La pintura barroca: italiana, flamenca Rubens y holandesa Rembrandt
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5. La pintura barroca: italiana, flamenca Rubens y holandesa Rembrandt: La pintura barroca se interpreta de dos modos muy diferentes, según se trate de países católicos, en los que tendrán gran importancia la contrarreforma, o de países como Holanda, en los que apenas tuvo incidencia. La mayor parte de los temas en los países de raíz católica son religiosos. La pintura sirve para difundir a los creyentes los principales dogmas de la fe católica. Uno de sus objetivos será hacerlos verosímiles. También se ocupan de temas mitológicos, pero no se interpretan con el rigor con el que se hizo durante el Renacimiento. En Holanda, el artista trabaja por encargo. Predominan los retratos, especialmente de los grupos, los bodegones, los paisajes y las escenas cotidianas. La luz es uno de los elementos más importantes del cuadro. Con ella se intensifica el dramatismo y se enfatiza todo aquello que se quiere resaltar de un modo especial. Los cuadros barrocos están llenos de movimiento. El color adquiere gran importancia.
Pintura italiana: Caravaggio
En Italia existieron dos corrientes bien diferenciadas que están representadas por sendos grupos de pintores. Por un lado, una corriente naturalista o realista, encabezada por Caravaggio. Posee una de las biografías más turbulentas de la historia del arte: hombre problemático, de difícil carácter, enemigo acérrimo de los Carracci, acusado de asesinato y perseguido por la justicia teniendo que huir por ello de Roma. Su forma de pintar revolucionó este arte. Sus primeros pasos dentro de la pintura los dio en Lombardía. Más tarde fue a Roma, donde completó su aprendizaje. Es un gran naturalista, el creador del tenebrismo, que se basa en los intensos contrastes entre luz y sombra. Las luces dirigidas suelen atravesar diagonalmente el lienzo. Entre sus primeras obras destacan: Baco, en ella se detiene en la captación de las diferentes calidades: la transparencia de la copa que sujeta en sus manos, la piel nacarada y satinada del dios, la blancura de la tela que le cubre y la naturaleza muerta sobre la mesa. Más tarde pintó el rostro terrorífico de la Medusa, los jugadores de cartas y las adivinas. La mayor parte de su producción artística es de temática religiosa. La pintura de Caravaggio impresionó a muchos artistas que trataron de seguir su estilo y especialmente su manera de jugar con las luces y las sombras. Los grandes antagonistas de su pintura fueron los Carracci, que realizaron una pintura mucho más clásica.
Pintura flamenca: Rubens
Rubens, además de pintor, era diplomático. Realizó un gran número de viajes que le permitieron conocer el panorama pictórico y unir múltiples influencias para crear un estilo personal en el que se distingue la preferencia por los colores cálidos, las anatomías femeninas generosas de pieles nacaradas, características también de la pintura veneciana, y más concretamente de Tiziano, y el clasicismo de Rafael y de los Carracci. Se convirtió en uno de los puntos de referencia más importantes para los pintores románticos. Es un pintor que refleja en sus obras la vitalidad, el dinamismo y cuando la escena lo requiere un gran dramatismo. Cultivó con igual maestría la pintura religiosa que la mitológica. También fue un hábil retratista, como se ve en su propio autorretrato y en los del duque de Lerma y de Helena Fourment. De sus cuadros de temática religiosa destacan el Descendimiento de la cruz, en el que la luz se concentra en el cuerpo de Cristo y en la sábana con la que se le va a envolver, al tiempo que describe una clara línea diagonal que se convierte en eje compositivo del cuadro. Otras obras religiosas son la Adoración de los Reyes Magos y la Anunciación, que está influenciada por las obras de Caravaggio y Tintoretto. Fue muy hábil pintando temas de carácter mitológico. Las Tres Gracias es una de las obras que mejor ilustra esta idea y una de las más conocidas de Rubens. También pintó obras paisajísticas como el Paisaje con Filemón y Baucis. El estilo de Rubens se puede resumir en tres exaltaciones: el color, el movimiento y la forma gruesa.
Pintura holandesa: Rembrandt
En el retrato es una de las facetas en las que más destreza demostró, especialmente en el retrato colectivo. Destaca la Lección de anatomía del doctor Tulp. Este cuadro sobrepasa la simple galería de retratados que constituían otras obras de las mismas características, y se convierte en una escena en la que los retratados aparecen realizando una disección de un cadáver. Rembrandt se autorretrató en numerosas ocasiones, solo o con su esposa. El denominador común de todos ellos es la placida y penetrante mirada que atrapa al espectador, le involucra y le interroga. Juega con los contrastes lumínicos, pero sin la violencia de Caravaggio. Realizó obras de carácter mitológico como el Rapto de Ganimedes y Danae. También cultivó obras de carácter religioso. En las obras en las que recrea escenas del Antiguo Testamento se detiene en los ropajes y los entornos. Destaca su obra La Adoración de los Pastores, una escena íntima envuelta en una luz cálida y dorada. Hizo paisajes de naturalezas desbordadas e inhóspitas. Se inspiró en paisajes que le rodeaban: los molinos, los bosques y los campos, etc. Hizo algunas naturalezas muertas como El buey desollado, en el que se adelanta al impresionismo. Es uno de los más importantes autores de grabados. Es un gran maestro del color y la luz. El color lo aplica en manchas gruesas y en la luz no le interesan los valores ópticos sino poéticos, y se funden de forma caprichosa sin seguir las leyes de la física.