Oscurecimiento de los pliegues anales

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Precisamente en el caso de violación por vía anorrectal, es posible determinar, sin temor a equivocarse, si se trata de una relación que no contó con el consentimiento de la víctima, debido a que es completamente distinto el resultado del coito por esta vía del que se logra por vía anterior o vaginal en casos de violación… y explica que la penetración por vía anorrectal, contra la voluntad del accedido, provoca la contracción esfinteriana, que en forma intensa se resiste, oponiéndose al acceso, el cual sólo se logra si se provocan lesiones que van desde simples excoriaciones o equímosis, hasta desgarros de pequeña o gran magnitud, como el de horas VI, de forma triangular, con base en el margen anal y vértice en el periné, llamado Signo de Wilson Johnston”99.

Mario Rivas Souza, 100 también nos dice entre los signos de violencia a encontrarse:


A)Excoriaciones de la mucosa,

B)Equímosis,

C)Desgarros (siendo frecuente el de horas VI, ya descrito),

d)Parálisis antálgica esfinteriana, o signo de la “O” positiva, ó “dilatación del esfínter” entre 1.2 hasta 2.5 cmts., provocado por el intenso dolor originado por las lesiones existentes.

E)Roturas de la mucosa anal – según Hofmann,

F)Rubicundez,

G)Deformación infundibuliforme del ano, por la retracción hacia arriba del ano,

H)Laceraciones o grietas de la mucosa anal,

I) Signos subjetivos: escozor, dolor o malestar que notan las víctimas al andar y sobre todo durante la defecación

De la misma forma, Eduardo Vargas Alvarado, 101 nos dice: “como signos de violencia reciente pueden citarse:


A)Desgarro triangular en horas VI,

B)Desgarros de algunos de los pliegues anales,

C)Desgarros recto-perineales, y

D)Hemorragia incoercible en desgarros de paredes anorrectales o perineales”

Hugo Rodríguez Almada, 105 nos dice que “la lesión anal más típica de la penetración anal es la lesión de Wilson Johnston, un desgarro triangular con vértice luminal y base en el margen anal a nivel del rafe medio (a la hora VI, si la víctima es examinada en posición genupectoral). Otras lesiones anales: la fisura anal es una entidad de alta prevalencia en la edad pedíátrica. Se la asocia con constipación, diarrea y a veces es idiopática. Como hallazgo aislado, no debería motivar sospechas de abuso sexual.
Ni la Anitis, ni la Proctitis (salvo que sean causadas por un agente de transmisión sexual), ni el prolapso rectal, deben orientar al diagnóstico de abuso sexual. El llamado ano entreabierto y el ano infundibuliforme o “en embudo”, se han señalado como signos de actividad sexual por vía anal. Sin embargo, uno y otro son en realidad variantes anatómicas, presentes en muchos niños y niñas normales, no abusados. Su presencia, como hallazgo aislado, no es relevante para el diagnóstico de abuso y ni siquiera se puede considerar una lesión. Sin embargo, tienen un valor para el diagnóstico cuando están asociadas a:

+ Borramiento total o parcial de los pliegues radiados,

+ Equímosis perianal,

+ Desgarro anal,

+ Disfunción esfinteriana,

+ Alegación de la niña o el niño,

+ Competencia esfinteriana, trastornos funcionales del esfínter anal,

+ La incontinencia fecal y el “ensuciamiento” sin lesión anatómica traumática asociada no suele ser resultado de la penetración rectal.

+ Enfermedades de transmisión sexual”

Por otra parte, Mario Rivas Souza, 111 afirma que los coitos anales crónicos se caracterizan por:


A)            Dilatación del esfínter por abertura de los pliegues radiados,

b)           Llegando a borrarse los pliegues radiados en forma parcial o total y existe pérdida parcial o total de heces fecales”

Para los casos crónicos o de coito contranatura de antigua data, Leo Julio Lencioni señala los siguientes signos:


1) Signos de contagio venéreo,

2)Presencia de esperma,

3)  Cicatrices de antiguas fisuras,

4)    Piel queratinizada y/o engrosada en las proximidades del ano,

5) Laxitud del esfínter anal,

6 Pérdida de los pliegues radiados por falta de tonicidad del esfínter, considerado de poco valor por Hoffman, Bonnet y Achával.

7)Deformación infundibuliforme del ano (“en embudo”) o signos del elevador del ano, considerado de poco valor y baja frecuencia,

8)Relajación del esfínter, que puede ser acompañada de incontinencia fecal. Si el esfínter externo se dilata más de 15 mm, luego de 30 segundos de observación, se le considera como un signo de repetidas penetraciones,

9)Hiperpigmentación de la mucosa,

10)Desaparición de los pliegues,

11)Rodete fibroso que rodea al ano,

12)Signo de la dilatación anal refleja – Hoobs y Wynne, y que Bonnet lo denomina ano en diafragma, pudiendo llegar la dilatación del orificio anal hasta 2.0 cmts.

13)Congestión venosa anal en el margen del ano (color púrpura, azul o negro),

14)Verrugas anales que pueden deberse al virus del Papiloma Humano.

I.EXAMEN BIOLÓGICO: INVESTIGACIÓN DE SEMEN

En la investigación biológica forense se analizan los hisopos y/o indicios (ropa interior, sábanas, otros) en la búsqueda de presencia de semen. La persistencia de semen después de una supuesta agresión sexual varía entre víctimas y esta influenciada por las actividades que realiza la víctima después del hecho (ducha, higiene genital, otros). Evidentemente, constituye solo una evidencia en la investigación de agresión sexual.

El semen se puede detectar en muestras vaginales tomadas hasta aproximadamente cuatro días después del coito; En la mayoría de los casos, sin embargo, no se detecta en muestras tomadas más allá de las 48 horas después del coito. 133 La literatura refiere que se puede recuperar evidencia de semen hasta una semana después.134

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