Paisaje Mediterráneo de regadío

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a) Aportación equilibrada: León, Zamora, Salamanca, Ávila, Soria, Huesca, Zaragoza, Teruel, Guadalajara, Toledo, Cáceres, Badajoz e Islas Baleares.

B) Relación entre usos y condiciones naturales del medio:

b1) El relieve: gran influencia, puede facilitar o dificultar las prácticas agrícolas. Sólo el 11% de la superficie está a menos de 200m sobre el nivel del mar (llanura)
. El resto está a mayor altitud, y una parte importante corresponde a la Meseta. Las pendientes y desniveles influyen en la estabilidad de los suelos y las posibilidades de mecanización. Existe una gran coincidencia entre los espacios forestales y las áreas de montaña.
Ello es consecuencia de la escasa aptitud agrícola de las montañas. Las praderas y pastizales ocupan las zonas de montaña media y las grandes penillanuras del Occidente peninsular. Las tierras cultivadas ocupan las superficies más llanas: cuencas interiores de la meseta, las depresiones exteriores y el litoral mediterráneo.
El clima:
Influye a través de las temperaturas, de las precipitaciones y de los restantes elementos climáticos (insolación, vientos…) y no sólo por los valores sino también por la combinación entre ellos y la sucesión a lo largo del año. El régimen climático más extendido es el mediterráneo, de prolongada sequía estival y elevadas temperaturas, exige la adopción de la trilogía de cultivos mediterráneos: trigo, vid y olivo. El regadío se extiende en la vega de los ríos, sobre todo en la zona del litoral mediterráneo. Los prados naturales en la fachada atlántica de abundantes precipitaciones y los pastizales en el interior. Los suelos: es otro de los factores, influye su naturaleza, composición…el desarrollo de las dehesas en el Occidente, suelos silíceos, de escasa fertilidad. Los mejores suelos se reservan para la agricultura, de gran fertilidad los correspondientes a la Iberia arcillosa, valles de Ebro, Guadalquivir y el litoral mediterráneo, especialmente el golfo de Valencia; así como la cobertera de las llanuras meseteñas. La vegetación natural:
En ocasiones se ha eliminado por completo para la plena ocupación agrícola, en otras se mantienen para aprovechamientos forestales, en otros hay un aprovechamiento conjunto surgiendo la dehesa Meseta occidental) que supone un aprovechamiento mixto (agrícola y ganadero) de grandes explotaciones que ocupan suelos de mediocre calidad (silíceos). La cabaña bovina, ovina y porcina se alimenta de la bellota que proporciona las encinas.

b2) Mayor aportación agrícola: Relieve llano y fértil: llanuras a menos de 200m sobre el nivel del mar (litoral mediterráneo, valle del Guadalquivir) y meseta llanura a unos 650 m sobre el nivel del mar (Cuenca del Duero y La Mancha) Ambos de materiales pertenecientes a la Iberia arcillosa, de carácter sedimentarios, que rellenan las cuencas o constituyen la cobertera de las llanuras meseteñas. En el valle del Guadalquivir se corresponde con la campiña. El clima: influye a través de las temperaturas, de las precipitaciones y de los restantes elementos climáticos (insolación, vientos…) y no sólo por los valores sino también por la combinación entre ellos y la sucesión a lo largo del año. El régimen climático más extendido es el mediterráneo, de prolongada sequía estival y elevadas temperaturas, exige la adopción de la trilogía de cultivos mediterráneos: trigo, vid y olivo. El regadío se extiende en la vega de los ríos, sobre todo en la zona del litoral mediterráneo. La vegetación natural: en general se ha eliminado por completo para la plena ocupación agrícola. Mayor aportación ganadera: (fachada atlántica, Sistema Central (Madrid, Segovia) Comunidad de Cataluña) Zona de prados naturales desarrollados en relieve de montaña media (dificulta las actividades agrarias) y clima húmedo, con abundantes precipitaciones bien distribuidas a lo largo del año permiten el asiento de una ganadería vacuna semiestabulada, y porcina, sobre todo en Cataluña de forma estabulada. Aportación equilibrada agricultura y ganadería: Relieve y suelo:
Zonas elevadas. Meseta occidental con una escasa cobertera sedimentaria terciaria ocupada por la ganadería en régimen de dehesa, que supone un aprovechamiento mixto (agrícola y ganadero) de grandes explotaciones que ocupan suelos de mediocre calidad (silíceos). La cabaña bovina, ovina y porcina se alimenta de la bellota que proporciona las encinas. Los mejores suelos se reservan para la agricultura. Valle del Ebro, ofrece caracteres especiales, visibles en una doble gradación de paisajes, desde las montañas hasta el fondo de la depresión, y en longitud, desde el nacimiento del Ebro hasta la desembocadura, de donde resulta una mezcla de influencias y diversidad de paisajes coexistiendo espacios agrícolas (regadío y secano) en la depresión que pertenece a la Iberia arcillosa y, por tanto suelos de gran calidad y ganadera (ovina y porcina) en la montaña y régimen de estabulación. Clima: predomina un clima mediterráneo interior, con fuerte oscilación térmica y escasa precipitaciones. La vegetación: se ha mantenido en zonas de dehesa que integra pastos y arbolado y, en ocasiones se ha eliminado para la ocupación agrícola.


A)- 1:Aragón 2:Comunidad Valenciana 3:Castilla León 4: Extremadura 5: Castilla la Mancha 6:Murcia 7: Andalucía

b)- La localización de la agricultura de regadío en la península atiende a las siguientes causas:En primer lugar a la existencia de grandes ríos en las depresiones peninsulares, como es el caso del Ebro, Guadalquivir, Duero y sus afluentes, asociado a la presencia de suelo de tipo arcilloso de gran fertilidad. El caudal continuo de agua permite la agricultura de regadío.Por otro lado, el clima seco del levante peninsular obliga a los agricultores a practicar una agricultura de riego, ya que de otra forma sería muy difícil el cultivo de cualquier tipo de especie, incluso de secano.

C)- Abundan cultivos como el arroz, la remolacha, el algodón, cítricos, verduras, hortalizas


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