Ortega y Gasset: Perspectivismo, Razón Vital y Razón Histórica

Ortega y Gasset: Del Germanismo al Desarrollo de la Razón Vital y la Razón Histórica

Germanismo y Objetivismo

La fuerte influencia alemana sobre Ortega, que determinaron sus años de estudios allí, se manifestó en la defensa a ultranza del primado de las cosas y de las ideas sobre las personas, periodo calificado por Ferrater Mora como objetivismo y que termina con la publicación de Adán en el paraíso. La influencia alemana tuvo más repercusión desde un punto de vista cultural amplio. Ortega invitó a visitar España a hombres ilustres como Einstein o Leo Frobenius, conquistó el entusiasmo de los españoles por Alemania e infectó toda Sudamérica de germanismo. Pero en Alemania se ignora y en España todo el mundo lo ha callado.

Perspectivismo y la Doctrina de la Circunstancia

El germanismo orteguiano le lleva a comprender que debe aceptar su destino español, que es inseparable del destino de su pueblo, que necesitaba de la cultura alemana. La reabsorción de la circunstancia se le presentaba como esencial para el cumplimiento de su destino. La vida como aceptación de la circunstancia implica que el hombre no puede salvarse si no salva su entorno. Este es el sentido de "yo soy yo y mi circunstancia", la cual supone la doctrina perspectivista, puesto que toda circunstancia se ordena en una perspectiva e implica un determinado punto de vista. Una perspectiva es un componente de la realidad y supone la existencia de un sujeto y un objeto mutuamente implicados. Esta postura implica una superación de la tradicional oposición entre el idealismo y el realismo. El perspectivismo supone la idea de la vida como un drama entre el yo y las circunstancias. El dato radical no es mi existencia sino mi coexistencia con el mundo. La realidad radical es la vida humana entendida en el sentido de interacción del yo con la circunstancia; todo lo demás son interpretaciones de esa realidad primaria.

La Razón Vital

Su doctrina del concepto como instrumento de conocimiento es el primer nivel de su doctrina de la razón vital, con la que Ortega se aleja tanto del racionalismo (Descartes) como del vitalismo (Nietzsche). La formulación de un raciovitalismo supone que el conocimiento, aunque racional, está últimamente arraigado en la vida. El tema de nuestro tiempo, libro donde tal doctrina adquiere su formulación más explícita, es someter la razón a la vitalidad; con ello se quiere reaccionar a la batería cultural del neokantismo. El hombre, más que un ser dotado de razón, es una realidad que tiene que usar la razón para vivir.

Filosofía de la Historia: La Razón Histórica

El pensamiento orteguiano alcanza su máxima radicalidad y originalidad al tratar el tema de la historia, con lo que sobresale como uno de los filósofos de la historia de nuestra época. Los escritos que culminan su evolución filosófica, por ser los más profundos y rigurosos en la expresión, son: Historia como sistema, Apuntes sobre el pensamiento e Ideas para una historia de la filosofía. La razón histórica ha acabado aquí por triunfar sobre la vital. La historia es la única disciplina a cuya luz puede desentrañarse el misterio de lo humano. La historia es ciencia sistemática de la realidad radical que es mi vida. El método de esta ciencia sistemática es la razón histórica, proyección en el plano colectivo de lo que es la razón vital en el plano individual, y su función es explicar el presente por el pasado. La vida se vuelve un poco transparente ante la razón histórica. Dentro de los instrumentos intelectuales de captación histórica ocupan un lugar muy importante los conceptos clave de ideas y creencias. Las primeras son objeto de nuestro discurso y por ello disputamos acerca de ellas, y las segundas son objeto de nuestra suposición y están tan arraigadas a nosotros que ni nos damos cuenta de ellas.