Pintura Renacentista en España: Evolución, Artistas y Obras Maestras
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Siglo XVI: Primera Mitad
Como en otras disciplinas, podemos dividir la pintura renacentista española en dos etapas: primera y segunda mitad del siglo XVI. También se observan variantes regionales.
Castilla
La transición al Renacimiento la marcan Pedro Berruguete y Juan de Borgoña.
Pedro Berruguete (h. 1450-1504), formado en la tradición flamenca, funde esta con la influencia italiana que recibe tras su viaje a Italia para trabajar en el palacio del duque de Urbino. Sus principales obras se hallan en Ávila, como son el retablo mayor de la Catedral, el retablo del altar mayor del convento de Santo Tomás y otros, más pequeños, del mismo monasterio dedicados a San Pedro Mártir y Santo Domingo de Guzmán (Museo del Prado).
Juan de Borgoña (m. 1535?) presenta mayor influencia del Quattrocento italiano; trabaja principalmente en torno a Toledo, donde está su obra maestra, la decoración de la Sala Capitular de la Catedral. Interviene en colaboración con Berruguete en el retablo de la catedral de Ávila.
Andalucía
El principal autor es Alejo Fernández (m. 1545). Funde la tradición nórdica (su origen era alemán) y la italiana, y cuya principal obra es la Virgen del Buen Aire, en el Alcázar de Sevilla. A este autor le siguen Luis de Vargas (La generación temporal de Cristo, Catedral de Sevilla) y Pedro de Campaña (El Descendimiento, Catedral de Sevilla), ambos con mayor influencia italiana.
Levante
Región muy relacionada con Italia, destacan como introductores Hernando Yáñez de la Almedina y Hernando Llanos, ambos con gran influencia de Leonardo; su obra principal, realizada conjuntamente, es el retablo de la catedral de Valencia. En el segundo tercio del siglo, es más la influencia de Rafael, siendo el autor más característico Juan Masip -Juan de Juanes- (m. 1579), cuyas obras se caracterizan por el equilibrio en las composiciones y el dibujo "rafaelino", creador de tipos que serán repetidos por sus contemporáneos. Realiza en colaboración con su padre, Vicente Masip, El bautismo de Cristo, siendo su obra maestra La Cena, que presenta recursos manieristas como la agitación de las figuras y las posturas amaneradas.
Siglo XVI: Segunda Mitad
Será Castilla la región artísticamente dominante, distinguiéndose dos grupos de artistas: los seguidores del arte oficial de la Corte y los que trabajan por encargo de particulares.
Grupo de la Corte
Dentro del primer grupo existen varios artistas italianos y españoles. Entre estos destacan: Fernández de Navarrete, seguidor de Tiziano, su obra maestra es La degollación de Santiago. Alonso Sánchez Coello el mejor retratista de la corte de Felipe II; son importantes los retratos del Príncipe Don Carlos, de Isabel Clara Eugenia y de Felipe II. Juan Pantoja de la Cruz, seguidor de Sánchez Coello, realiza varias obras para el Monasterio de El Escorial, destacando su retrato de Felipe II.
Grupo de Encargos Particulares
En el segundo grupo están los más importantes autores de la etapa: Luis de Morales, -El Divino- (h. 1500-1586) no aceptado por Felipe II, alcanza gran fama por sus obras de devoción, caracterizadas por una técnica impecable, casi miniaturista, y por figuras de suave modelado. Son importantes sus Vírgenes, muy estilizadas -Virgen con el Niño- y el retablo de Arroyo de la Luz.
El pintor más importante del último tercio del siglo es El Greco (1541-1614). Tras su estancia en Venecia y Roma, se establece en Toledo, donde realiza su obra. Una de sus primeras obras maestras es El Martirio de San Mauricio y la legión tebana, que no agradó a Felipe II. Recibe gran número de encargos de particulares e instituciones religiosas a través de los cuales llega a conocer el carácter castellano. Su obra evoluciona desde una marcada influencia italiana (Ej. La Trinidad), caracterizada por el movimiento manierista y la técnica dibujística, hasta una técnica de manchas de color y efectos de luz (Ej. El Bautismo de Cristo, La Crucifixión) a la que llega hacia 1588, momento en el que realiza su obra maestra, El entierro del Conde de Orgaz. A partir de este momento, sus principales características se acentúan -escorzos violentos, alargamiento de los cánones-, de las que son ejemplo la Venida del Espíritu Santo, existiendo también una tendencia hacia los colores simplificados, predominando los grises (Ej. Retrato del Cardenal Tavera).