Poesía narrativa popular tradicional
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Breve historia de los romances
En el siglo XVI encontramos un periodo aédico en el que surge la actividad creadora. Los poetas componen al estilo popular y se encuentra divido en tres periodos: Aédico oral: cuyos orígenes son imprecisos y se caracterizan por ser unos cantos fugaces que servían como recreo común a todas las clases sociales. Aédica literaria: tiene su mayor esplendor en el siglo XVI y estaba aceptada por las clases sociales más elevadas. Periodo rapsódico: tiene lugar durante la segunda mitad del siglo XVI y no se encuentran textos nuevos, así que se siguen difundiendo los anteriores. El siglo XVI está considerado como la época dorada, porque se cantaban en aldeas, ciudades, participaban todas las clases sociales, se cantaba durante las tareas domésticas, el ocio, el trabajo de campo, etc. Algunos ya empezaban a ponerse por escrito, agrupándolos en pliegos sueltos. Hacia 1580, triunfaba el romancero nuevo que contenía asuntos nuevos como los moriscos, los pastoriles y los históricos. Se empezaron a crear romances nuevos aunque se tenía también presentes a los anteriores. En el siglo XVII solamente gustaban para ser leídos, no para cantarlos. Son sustituidos por la seguidilla, que tenía más musicalidad y unas letras que gustaban más al público. A partir de esto, se pone de moda el romance burlesco con el que se burlan de los temas heroicos dando lugar a una época rapsódica vulgar y plebeya. De este modo queda reducido a las clases sociales más pobres. En el s. XVIII se refugia en la memoria popular, dando lugar a su época más pobre. Aun así, en las clases populares estaba muy arraigado con temas como los juglarescos, historias truculentas, sensacionalistas, descripciones de la vida cotidiana como los crímenes, las seducciones, los niños abandonados, los ciegos, etc. En el s. XIX hay una recuperación porque la poesía pasa a tener un lugar privilegiado. El romance, como ejemplo de la poesía de orígenes remotos sirve a la hora de elegir los temas, la extensión y el tipo de canto. En este siglo, además, hay una recolección de romanceros de tradición oral a manos de folkloristas. En el s. XX con Ramón Menéndez Pidal se editan numerosas obras y se recuperan muchos romanceros de tradición oral.
Elementos musicales característicos de los romances: breve resumen
Las estructuras del desarrollo melódico: son las diversas formas en las que se van articulando los sucesivos tramos del discurso melódico, formando una especie de lenguaje musical dotado de sentido para quien está habituado a él.El estilo y el carácter: puede contribuir a un conocimiento más perfecto del género narrativo y a detectar la relación entre el texto y la música. Hay diferentes estilos: El narrativo severo: tiene una melodía muy poco ornamentada, repetitiva y monótona porque se trata de un texto casi recitado con apenas ritmo. El narrativo melódico: las formulas melódicas siguen siendo austeras y severas aunque sufren un pequeño desarrollo. Aun así, la música no se impone sobre el texto. El narrativo lírico: los rasgos musicales están bien definidos, el canto tiene un alto componente lírico y sentimental. En este caso el elemento musical si se impone sobre el texto. El de tonadilla vulgar: asimila las formas de la tonadilla culta dando lugar a unos patrones cultos realizados con un estilo, una temática y unos textos más cultos.Los sistemas melódicos y la organización rítmica: la organización melódica no está sujeta a leyes tonales, sino más bien a leyes modales. Por otro lado la organización rítmica cuenta con agrupaciones irregulares, polirritmos sucesivos y cambios constantes en la acentuación.