Placeres inferiores mill

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 7,12 KB

mill


Concibe al ser humano como un ser que busca ser feliz de formas diversas. Quiere mejorar y progresar y  el motor de estas mejorar es la capacidad de cambio individual, que aportará mejorar sociales. La utilidad no es un fin, sino un instrumento para conseguir la felicidad social en armónía con la individual.

Para el ser humano, vivir experiencias placenteras supone un bien mientras que las experiencias  dolorosas implican un mal.

En este sentido
S.
Mill sigue el planteamiento hedonista de Epicuro y al igual que este filósofo antiguo mantiene que, si bien todo placer es bueno y todo dolor es malo, eso no significa que ni todo placer deba ser aceptado, ni todo dolor rechazado.

Hay que distinguir entre placeres atendiendo a sus carácterísticas cualitativas y no, tan sólo, cuantitativas.

Por otro lado, se han de distinguir los placeres del cuerpo de los del espíritu y, tener en cuenta, que una vez satisfechas las necesidades físicas, los placeres que permiten el desarrollo de las facultades humanas superiores son los que proporcionan mayor felicidad. El ser humano no puede ser plenamente feliz, sino desarrolla sus capacidades intelectuales y cultiva la sensibilidad artística y sentimentalidad más noble.

“más vale ser un Sócrates insatisfecho que un cerdo satisfecho”

De ahí la importancia de la educación cuya falta condena al ser humano a vivir una vida rebajada a una condición más próxima al animal.

Aceptación del principio utilitarista: mayor felicidad (placer, satisfacción) para el mayor número de individuos.

En cuanto que la conducta moral se valora por sus consecuencias, puede darse el caso, de que una persona decida saltarse un principio ético (por ejemplo, ser sincero), y decide mentir, porque de ese modo contribuye a generar más felicidad que diciendo la verdad, aunque, por otro lado, no deja de ser una situación excepcional.

Aplicación de la inducción: Para saber qué principios promueven la máxima felicidad para el mayor número de personas es imprescindible el estudio del pasado y la comparación entre distintas formas de cultura y sociedad. Cree S. Mill que existen principios éticos comunes que han mostrado reiteradamente su utilidad y contribución al bien común.

La experiencia determina lo que es útil en el sentido anterior. A la hora de comparar, dados dos placeres, cuál de ellos otorga mayor felicidad, deberemos contar con la opinión de los expertos.


A)  Diferenciación cualitativa de los placeres:


NO todos los placeres son iguales: hedonismo sofisticado.

Hay placeres más deseables que otros en tanto a su cualidad y, no tan solo, a la cantidad. No es lo mismo la felicidad que el contentamiento. Es difícil que el ser humano sea completamente feliz si no desarrolla sus facultades superiores y, en este sentido, valora, sobre todo, los placeres espirituales (de los sentimientos más nobles, de la imaginación, del sentimiento moral, de la sensibilidad artística, etc.) y todos aquellos que tienen que ver con una concepción humanista del ser humano. En este sentido, además, valora las acciones que benefician a la comunidad y mantiene que es difícil ser feliz en una comunidad donde la mayoría no lo es.

La experiencia muestra que hay placeres de mayor calidad y, precisamente estos, son los que satisfacen aquello que hay en nosotros  que nos hace específicamente humanos, resultado de nuestra inteligencia y valores más nobles.



Entradas relacionadas: