La poesía en los sesenta y primeros setenta
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12.3. La poesía en los sesenta y primeros setenta: la Generación del 50 (Ángel González, José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma) y los Novísimos (Pere Gimferrer y Antonio Martínez Sarrión). A finales de los 50 y principios de los años 60, aunque prosigue la estética del realismo social, aparece la promoción de los sesenta, también llamada Generación del 50, más interesada en lo individual. Son intimistas, sienten preocupación por el hombre y adoptan una actitud ética. Ahora las formas son más elaboradas y huyen de la excesiva sencillez anterior. La poesía no es un instrumento de comunicación sino de conocimiento (de la realidad, de los mismos poetas y del lector).
Rasgos temáticos
Los rasgos temáticos más importantes son: el análisis de la memoria personal y la experiencia individual e histórica (infancia, juventud perdida); la metapoesía y lo religioso. En lo estilístico predomina un tono meditativo, con un estilo conversacional y un lenguaje coloquial e irónico. Los poetas más representativos de esta corriente serán Ángel González, José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma.
Ángel González
De infancia y juventud difícil. Obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y fue nombrado miembro de la Real Academia Española. Es uno de los representantes de quienes pasaron de la poesía social a los nuevos tonos. Así, su denuncia se va cargando de ironía en el enfoque de lo cotidiano, a la vez que aumenta su cultivo de lo íntimo. Su estilo, dentro de lo conversacional, se hará más sutil. De sus obras cabe destacar: 'Áspero mundo' y 'Tratado de urbanismo'.
José Ángel Valente
Fue profesor universitario dentro y fuera de España. Se le concedió el Premio Príncipe de Asturias. Para él, la poesía es un medio de conocimiento de la realidad, lo que le hace avanzar por una línea más intelectualizada de creciente hermetismo hacia un “Punto cero”, título que le dio a su obra compleja, en la que el lenguaje presenta un máximo de ambigüedad y de riqueza de sugerencias.
Jaime Gil de Biedma
De familia aristocrática, está considerado como el poeta actual más valorado hoy. Toda su obra se caracteriza por su visión desencantada del mundo; el uso de la ironía; el tono coloquial, amargo y desencantado; y una cuidada retórica, con versos de gran vitalidad y entusiasmo. Utiliza su propia voz para describir con sarcasmo e ironía el mundo de la burguesía al que él perteneció, criticando los convencionalismos y exaltando la libertad y el amor. Destaca 'Las personas del verbo', que engloba a 'Compañeros de viaje', 'Moralidades' y 'Poemas póstumos'.
Los novísimos (años 70)
La antología de Castellet 'Nueve novísimos poetas españoles' da a conocer los integrantes de este grupo, también llamado promoción del 68 o novísimos. Se distingue un primer momento (70-77) en el que destaca el culturalismo y el esteticismo radical. Los autores llevan a cabo una experimentación constante, la búsqueda de la palabra exacta. Así pues, nos encontramos con distintos movimientos como el irracionalismo, la ausencia de poemas narrativos, la metapoesía y el “camp”. Podemos hablar entonces de una poesía artificiosa, que tiene referentes exóticos (orientales, exquisitos); gusto por lo decadente, lo refinado, aunque también aparecen motivos de la cultura popular (el cine, el cómic, el deporte).
Pere Gimferrer
Escritor en lenguas castellana y catalana. Su obra poética “novísima” está escrita en castellano, y se caracteriza por su gran riqueza verbal y retórica e interés en profundizar en el complejo mundo de las sensaciones. Su más célebre libro es 'Arde el mar'.
Antonio Martínez Sarrión
Estudió derecho y trabajó como funcionario en Madrid. Como poeta destacó por su espíritu rebelde, que le hizo admirar la poesía beat y por asumir muy pronto muchas de las referencias culturalistas, irracionalistas, surrealistas y míticas extraídas de la literatura, el cine y el jazz. La obra que mejor representa su época “novísima” es 'Teatro de operaciones'.
También cabe mencionar a: Montalbán, Félix de Azúa, Guillermo Carnero y Leopoldo María Panero, Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena.