El Pensamiento de Nietzsche: Deconstrucción de la Cultura Occidental y la Voluntad de Poder

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Contexto Histórico y Sociocultural de Nietzsche

El siglo XIX fue una época dominada por el imperialismo colonialista y marcada por acontecimientos como el Congreso de Viena, la Revolución de 1848, la unificación italiana, la unificación alemana y la creación de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores). En el marco sociocultural, se observa la hegemonía del liberalismo, la aparición del socialismo y el comunismo, el auge de los nacionalismos, el inicio de la cultura de masas y los enfrentamientos entre la burguesía y el proletariado. Nietzsche se considera un filósofo vitalista porque convierte la vida en el principal tema de reflexión. Su filosofía tiene una doble vertiente: una negativa, que critica los valores de la cultura occidental, y otra positiva, que propone conceptos como el superhombre, la muerte de Dios y el eterno retorno.

Crítica de los Valores de la Cultura Occidental

La cultura occidental es vista por Nietzsche como una cultura racional, dogmática y decadente, que se opone a la vida y a los instintos. Por esta razón, Nietzsche realiza una crítica total de la cultura occidental, abarcando la religión, la moral, la filosofía y la ciencia, con el fin de destruirlas y provocar una transmutación de valores (invertidos). Las consecuencias de esta crítica serían la eliminación de la autoalienación de la existencia y la llegada a una visión de la vida misma como voluntad de poder. Sin embargo, Nietzsche no cree que se puedan alcanzar estos valores en la práctica.

Crítica a la Filosofía

Para Nietzsche, la filosofía es una ciencia que trata los errores fundamentales del hombre como si fueran verdades fundamentales. Según él, lo que la filosofía tradicional ha considerado como ser, no lo es. Lo único que es, es el devenir. Nietzsche afirma que con Sócrates se inicia la decadencia griega. Por tanto, su crítica va destinada a la filosofía desde Platón y Sócrates hasta la actualidad, excluyendo a los presocráticos. La filosofía tradicional ha cometido principalmente dos errores:

  • Minusvalorización del devenir, que conlleva la desvalorización del conocimiento sensible. Nietzsche rechaza la contraposición de un mundo verdadero y uno aparente, y afirma que el único que existe es el segundo, el mundo sensible. Propone la inversión de la ontología y de la valoración del ser que se ha hecho hasta ahora.
  • Confusión entre lo último y lo primero. Según Nietzsche, la filosofía está guiada por conceptos supremos y generalísimos que están vacíos, son meras generalizaciones. En un primer momento, estos conceptos son metáforas de la realidad, pero acaban quedando vacíos y constituyen signos que ocupan el lugar de las intuiciones.

Finalmente, Nietzsche afirma que los filósofos no buscan la verdad, sino que buscan su verdad, la cual se encuentra relacionada con su subjetividad y sus valores. Por eso, la verdad es subjetiva.

Crítica a la Ciencia

Nietzsche critica el mecanicismo y el positivismo por su relación con la metafísica tradicional, porque están inspirados en la lógica. Especialmente, realiza una crítica a la matematización de lo real, la cual nos ayuda a establecer relaciones cuantitativas entre las cosas, pero no nos ayuda a conocerlas y, además, tiende a anular las diferencias que se producen entre ellas. Según Nietzsche, la matematización reduce las cualidades a cantidades, y esto es un error. Además, la ciencia no conoce el devenir, sino que lo niega, y solo sabe de cantidad y número, no sabe de amor, placer, etc., y, por tanto, no explica al hombre. La ciencia está muy lejos de hacer juicios valorativos.

Crítica a la Religión

Nietzsche rechaza cualquier pretensión de verdad de la religión, ya que esta ha nacido de las angustias y necesidades y se ha deslizado en la existencia a través de los errados caminos de la razón. Según él, Dios es una dimensión de la existencia humana que ha sido proyectada fuera por el hombre. En su crítica a la religión, se centra en el cristianismo. Nietzsche considera esta religión como una forma vulgar de metafísica, una forma de platonismo para el pueblo (ya que, mientras que con Platón solo podían acceder al mundo verdadero los sabios, con el cristianismo, para acceder a este mundo, basta tener fe). El cristianismo, además, destruye los valores más nobles de la vida, pervirtiéndola hasta la raíz. Transforma toda verdad en mentira. Finalmente, Nietzsche defiende el ateísmo.

Crítica a la Moral

Para analizar la moral, Nietzsche usa la genealogía, mediante la cual estudia las raíces de las que nacen los conceptos de bien y mal. Critica la moral tradicional (que se da a partir de Sócrates y Platón) por su antinaturalidad. La moral tradicional está en contra de la vida y la naturaleza. Este error se produce a causa del resentimiento (a causa del desprecio de la vida) propio de los sacerdotes, que surge con el judaísmo y que lo hereda el cristianismo. Nietzsche también ataca el formalismo moral, es decir, critica la intención de formular preceptos morales universales. Trata de poner de manifiesto que, detrás de la pretensión de universalidad y objetividad de los valores morales, se esconden sistemas de preferencia de índole afectiva. Hay dos tipos básicos de moral:

  • Moral de señores: Corresponde a los estados del alma elevados. Es una moral caballeresca, creadora, que implanta valores. Es la moral propia del superhombre y de quien ama la muerte de Dios.
  • Moral de esclavos: Es una tendencia a nivelar y que tiene raíz en el instinto de venganza contra toda forma de vida superior. Defiende la igualdad de todos los hombres y el amor al prójimo, y no crea valores.

En la historia de la cultura occidental, se ha producido un creciente ascenso de los valores plebeyos y una creciente marginación del sentimiento aristocrático de la moral.

Nihilismo

Nietzsche entiende por nihilismo la característica fundamental de la cultura occidental, cuyas metafísicas, ciencia y moral se basan en valores nulos. Este término hace referencia a la situación de la filosofía alemana de su momento y, además, también describe la historia de la cultura occidental; el nihilismo no solo es un acontecimiento en la historia, sino el motor de la historia del hombre como historia universal. Nietzsche quiere acabar con el nihilismo y, por ello, realiza la crítica de los valores de la cultura occidental. Una manifestación del nihilismo es la muerte de Dios. La muerte de Dios hace referencia al abandono de la visión cristiana del mundo en la cultura europea que tiene lugar desde el Renacimiento. La muerte de Dios se puede ver de dos maneras:

  1. Como la autodesvalorización de la religión, la moral y la metafísica, lo que provocaría un empobrecimiento del hombre, con un ateísmo superficial y un desenfreno moral.
  2. Como la transmutación activa y expresa de los valores, que supondría un nuevo modo de pensar afirmativo, que afirma la vida y la voluntad en la vida, y que expulsa todo lo negativo. Este pensamiento, además, creerá en el eterno retorno y en la inocencia del porvenir y el pasado. Este pensamiento se denomina pensamiento trágico y provocaría la aparición del superhombre.

El Superhombre

El superhombre es un nuevo modelo humano, espiritualmente más elevado, que ha superado el pensamiento trágico del eterno retorno. Este superhombre supera la moral tradicional y llega a la nueva moral de acuerdo con su naturaleza. Es un espíritu libre. La transformación del hombre en superhombre ocurre en tres fases:

  • Camello: En este momento, el hombre carga con el peso de la ley moral, es como un animal de carga que obedece a su amo.
  • León: En este momento, el hombre se cansa de la carga que lleva encima y se rebela contra su amo, librándose de la carga. Se convierte entonces en un hombre crítico que dice "yo quiero" e impone su voluntad.
  • Niño: El hombre se va quitando cargas y creando sus propios valores, busca la afirmación de sí mismo.

Características fundamentales del superhombre:

  • Ansia de vivir.
  • Superación.
  • Práctica de la moral de los señores.
  • Cambio de la forma de vivir (riéndose de los antiguos valores).
  • Vive la fidelidad de la tierra, lejos de la idea de Dios.
  • Vive la voluntad de poder.
  • Vive el eterno retorno.

Voluntad de Poder

La voluntad de poder es el conjunto de fuerzas y energías que constituyen la realidad, la vida. El término se inspira en la "voluntad de vivir" de Schopenhauer, aunque en Nietzsche designa el impulso creador que subyace a la realidad. Se trata de una voluntad que no aspira al ser, sino al "ser más".

Eterno Retorno

El eterno retorno es una expresión inspirada en la concepción cíclica del tiempo, propia de los presocráticos, que pretende superar la idea lineal del tiempo, propia del pensamiento judeocristiano; une finitud y eternidad, y le da infinito valor a cada instante de la existencia. Como el tiempo es infinito y las fuerzas que forman la voluntad de poder son finitas, Nietzsche afirmará que todos los sucesos de la realidad se repetirán eternamente.

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