Patrimonio plástico artístico

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TEMA 1. DEFINICIÓN DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO. 1. INTRODUCCIÓN: EL APRECIO POR LOS BIENES

La idea principal de este tema es conocer el Patrimonio desde la historia, pues si en la actualidad contamos con toda una serie de Bienes, denominados Culturales, es porque en todo tiempo ha existido el interés por preservar los objetos creados por el hombre. Bienes atesorados por su belleza formal, por la riqueza de su material, por devoción, por admiración… Los motivos son muchos y cambiantes pues cada momento histórico establece su preferencia.

2. LA ANTIGÜEDAD Y LA Edad Media

Desde los tiempos más remotos el hombre ha desarrollado su capacidad artística.

La Antigüedad

De la antigüedad greco-romana se conocen múltiples noticias reveladoras del gusto por coleccionar cerámicas, pinturas, esculturas… procedentes de botines de guerra o adquiridas en el mercado por el interés que suscitan.
La civilización romana sintetiza toda una tradición que proviene de la Grecia clásica y continuada en el período helenístico, procura la protección de las piezas y arquitecturas heredadas. Ejemplos:
o La máscara funeraria de Agamenón (Micenas).
o La estatua crisoelefantina de Atenea (Grecia clásica).
o Las esculturas y monumentos debidos a los reyes de Pérgamo (Grecia helenística).
o La exposición pública de las obras atesoradas en los templos ordenada por Agripa (Roma).

La Edad Media

Se inicia un nuevo período histórico marcado por las devastadoras invasiones de los pueblos bárbaros. Son éstos núcleos de civilización esparcidos por toda Europa cuya autoridad domina la época medieval. En ellos se conjuga el viejo mundo pagano y la naciente religión. La amplitud temporal de esta época permite una caracterización muy general en la que se puede señalar: Los convulsos siglos iniciales de la Alta Edad Media, poco propicios a la creación artística, y los siglos correspondientes a la Baja Edad Media en los que el fervor religioso favorecíó mantener o emprender nuevas y magníficas construcciones. Respecto a los primeros siglos (V-IX) en Europa se utilizaron los edificios preexistentes o se aprovecharon sus materiales para los de nueva planta. En la Península Ibérica son abundantes los monumentos conservados del denominado arte prerrománico, tanto de visigodos, como de astures o mozárabes (ej. La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave, en Zamora). Son los pequeños objetos transportables, como armas o joyas, los que predominan en la Alta Edad Media, entre los que se puede recordar:
o La orfebrería visigoda, las cruces votivas, los manuscritos y las miniaturas prerrománicas.
Bienes muebles cuya permanencia en el tiempo la explica el valor simbólico adquirido y su depósito en los tesoros o custodia de los monasterios. La Baja Edad Media (X-XV) son los siglos de las Cruzadas y los de las peregrinaciones impulsadas por el feudalismo y el clima religioso. También, los de los viajes comerciales que facilitaron el conocimiento de otras culturas. La peregrinación a los Santos Lugares para venerar las reliquias de los primeros mártires permitíó admirar expresiones artísticas diferentes. El viaje a Oriente favorecíó el intercambio de influencias, así lo revelan los múltiples ejemplos de Europa: se traen mosaicos, capiteles y columnas. Se origina una rica orfebrería que permite el traslado de las reliquias allá donde el culto las reclama. Este escenario permite pensar que los bienes y piezas de las denominadas artes menores son las impulsoras del desarrollo de la arquitectura, pues iglesias y monasterios deben recibir a los peregrinos que acuden a rendir culto a los mártires. Es la época de las catedrales, de los edificios civiles como hospitales, universidades o ayuntamientos y del desarrollo de la ciudad que crece y se embellece dentro de sus murallas. Las construcciones ROMánicas y góticas son el soporte de vidrieras, relieves, esculturas, pinturas, retablos, tapices… que completan los interiores. Los bienes artísticos se convierten en medios para la alabanza a Dios y componen un rico conjunto de Bienes que en el transcurso del tiempo se valorará de muy diferente manera.

3. LOS SIGLOS XVI Y XVII

El punto crucial en la historia del Patrimonio sobreviene cuando en Italia los humanistas del Quattrocento establecen que sus estudios llevan a una época nueva sin conexión con el pasado, la oscura etapa medieval, que se intentará relegar al olvido y que busca servirse del modelo proporcionado por la Antigüedad. La arquitectura y obras de arte romanas adquieren una perspectiva nueva: son el testimonio de un pasado glorioso. La Historia y el Arte, Patrimonio histórico-artístico, se introducen en el concepto de Patrimonio y desde este momento se puede fijar el inicio de ese querer acumular con un sentido de memoria y futuro. Por esta razón, en el Renacimiento, siglos XVI y XVII, artistas como Brunelleschi, Donatello, Ghiberti y Miguel Ángel, miran, contemplan, estudian los antiguos edificios con ojos nuevos como una enseñanza que deben aprender no sólo para imitar, sino para superar. En el mismo sentido, se puede citar la labor de protección de las artes del papa Nícolás V, quien encarga a Alberti el mapa topográfico de Roma para iniciar la restauración de la ciudad. También, la claridad del planteamiento de Pío II cuando expresa que la ciudad de Roma tiene que conservar todo el esplendor de sus edificios. El siglo XVI sigue confirmando el gusto por las obras clásicas. Hasta la Edad Moderna no se tiene sentido de Patrimonio histórico-artístico, por lo que los Bienes se han salvaguardado mientras han mantenido su función o por guarecerse en iglesias y monasterios. Detenerse a hablar sobre la función y la estima de la obra de arte excede los objetivos del tema, pero se puede deducir que emanan de unas pautas económicas, religiosas, políticas… propias de cada momento histórico, y que por lo tanto son cambiantes y de ellas depende su valor o significado.

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