Paisajes irregulares

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T4. LOS PAISAJES NATURALES EN ESPAÑA

El termino paisaje define un territorio caracterizado por uno rasgos físicos y humanos propios, una unidad espacial uniforme y dinámica en la que todos sus componentes están interrelacionados. El paisaje, es por ello, una unidad geográfica sujeta a una constante evolución y transformación en el tiempo. Desde esta perspectiva es necesario partir del concepto de paisaje natural para llegar a entender el significado del término paisaje humanizado. En teoría, un paisaje natural es aquel que no ha sido alterado por las personas, y un paisaje humanizado es el que ha sufrido cualquier transformación provocada por la acción antrópica: construcción de infraestructuras y edificios, roturación de tierras, etc. Pero en realidad, como el ser humano es una especie que se ha extendido por el mundo, apenas quedan paisajes que no se vean influenciados por él, y ninguno de ellos se encuentra en España. Los conjuntos espaciales que calificamos como naturales son más una idea teórica de cómo se desarrollarían los componentes físicos del medio natural (relieve, clima, agua, suelos) y seres vivos sin la intervención humana.

En este tema vamos a analizar desde una visión global los elementos que componen el medio físico español, como piezas interrelacionadas de conjuntos que denominamos paisajes naturales. En España distinguimos cuatro grandes conjuntos paisajísticos: oceánico, mediterráneo, de montaña y canario. Cada uno de ellos se individualiza por un clima propio en conexión con unas aguas, suelos y vegetación, sobre un ámbito geográfico concreto.

1. EL PAISAJE OCEÁNICO

Ocupa la franja norte peninsular: Desde Galicia hasta el N. De Navarra, se caracteriza por un relieve accidentado, con montañas, pendientes, y escasas superficies llanas: Macizo Galaico-Leónés y Cordillera Cantábrica. En el litoral gallego destacan las rías, y el cantábrico es rectilíneo y escarpado. El clima es oceánico, caracterizado por precipitaciones abundantes, suaves y regulares, más de 800 mm anuales, y temperaturas con baja amplitud térmica en la costa por influencia del mar, y moderada hacia el interior, con unos veranos frescos y unos inviernos moderados. En este paisaje los ríos, pertenecen en su mayoría a la vertiente cantábrica, son cortos debido a que nacen en las montañas cercanas al mar, caudalosos y bastantes regulares, de régimen pluvial y pluvionival. Incluye los ríos gallegos y los de la vertiente cantábrica. La vegetación es de bosque caducifolio, hayas y robles, en un bosque denso y umbrófilo. En las zonas de suelos más pobres y altas domina el matorral: la landa de brezo, tojo y retama. Hay abundancia de prados. Los suelos se diferencian según la roca madre sobre la que se forman: de roca silícea, tierra parda, es un suelo rico en humus y con cierta acidez; permite cultivos y pastos. Ranker en las pendientes muy erosionadas, solo es apto para bosques y prados. Sobre roca caliza: tierra parda caliza; permite el cultivo de judías, maíz y prados. Terra fusca en áreas montañosas, apto para bosque.

2. EL PAISAJE MEDITERRÁNEO

Se da en la mayor parte de España: en la Península ocupa el área al sur del paisaje oceánico, Baleares, Ceuta y Melilla.

El relieve es diferenciado según la zona:
En la Península la Meseta está rodeada por cordilleras y depresiones, las Baleares se caracterizan por sierras al Norte y Sur y depresiones en el centro, Ceuta tiene terrenos abruptos y colinas y Melilla mesetas y colinas. En las costas rectilíneas se alternan marismas, amplias playas, albuferas y acantilados. El clima mediterráneo se caracteriza por precipitaciones escasas o moderadas, menos de 800 mm anuales, irregulares y tormentosas, con sequía en verano y violentas tormentas que erosionan fuertemente el suelo. En el sureste peninsular y valle del Ebro las precipitaciones son inferiores a 300 mm (clima mediterráneo estepario). Las temperaturas tienen una amplitud térmica moderada en la costa, con veranos calurosos e inviernos templados, y elevada en el interior peninsular, aislado de la influencia marina. Los ríos peninsulares de la vertiente atlántica son largos, de caudal abundante e irregular con estiaje en verano. Los ríos de la vertiente mediterránea, excepto el Ebro, son cortos, de poco caudal, 4.1

muy irregulares, con acusado estiaje y crecidas otoñales. En Baleares, Ceuta y Melilla no hay verdaderos ríos, sino arroyos y acuíferos. La vegetación se caracteriza por el bosque esclerófilo y perennifolio, de encina y alcornoque. El matorral suele ser de maquia: alto y denso de jara y lentisco; garriga: bajo y poco denso de tomillo y romero; o estepa: hierbas y arbustos espinosos bajos y discontinuos con palmito, espartal, etc. Adaptado a las zonas más áridas. En los suelos muy modificados por la acción humana se distinguen:

-En roca silícea, tierra parda meridional, pobre, destinado a dehesas y pastizales. -En roca caliza, suelos rojos, fértiles para el cultivo y terra rossa, mediocre, para árboles y dehesas.

-En roca arcillosa, vertisuelos muy fértiles, aptos para casi todo tipo de cultivos. -En las áreas de clima estepario, suelo gris subdesértico, pobre en humus y poco fértil.

3. EL PAISAJE DE MONTAÑA

Se da en territorios montañosos situados por encima de 1000 metros de altitud en el norte peninsular, y a mayor altitud hacia el sur, llegando a alcanzar los 2000 m en las Béticas. Se caracteriza por un relieve con fuertes pendientes: Macizo Galaico-Leónés, Cordillera Cantábrica, Pirineos, sistema Ibérico, sistema Central y Sistemas Béticos.

El clima de montaña tiene precipitaciones anuales elevadas, superiores a los 1000 mm, en invierno muchas veces en forma de nieve, y una temperatura media anual inferior a 10 ºC, con inviernos fríos, algún mes con temperatura media cercana o inferior a 0 ºC y veranos frescos y cortos.

Aguas: Los Ríos de montaña tienen en la alta montaña régimen fluvial nival, -caudal máximo en primavera por el deshielo, y el mínimo en invierno porque las aguas están retenidas en forma de nieve-. En la montaña media hay un régimen nivo-pluvial o pluvio-nival, con máximo secundario en otoño de origen pluvial. Los ríos en este curso alto suelen tener gran fuerza erosiva; también hay lagunas de origen glaciar. La vegetación se encuentra escalonada en pisos: - En los Pirineos, desde la base: encinas y robles, coníferas, prados y plantas rupícolas o roca desnuda. - En las demás montañas: bosque típico de la zona, matorrales y prados. Los suelos de estos paisajes son poco evolucionados debido a que las fuertes pendientes dificultan su formación y a que las aguas provocan una fuerte erosión. En roca silícea rankers y tierra parda meridional y en roca caliza: rendzinas y suelo pardo calizo.

4. EL PAISAJE DE LAS ISLAS Canarias

Se da en las Islas Canarias, situadas en el Atlántico, frente a la costa noroeste de África. Las islas orientales -Lanzarote y Fuerteventura- tienen un relieve muy erosionado y aplanado; en el resto de las islas el relieve es volcánico, abrupto y montañoso: conos, calderas, malpaíses, diques, roques y barrancos. En Tenerife el Teide alcanza más de 3.000 m (3718m). El clima se diferencia según la zona: -En las zonas bajas hay un clima estepario o desértico, con precipitaciones muy escasas e irregulares, entre 300 y 150 mm anuales, clima estepario; o por debajo de 150 mm, clima desértico. Los mínimos se dan en las islas orientales. En las zonas altas las precipitaciones aumentan. Las temperaturas son cálidas todo el año, ningún mes con temperatura media inferior a 17 ºC, y amplitud térmica baja (inferior a 8 ºC). -En las zonas medias y altas las precipitaciones se incrementan y las temperaturas descienden. Las aguas son muy escasas e irregulares, se reducen a arroyos y torrentes en superficie, pero cuenta con abundantes acuíferos debido a su suelo poroso. La vegetación es original, con gran importancia de endemismos y reliquias. En las islas con relieve montañoso se organiza en pisos: matorral; palmera-drago-sabinar; laurisilva-fayal y brezal; pino canario y matorral de gran riqueza florística. Los suelos son volcánicos, poco evolucionados, formando con frecuencia “malpaíses” improductivos, hay grises subdesérticos, litosoles y pardos; las cenizas permiten el cultivo de cereales, frutas y flores tropicales.

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