Panorama de la Novela Española de finales del siglo XIX y principios del XX
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Pío Baroja
Pío Baroja es el autor de novelas por excelencia de la generación del 98: escribió casi un centenar de ellas, de gran calidad narrativa, organizadas en grupos de tres (trilogías).
Baroja toma como punto de partida la observación de muy variados personajes, situaciones y lugares de la realidad:
- Madrid, ambientes y clases sociales diversos (Trilogía de la lucha por la vida)
- Ciudades europeas que él había visitado personalmente: Roma, París, Londres (Trilogía de las ciudades)
- El País Vasco y las tareas del mar (Trilogías Tierra vasca y El mar)
- Las guerras carlistas y la historia española del siglo XIX (Memorias de un hombre de acción)
- Conflictos existenciales en la España de la época (El árbol de la ciencia, Camino de perfección)
Estructura y estilo de sus novelas
- Se centran en un personaje que nos lleva por distintos ambientes sociales.
- Predominio de la acción y del diálogo, con una entrada y salida rápida de personajes secundarios, pero significativos.
- Maestría en la presentación de situaciones sociales y personajes.
- Análisis crítico, generalmente pesimista y escéptico.
- Reflexiones o descripciones de carácter poético que reflejan la condición romántica y sensible del autor.
- Lenguaje claro, ágil, espontáneo y, a veces, descuidado.
Miguel de Unamuno
Unamuno trasladó a sus novelas buena parte de las preocupaciones filosóficas y religiosas planteadas en sus ensayos, en su poesía y en su obra dramática.
Lo narrado en San Manuel Bueno, mártir plantea el problema de la fe religiosa; Niebla traduce las inquietudes existenciales. Trató también asuntos como la envidia (Abel Sánchez), el sentimiento de maternidad (La tía Tula) o la educación (Amor y pedagogía).
Sus novelas se estructuran en torno a un personaje protagonista que encarna la idea sobre la que se quiere reflexionar. Por esta razón, en sus novelas son muy importantes los diálogos, donde hay intercambio de ideas y puntos de vista. Se reducen al mínimo las descripciones a favor de debates o monólogos con un lenguaje preciso, filosófico y poético.
Sabía que escribía novelas diferentes y acuñó el término "nivola" para sus novelas.
José Martínez Ruiz, Azorín
Fue el gran renovador de la prosa descriptiva. Su lenguaje cuidado está construido sobre un léxico preciso (empleando palabras en desuso).
Escribió novelas para entender los temas y problemas de la generación del 98: La voluntad, donde se trata el tema de la abulia (falta de voluntad) como defecto esencial; Confesiones de un pequeño filósofo, en la que, frente a los males nacionales, propone su subjetividad como refugio.
En sus libros de viaje y de paisaje (La ruta de Don Quijote), Azorín evoca, en tono lírico, pero también crítico, la historia, la cultura y la realidad española.
Ramón del Valle-Inclán
La obra narrativa de Valle-Inclán sigue la misma evolución cronológica, estética e ideológica que su teatro:
- En su primera fase modernista corresponde el ciclo de las Sonatas (Sonata de otoño, de estío, de primavera y de invierno), cuatro novelas que reúnen las memorias del marqués de Bradomín, narrador en primera persona. Representan la culminación de la prosa modernista en España, con un lenguaje elegante, cuidado y preciosista, rítmico y lleno de imágenes que busca crear sensaciones.
- El ciclo teatral de Las Comedias bárbaras coincide aproximadamente con la trilogía narrativa de la guerra carlista, donde se puede observar la simpatía estética del autor por las ideas carlistas.
- En la etapa dramática del esperpento, destaca la primera novela en castellano sobre un dictador, un tirano, en un país hispanoamericano, escrita mediante la técnica del esperpento. Con esta técnica también escribió El ruedo ibérico.
La novela vanguardista
A partir de 1910 se fueron introduciendo en España diversos movimientos vanguardistas con planteamientos estéticos innovadores en todas las artes (pintura, música, literatura...). Entre la época juvenil de la generación del 98 y la del 27 se desarrolla en España el Novecentismo (referencia al siglo XX, mil novecientos…) y significa una apuesta decidida por lo moderno, con una mirada de reojo, y con frecuencia despectiva, al siglo anterior. Los novecentistas quisieron incorporar también a la novela los hallazgos vanguardistas europeos, con una especial atención al lenguaje, que, cargado de metáforas, se hace complicado y minoritario. Novecentista más destacado: Ramón Pérez de Ayala.
Introdujo técnicas narrativas innovadoras, como la variedad de puntos de vista, lo que enriquece mucho el relato. Sus novelas suelen contener aspectos intelectuales y un lenguaje cuidado, con una gran variedad y riqueza de léxico, además de no olvidar la ironía y el humor. Entre sus novelas de su primera época destacan: A.M.D.G. y Troteras y danzaderas. En sus novelas de su segunda época pierden realismo y se hacen más intelectuales (Belarmino y Apolonio).