2.1. La ideología fascista

La ideología fascista tenía unas carácterísticas bien definidas:

  • El fascismo defendía el establecimiento de un Estado totalitario capaz de controlar todas las esferas de la vida (política, economía, sociedad, etc.). Propugnaba la primacía del Estado sobre el individuo y la negación de los principios del liberalismo, como la igualdad de los ciudadanos, los derechos individuales y la separación de poderes ► (Doc. 5).
  • Apoyaba un sistema político dictatorial de partido único. Este partí­do se sustentaba en el principio de liderazgo, según el cual el poder de­bía recaer en un jefe dotado de un poder «carismático», capaz de crear una voluntad general. Sobre esta noción de caudillaje, el fascismo trató de moldear una sociedad asentada en los principios de la jerarquía, el orden, la obediencia y la autoridad indiscutible de un hombre excepcio­nal. Así se establecíó el culto a la personalidad del líder.
  • Otra carácterística era un radical anticomunismo y anticapitalismo. El

fascismo se planteaba una «tercera vía» alternativa al socialismo marxis-ta y al capitalismo. Defendía la creación de un «socialismo nacional» ca­paz de acabar con el conflicto de clases y de atraerse tanto a las clases medias amenazadas por el proceso de la concentración capitalista, como a los obreros, oprimidos por el miedo al desempleo y la miseria.

  • Manténía un nacionalismo agresivo, expansionista y militarista, que exigía una nueva posición para su nacíón en el mundo. Estas ideas ex-pansionistas orientaban a los fascismos hacia la guerra.
  • Los fascistas eran todos racistas y consideraban inferiores a los no blan­cos. Pero sin duda en el nazismo, el racismo y el antisemitismo se con­virtieron en la doctrina central del movimiento, como elemento agluti­nador de la unidad nacional, basada en la superioridad de la raza ana. Que tenía el derecho de subyugar a las razas inferiores ► (Doc. 7).
  • El fascismo rechazaba los principios de las «decadentes» sociedad y cul­tura occidentales, basados en el Racionalismo, el materialismo y el igua­litarismo. Por el contrario, exaltaba los elementos irracionales de la conducta (fanatismo, intolerancia, obediencia ciega).
  • Defendía la violencia frente a los oponentes políticos. La violencia se consideraba un valor positivo e incluso terapéutico.
  • Los partidos fascistas pretendían movilizar a las masas y encuadra: en el seno del partido y el sindicato únicos y en sus milicias u organiza­ciones paramilitares. Las milicias del partido otorgaron una gran impor­tancia a los símbolos, mítines, desfiles y ritos ceremoniales ► (Doc. 8).
  • También exaltaban los principios masculinos, relegando a la mujer a la crianza de los hijos y las labores del hogar. Todas las fuerzas polítL: -del fascismo estuvieron compuestas y dirigidas por hombres ► (Doc. 6).

La Alemania nazi

En Noviembre de 1918, tras la abdicación del emperador Guillermo II ; mientras continuaban los combates de la Primera Guerra Mundial, el Par tido Socialdemócrata (SPD) proclamó la república en Berlín y su líde Ebert fue nombrado canciller (jefe del gobierno). La joven república tuve que hacer frente de inmediato a la firma del armisticio con los aliados, : los intentos insurreccionales de la izquierda radical y de la derecha nacíó nalista y a los graves problemas económicos y políticos de la posguerra.

Tras un breve período de estabilización, la gran depresión de 1929-193] produjo un golpe devastador para la democracia en Alemania e impulsó a nazismo al poder.

4.1. La República de Weimar

En Enero de 1919 la nueva república tuvo que hacer frente a la insurrec ción de los espartaquistas*, partidarios de seguir el ejemplo bolcheviqu e instaurar una república socialista. Los socialdemócratas, con el apoyo de ejército y de los cuerpos de voluntarios formados por oficiales y soldado desmovilizados, aplastaron la revuelta con violencia, y sus líderes Kai Liebknecht y Rosa Luxemburgo fueron asesinados.

En medio de esta crisis se celebraron elecciones a una Asamblea Constitu yente, que se reuníó en la ciudad de Weimar. La Asamblea elaboró un constitución que establecíó una república federal basada en los principio democráticos (sufragio universal masculino y femenino). El presidente d la república era elegido cada siete años y se le concedieron poderes extraoi dinarios. El canciller o jefe de gobierno era designado por el presidente necesitaba el respaldo del Parlamento (Reichstag). El socialdemócrata Ebei fue elegido presidente de la república.

En las elecciones los tres grandes partidos más moderados, el Partido di Centro, el Partido Democrático (DDP) y el Partido Socialdemócrata, obti vieron el 76,2 % de los votos y formaron un gobierno de coalición, la ce nocida como Coalición de Weimar. La primera decisión del nuevo gobiern fue la firma del humillante Tratado de Versalles, que por la dureza de st términos se convirtió en una pesada carga para la república. La Prime: Guerra Mundial tuvo efectos económicos negativos para Alemania (provi có inflación y la devaluación del marco), pero estas consecuencias se agr varón aún más a causa de las pesadas indemnizaciones de guerra que se impusieron al país.

En los primeros años de su existencia la república vivíó una situación c grave inestabilidad económica, especialmente en los años 1922 y 1923, e. Los que la hiperin/lación arruinó al país. Esta situación dio lugar a ui gran malestar social y político y a una creciente desconfianza de la poblá­ción hacia el nuevo sistema republicano, que se reflejó en el aumento de las movilizaciones obreras y en varias intentonas golpistas protagoniza^ . Por sectores del ejército y de la ultraderecha nacionalista. En este clima au­mentó la radicalización política y el descontento con la democracia.

Entre 1924 y 1929 la República de Weimar conocíó un período de estabi­lidad, después de que las potencias vencedoras en la Primera Gik Mundial decidiesen ayudar a Alemania a salir de la crisis. El Plan Da\ : i de 1924 favorecíó la recuperación económica; y el Pacto de Locarno da 1925 y el ingreso de Alemania en la Sociedad de Naciones en 1926 ncr-j malizaron la situación internacional.


4.2. Los comienzos del nazismo

L919, en Múnich, se fundó uno de tantos partidos nacionalistas que di-iían una propaganda antiliberal y racista, el Partido de los Trabajadores nanes (DAP). Con el ingreso de Hitler en este partido comenzó propia­mente la historia del nacionalsocialismo o movimiento nazi.
En 1920 dirigíó un comité que elaboró el programa de 25 puntos del partido, que cambió su nombre por el de Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alema­nes (NSDAP). Ese año se formaron las SA*, una organización paramilitar que pronto ejercíó la violencia contra sus adversarios.

La ideología del partido nazi era un confuso conjunto de postulados dirigí­do a todas las clases sociales. Exactamente igual que el fascismo italiano, defendíó un «socialismo nacional» anticapitalista que, a diferencia del so­cialismo marxista, superase la lucha de clases en beneficio de los «intereses superiores de la nacíón». Pero las ideas centrales del programa fueron dos. Por un lado, la necesidad de establecer una dictadura nacionalista fuerte y capaz de preservar la pureza racial y eliminar a los enemigos de Alemania: los demócratas, los marxistas y los judíos. Asimismo, aspiraba a unir a to­dos los alemanes en una Gran Alemania, dotada de un «espacio vital» que asegurase el desarrollo de la raza aria.

Hitler, elegido líder del partido en 1921, impuso en el NSDAP una estruc­tura elitista y jerarquizada, en la que tljührer (jefe) constituyese el soporte central de la organización.

En 1923, en medio de la hiperinflación y de la exaltación nacionalista pro­vocada por la ocupación del Ruhr por tropas Franco-belgas, grupos ultrana-cionalistas de derechas, entre los que estaba Hitler y su pequeño partido, prepararon un Golpe de Estado conocido como putsch de Múnich, que fracasó estrepitosamente. Hitler fue encarcelado.

En 1925, tras su salida de prisión, Hitler refundo el partido y replanteó su programa con el fin de ampliar sus apoyos sociales: limitó sus postulados anticapitalistas a la lucha contra los financieros judíos, utilizó eficazmen­te la profunda corriente antisemita y anticomunista existente en Alema­nía y la gran impopularidad del Tratado de Versalles. Cambió de estrategia para transformar su partido en un movimiento de masas. Decidíó aceptar el juego parlamentario ► (Doc. 18) y utilizó con gran eficacia todos los mé­todos de propaganda, los mítines, las marchas, los uniformes y la instruc­ción militar como medio para alcanzar el poder.


4.3. La crisis de la república y el ascenso del nazismo

La gran depresión de 1929-1933 fue un golpe devastador para la demo­cracia en Alemania e impulsó al nazismo al poder. La crisis tuvo unos efec­tos catastróficos, puesto que Alemania dependía de la inversión extranjera sobre todo de los Estados Unidos. La repatriación de capitales estadouni denses provocó la quiebra del sistema bancario alemán en 1931 y la pro­ducción industrial descendíó un 44%. El desempleo se elevó en 1932 ; más de seis millones de parados, lo que provocó la miseria de amplias ca pas de la población, en particular obreros y clases medias.

Los partidos de la coalición de Weimar perdieron prestigio y apoyo social pues muchos pensaban que eran incapaces de hacer frente a la crisis. Po: el contrario, los nazis ampliaron sus bases entre las clases medias, la cía se obrera, los grandes industriales y los terratenientes.

En medio de la crisis de la república, se intensificaron las actividades di violencia de las SA. En las elecciones de 1930 el NSDAP pasó de 12 a 10" escaños, y se convirtió en el segundo partido más importante del Reichs tag ► (Doc. 20). Aprovechó este éxito electoral para intensificar sus contac tos con la derecha tradicional, incluidos los nacionalistas, el ejército, lo: magnates de la industria pesada (Krupp, Thyssen, Siemens) y los grande: propietarios ► (Doc. 22). La derecha tradicional establecíó un pacto con lo nazis: el Frente Harzburg (1931). La decisión de estos sectores de acaba con la política democrática, con los sindicatos y con los socialistas y co munistas mediante un sistema autoritario capaz de afrontar la crisis faciliu considerablemente la llegada al poder de Hitler.

El año 1932 fue el momento más intenso de la crisis política. La dimí sión del canciller Brüning inauguró una serie de gobiernos autoritarios que actuaron al margen del Parlamento, apoyados por los poderes extraor dinarios que la constitución concedía al presidente de la república.

En las elecciones presidenciales de 1932 solo dos candidatos tenían posibili dades de victoria: Hindenburg, que se presentaba a la reelección, y Hitlei que en ese momento había obtenido su mayor cota de apoyo electoral. Tan to los partidos de la derecha moderada como los socialdemócratas apoyara a Hindenburg para evitar que los nazis consiguieran la presidencia de I pública. Vencíó el presidente Hindenburg, quien obtuvo 19,4 millones d votos frente a los 13,4 de Hitler y los 3,8 del comunista Thálmann.

Hindenburg nombró canciller a Von Papen y se convocaron nuevas e : -ciones en Julio de 1932, en las que el NSDAP logró 230 escaños 37,3 % de los votos, convirtiéndose en el primer partido del país, aunqu lejos de la mayoría absoluta. Von Papen invitó a Hitler a formar parte di gobierno, pero él se negó, diciendo que solo integraría un gobierno si mismo era el canciller. Von Papen intentó debilitar a los nazis y so. Nuevas elecciones en Noviembre en las que el NSDAP perdíó dos milK de votos. Parecía que el partido nazi entraba en declive ► (Doc. 20).

Sin embargo, los acontecimientos favorecieron a Hitler por las rivalid entre los políticos de derechas. En Enero de 1933 Von Papen, deseoso c debilitar a sus rivales, persuadíó a Hindenburg para que nombrara a H canciller en un gobierno de coalición entre los nazis y la derecha clásica formado por tres ministros nazis y el propio Von Papen como vicecam para poder controlar el radicalismo del NSDAP Von Papen y Hindenbui pensaron que al elevar al poder al líder nazi este moderaría su discurs quedaría sometido a las directrices de la derecha tradicional. Pero se t vocaron gravemente y nada sucedíó como pensaron.


4.4. La dictadura nazi y el nacimiento del Tercer Reich

En Alemania la conquista del poder absoluto por el nazismo fue más rápi­da que en la Italia fascista. Entre Febrero de 1933 y Agosto de 1934 se construyó el Estado totalitario. Una vez en el gobierno, Hitler mantuvo su radicalismo y se afánó por acaparar todos los resortes del poder, ignorando a sus socios de coalición. Primero obtuvo de Hindenburg la disolución del Reichstag y la convocatoria de nuevas elecciones en Marzo de 1933, para reforzar el ejecutivo. La campaña electoral se desarrolló en un clima de violencia extremo, en el que las organizaciones paramilitares nazis (SA y SS*) hostigaron continuamente a los partidos de izquierdas.

En este ambiente se produjo el incendio del Reichstag, el 27 de Febrero de 1933. Los nazis dijeron que era parte de un supuesto complot comu­nista y aprovecharon la situación para suspender los derechos fundamen­tales de la constitución y expulsar a los comunistas del Reichstag.

En Marzo de 1933, en medio de este estado de excepción, se celebraron las elecciones. A pesar de la represión contra los partidos de izquierdas, el XSDAP no logró la mayoría absoluta de la cámara (43,9 % de los votos). Pero los nazis se apoyaron, de nuevo, en los partidos de derechas. De esta manera, el nuevo Parlamento aprobó una ley de gran trascendencia que otorgaba al canciller plenos poderes durante cuatro años para promul­gar leyes sin consultar al Reichstag; solo los socialdemócratas se opusieron a esta ley. Hitler, que se había convertido de hecho en dictador, utilizó esa ley para eliminar a los restantes partidos políticos, excepto el NSDAP. Ale­manía se convirtió en una dictadura de partido único.

Entonces, Hitler se dedicó a construir el «nuevo Estado». Para ello necesita­ba el apoyo del ejército y la oligarquía económica, por lo que decidíó elimi­nar a los elementos radicales de las SA, que eran vistos por estos sectores como una amenaza casi revolucionaria. El 30 de Junio de 1934, la «noche de los cuchillos largos», Hitler ordenó el asesinato del jefe de las SA, Rohm, y de sus principales dirigentes, así como de destacados opositores.

Con la muerte de Hindenburg, en Agosto de 1934 Hitler dio su último paso. Ahora, con el apoyo del ejército, asoció la cancillería a la presidencia del Reich. Ello significó la subordinación del nuevo ejército (Wehrmacht) y de la policía al partido nazi. Las SS y la Gestapo, dirigidas por Himmler, se convirtieron en garantes de la política del Tercer Reich.

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