Pedro García cabrera un dia habrá una isla

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Un día habrá una isla es uno de los textos fundamentales del poeta Pedro GARCÍA CABRERA
(Vallehermoso, La Gomera, 1905 Santa Cruz de Tenerife, 1981), incluído en su libro Las islas en que
vivo
(ed. Nuestro Arte, 1971). La fecha de composición del poema es 1964 y está dedicado a su sobrina
María de los Ángeles García Soto. El texto se integra en la segunda etapa de la obra lírica de García
Cabrera, coincidiendo con la posguerra; un periodo caracterizado por la ausencia de libertad impuesta
por el régimen dictatorial de Francisco Franco (Ferrol, Galicia, 1892 Madrid, 1975). Esta segunda etapa
de la obra del poeta canario se caracteriza por la asimilación sui generis de los postulados de la poesía
social, en boga en todo el país desde la década de los cincuenta; en su caso, en particular, sin
menoscabo de una depurada expresión lírica, firmemente asentada desde su fértil periodo
vanguardista: Líquenes (1928), Transparencias fugadas (1934), La rodilla en el agua [1934-35], etc.
Las islas en que vivo, junto con otros textos coetáneos (La esperanza me mantiene, 1959; Entre 4
paredes
y Vuelta a la isla, 1968; Hora punta del hombre, 1970) forman uno de los ejes principales de la
producción lírica de Pedro García Cabrera, que trata el tema de la esperanza en un futuro mejor a través
de la obtención de la libertad no solo para los heridos, humillados y represaliados por la represión
franquista, sino para todos. Por tanto, UN DÍA HABRÁ UNA ISLA es un poema centrado en el tema
fundamental que recorre buena parte de la obra de Pedro García Cabrera: la libertad.

En este sentido, el poema de García Cabrera está vinculado a la tendencia temática de esta literatura,
pues Un día habrá una isla… plantea el tema del deseo de libertad, no solo individual o para los heridos,
humillados y represaliados por la represión franquista, sino para todos. Y lo hace con un estilo sencillo, muy
expresivo, claro, nítido, rotundo con la pretensión de acercarse a la inmensa mayoría, tal y como harán otros
poetas: Celaya, Blas de Otero, etc. Esta contundencia y expresividad vine avalada por paralelismos, reiteraciones
y versos rotundos que no sea silencio amordazado, que me entierren en ella, Solo o estoy, y se tragan el
tiempo en carne viva,…
Obviamente, este tema no es aislado en su poesía, sino reiterativo en su creación hasta el final de su
vida. García Cabrera lucha en su poesía contra la injusticia, la opresión porque, por encima de todo, tal y como
manifiesta en su célebre composición A voz en grito ama la libertad: Contra viento y marea/con el alma en
un hilo/entre luces y sombras/ amo la libertad.
El poema se estructura en tres partes: la primera la constituyen los versos del 1 al 5, en los que
manifiesta su anhelo y certeza de que en un futuro habrá una isla libre en la que disfrutará de su libertad junto a
todos y donde desea ser enterrado ("Un día habrá una isla…"). En la segunda parte (versos 6-13) muestra su
vertiente solidaria, pues ansía compartir dicha libertad con el resto de seres humanos. Finalmente, en la tercera,
vuelve a reiterar su deseo de libertad compartida, aludida metafóricamente con la expresión la alegría del
mar, de manera que el poema presenta una estructura circular, dado que en la primera y última parte reitera la
misma idea, su deseo de que su isla no sea silencio amordazado.
El carácter literario
El carácter literario de este texto de Pedro García Cabrera se justifica sobradamente
atendiendo a los dos niveles de estudio de la obra literaria: expresión y contenido. . Se trata de un texto lírico en
el que el autor expresa sus ideas, sentimientos y anhelos más íntimos y personales de forma subjetiva. En este
caso el sentimiento predominante es la búsqueda de la libertad en toda su extensión
El poeta desea provocar determinados efectos en el lector y, para ello, explota todas las posibilidades
que la lengua le permite a través de dos funciones del lenguaje: la expresiva, para transmitir la hondura de los
sentimientos mencionados, y la función poética, presente a través de una interesante sucesión de recursos
estilísticos.
La estrofa que elige García Cabrera es una silva en la que se combinan a voluntad versos heptasílabos
con endecasílabos con una rima que da relevancia a la asonancia i-a de los versos impares 1, 5, 9, 13, 17 y
focaliza así la atención sobre el concepto isla.
Recordemos que, en la preocupación constante por el paisaje, la
isla ocupa siempre el epicentro de su mirada. Es importante destacar en este apartado, la presencia de muchos
encabalgamientos suaves; así observamos la presencia del encabalgamiento oracional del comienzo y el final del
poema isla/que no sea…. que fluye suavemente hasta el final del verso encabalgado, esto le aporta sosiego al
verso, lo que hace que la reivindicación de libertad no resulte agresiva ni abrupta.
Por su propio carácter de poesía social, y tal y como ya se ha comentado, el lenguaje es sencillo, pero
ello no impide un uso literario y connotativo del mismo, fiel reflejo de la función poética dominante
Entre los recursos estilísticos más destacados podemos encontrar: el empleo recurrente del
hipérbaton que pone de relieve ideas y conceptos claves. Lo observamos en los versos 6 y 7 que destacan la
imagen de la soledad y la presencia de los otros respectivamente, así como en el verso 16, que evoca la imagen
de la esperanza (la alegría del mar). La antítesis del verso 15 (del combate en que muero y en que vivo) nos
recuerda su lucha por la existencia en libertad, lucha que emprende a través de su palabra personificada (mis
palabras se liberen/del combate en que muero y en que vivo).

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