La Paideia Griega: Evolución y Principios de la Educación en la Antigua Grecia

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Paideia Arcaica

Puede decirse que es el primer periodo en el que se inicia el comienzo de la paideia. Se conoce como la expresión de paideia arcaica. Esta etapa comienza aproximadamente en el tercer milenio a. C. con la llamada cultura cretense o minoica. Se extiende desde la isla de Creta hasta el Peloponeso. Dos ciudades importantes: Cnosos y Micenas. A partir del siglo XVI, esta cultura fue sometida a distintas invasiones: arios, dorios, aqueos, etc., que la dejaron históricamente somnolienta.

Las figuras literarias revitalizarán los valores de la cultura arcaica, asentando con sus escritos claves de la educación griega. La paideia de Homero representa la base fundamental de la tradición pedagógica griega. El educativo viene conformado por un arete heroico y caballeresco. “Haz sido educado para pronunciar discursos y para realizar hazañas”. La educación de Aquiles constaba de dos partes: una educación física y una formación cultural. La gimnasia se utilizaba para ejercitar al joven con el manejo de las armas, del arco y la flecha. Con la educación cultural se cultiva el canto, la danza, el manejo de la lira y otros instrumentos musicales. Todo ello se mezclaba con una dimensión ética basada en la emulación en el espíritu competitivo.

Frente a este ideal de lucha y competición estaba el otro gran ideal de la pedagogía arcaica: la areté heroica del trabajo diseñada por Hesíodo en su obra Los trabajos y los días. Hesíodo es el cantor de la laboriosidad, de la sabiduría sencilla y práctica, de la concreción y del realismo, propio de una vida corriente y esforzada.

Paideia Espartana

A partir del siglo VIII y sobre todo en el decurso del siglo VII, la paideia arcaica de Homero y Hesíodo se vio enriquecida como el ideal de la ciudadanía representado por las polis de Esparta y Atenas. Grecia se hallaba dividida en diversos Estados o mejor Estados-Ciudades, de las cuales las dos más conocidas eran las antagónicas Esparta y Atenas. Pasada la época heroica, guerrean los Estados-Ciudades griegos y logran un gran desarrollo y afirmación. Surge entonces un nuevo tipo de vida, de cultura y educación representada en la idea de politeia o ciudadanía. Una categoría que convierte a la ciudad en el todo, en la vida misma, el hogar donde tiene lugar la paideia y la socialización. Para el griego libre, la ciudad y las leyes son sagradas.

En el caso de Esparta, se trata de un ideal de ciudadanía militarizado. En los siglos VIII y VII a. C., esta polis, situada en la parte meridional del Peloponeso, alcanzó un elevado grado de cultura. Pero después, a causa de sus conquistas políticas, y debiendo mantener sumisos a los pueblos conquistados, los ciudadanos libres tuvieron que convertirse en soldados. Esto hizo que el ideal del guerrero individual homérico se sustituyera por el ideal colectivo del Estado al que todo debía subordinarse. Sus ciudadanos estaban sometidos incondicionalmente a sus autoridades: no podían tener relación con el exterior, estaban al servicio del Estado. Los espartanos o eupatridas vivían en campamento permanentemente. Cuidaban los periecos (hombres libres que vivían en regiones periféricas, dedicados a la agricultura).

En la educación espartana, el ideal homérico de la areté heroica individual fue transformado en el heroísmo del amor a la patria. Amor controlado y dirigido por el Estado. A partir de los 7 años, la crianza delegaba en el Estado, hasta los 20 años. Aparte de militar, la enseñanza también era deportiva y musical.

Paideia Helenística

La última etapa de la educación griega comienza con la formación del imperio de Alejandro Magno en el siglo IV a. C. En ella, la cultura helénica se universaliza y se convierte en helenística. “Helenizar” es hablar griego o volver algo griego: el “helenismo” es la imitación de las costumbres y la cultura griega. Todo esto nos pone sobre la pista de uno de los rasgos típicos de la época helenística: la cultura griega desborda su ámbito geográfico y los límites polis, romano de Oriente y lo “civiliza”.

La cultura helenística se hizo urbana y cosmopolita. Su ámbito natural ya no era lo local sino las grandes urbes del Mediterráneo oriental en las que florecía el comercio y confluían gentes y culturas de las más diversas. Es una cultura sincrética, predomina el elemento griego pero con influencias romanas y orientales. La cultura se transforma: tiende a la especialización, a la aplicación y divulgación. Los artistas, pensadores y científicos se dedican a reproducir los moldes, a desarrollar las implicaciones técnicas de científicos y a difundir las doctrinas filosóficas. Son típicos del helenismo los manuales escolares, que sistematizan el contenido de los procedimientos de una determinada rama del saber. “Erudito”: especialista en una ciencia particular que ignora a las demás.

Paideia Ateniense

En oposición al ideal de ciudadano socializado y militarizado aparece el ciudadano autónomo, culto y demócrata de Atenas. Una polis situada en el Ática griega y habitada por los jonios que pasó por las mismas fases de desarrollo que Esparta, pero mientras ésta quedó detenida en la fase guerrera y autoritaria, Atenas llegó a un estado superior: el de la vida política democrática avalada por la filosofía y el cultivo del espíritu.

Pueden distinguirse tres períodos:

  • Un primero, que comprendería los siglos VIII-VI, donde se reproducirían los valores del héroe y caballero propios de la paideia arcaica de Homero y Hesíodo.
  • El segundo periodo, correspondiente a los siglos VI-V, vendría marcado por triunfos militares sobre los persas, las grandes reformas legislativas de Solón y Clístenes, y la irradiación política y cultural de Pericles. Se trata de un periodo muy intenso de cambios donde la paz y la hegemonía militar de Atenas permitieron dejar el ideal guerrero en un segundo plano y pasar al ideal político avalado por la cultura de la ciencia y del espíritu.
  • La última etapa corresponde al siglo IV. En ella se inicia el declive del imperio ático. Esparta, con la ayuda de los persas, arrebata en la Guerra del Peloponeso, la hegemonía militar en Atenas. Es el momento en que Sócrates es condenado a muerte. Finalmente, los atenienses y los griegos en general, se ven dominados, tras la batalla de Queronea, por los macedonios. Desde el punto de vista político, es el fin de la polis y de sus libertades políticas; desde el punto de vista cultural, finaliza la época clásica y se inicia la helenística.

En este devenir es de todo punto fundamental señalar que la principal preocupación de la paideia ateniense fue enseñar a los ciudadanos politeia o educación ciudadana. Una empresa que exigía aceptar y respetar las leyes o nomoi de la polis. Para los atenienses, las leyes no eran un concepto sociológico o puramente legal, estamos ante un principio teórico y natural de profunda significación. Es de aquí de donde emana la ley [nomos]. Un imperativo captado por el logos e impuesto por los dioses para la excelencia del individuo y de la ciudad. El nomos es la razón común, no emana del deseo individual y colectivo, refleja lo propio del ser, es la plasmación política del bien. Un proceso que corresponde inspirar y coordinar al Estado. Nada fácil de lograr, pues"aunque la razón es común decía Heráclito-, la mayoría vive como si tuviera una inteligencia particula".

El reto es no ignorar el bien común superior, pero tampoco excluir o anular lo particular o privado, pues:"también es ley obedecer a la voluntad de un". Apostilla que recalcó Aristóteles afirmando con fuerza que la singularidad que toda educación política conlleva, exige y demanda precisamente el concierto de lo particular o privado para hacer efectivo el bien común superior. Hay que respetar las leyes individuales.

Existían tres pilares o fuerzas:

  • La primera era la eunomía, los ciudadanos deben ser capaces de idear buenas leyes.
  • La segunda era la isonomía, la fuerza por la que los ciudadanos se sometían libremente a leyes idénticas para todos.
  • Por último, sería la eukosomía, el buen orden se hacía patente en todas las cosas.

Lo esencial de la paideia ática fue la formación moral y espiritual con vistas a la mejora de uno mismo y al servicio de la polis.

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