La Pintura Barroca Española: Velázquez y sus Etapas Artísticas

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La pintura barroca española: Velázquez

Características de su estilo:

  • Trabajo al óleo alla prima, pintando sin dibujo previo, con arrepentimientos frecuentes.
  • Como pintor barroco participó de la búsqueda de la realidad, exaltando al hombre concreto, frente al ideal renacentista del arquetipo de belleza.
  • Participó en la corriente naturalista, utilizando el recurso del tenebrismo, y más tarde de la corriente clasicista.
  • Evolucionó a lo largo de su obra.

Historia:

Nació en Sevilla, a los doce años entró en el taller de Pacheco, pintor, teórico de la pintura y veedor de la adquisición. Hay varias etapas de su obra:

Etapa sevillana:

Es una etapa naturalista, pero sin llegar a lo desagradable. Trata de los temas de forma directa y muestra preferencia por las medias figuras y el bodegón. Los tipos son de plasticidad dura, dibujados con precisión y detalle. Emplea luz tenebrista que acentúa los volúmenes. Los colores son terrosos y de aspecto mate, con abundancia del negro betún. A esta etapa pertenecen 'La vieja friendo huevos', 'El aguador de Sevilla' y 'La adoración de los reyes'.

Primera etapa madrileña:

Se instaló definitivamente en la capital y en la corte. Aunque en esta etapa mantiene su estilo sevillano, no deja de progresar, demostrando su maestría sobre todo en los retratos. Uno de sus primeros encargos es un retrato del joven Felipe IV. A partir de este momento inicia el trabajo para la corte. Allí comienza a desarrollar su evolución artística. La obra más importante es 'El triunfo de Baco', en la que vemos por primera vez, su visión crítica de la mitología y por otro lado el mundo que recrea las novelas de pícaros.

Primer viaje a Italia:

Por consejo de Rubens, viajó a Italia. Visitó Venecia, Roma y Nápoles y decidió estudiar obras de grandes maestros como Tintoretto, Miguel Ángel y Rafael. Su conocimiento de la pintura italiana hace que mejore el dibujo y que elimine el negro de su paleta; su pincelada es más suelta y comienza a hacerse patente su preocupación espacial conseguida mediante juegos de luz. La obra más importante es 'La fragua de Vulcano'.

Segunda etapa madrileña:

Es una etapa de intensa actividad artística. La paleta se aclara y aparecen sus característicos tonos plateados. La pincelada es suave y ligera, con poca materia. Todo en su obras está cohesionado para unir atmósfera, color en brillos parpadeantes y figuras que se alzan en el espacio, como envueltas en él. Es el momento en el que Velázquez empieza a comprender que el ojo humano solo apreciar el objeto que enfoca, mientras el entorno se vuelve borroso y se desdibuja. A este periodo pertenecen varias obras importantes como 'El cristo crucificado', 'La rendición de Breda' y el retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos.

Segundo viaje a Italia:

Viajó a Italia a comparar obras de arte para Felipe IV. En esos años pintó varias obras maestras: 'El retrato del Papa Inocencio X', de gran penetración psicológica. 'La Venus del espejo' adopta la postura de la estatua del hermafrodita, como un tributo a la escultura clásica. El desnudo de la Venus es naturalista y su cabeza impresionista.

Tercera etapa madrileña:

De vuelta a Madrid, su estilo alcanzó la plenitud. Sigue con su pincelada suelta y abreviada y se interesa más por la luz. Sus composiciones son mediatas y complejas. Las últimas obras de Velázquez son 'Mercurio y Argos', algunos retratos de la princesa Margarita, 'Las Meninas' y 'Las Hilanderas'.

Las Meninas es una obra profundamente elaborada y de difícil explicación, que ha dado lugar a distintas interpretaciones. La más tradicional alude a que Velázquez está retratando a los reyes, Felipe IV y su esposa, que ocuparán el espacio del espectador y por eso se reflejan en el espejo del fondo. La infanta Margarita, que curiosea el trabajo del pintor, tiene sed y sus meninas le sirven agua. La acompañan dos enanos, un perro, la dueña y el guardadamas. El cuadro está realizap con manchas de color, mostrando un claro predominio de lo pictórico. El aire es protagonista de la obra.

Las Hilanderas sufrieron un deterioro importante en el incendio de Alcázar; en la restauración se añadieron un trozo de lienzo en la parte superior y otros en los laterales. Aunque a simple vista parece una escena de género, esconde un tema mitológico, la fábula de Aracne, en concreto su competición con la diosa Minerva para decidir quién era mejor tejedora. En el primer plano vemos, en un taller de hiladura, a la diosa, disfrazada de anciana, y a Aracne junto con otras tres trabajadoras. En el segundo plano, muy iluminado, Minerva, recuperada ya de la parencia divina, levanta la mano para castigar la soberbia de Aracne porque ha tejido un tapiz en que, burlándose de los dioses, había representado a Zeus metamorfoseado en toro y raptando a Europa. Las Hilanderas es uno de los mejores exponentes de perspectiva aérea. Finalmente Velázquez murió en Madrid sin dejar verdaderos discípulos.

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