Orden inteligible orden sensible orden político

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TEMA 2: PLATÓN

1. LA CONSTITUCIÓN DEL UNIVERSO

El gran sistema cosmológico presocrático fue el atomismo mecanicista. Platón y Aristóteles lo rechazaron porque acarreaba dos consecuencias:

A) el conocimiento de la naturaleza resultaba imposible

B) el cosmos, el orden, no puede provenir del desorden

La explicación de Platón rechaza este último punto radicalmente: el orden no puede ser el resultado azaroso del desorden. Sólo puede provenir de una inteligencia ordenadora, a la que Platón llamó Demiurgo. El Demiurgo actúa sobre la materia eterna, caótica, que Platón llama espacio y es el sustrato material informe, y está dotado de movimientos irregulares.

Platón se aproxima al atomismo al admitir una materia eterna y eternamente agitada de movimientos desordenados.

La inteligencia ordenadora y la materia eterna y eternamente en movimiento sin los dos principios con los que Platón establece el tercer principio: Las ideas. Todo ser inteligente que fabrica algo, lo fabrica de acuerdo con un modelo. El demiurgo fabrica el universo y su función es la de plasmar las ideas en la materia lo más perfectamente posible.

La doctrina central de la filosofía de Platón es la teoría de las ideas. Existen entidades inmateriales, absolutas, inmutables y universales independientemente del mundo físico. Por ejemplo, la justicia en sí, la bondad en sí...De ellas derivan su ser todo lo justo, lo bueno, etc que hay en el mundo físico.

El término idea de trata de realidades en sentido pleno, ya que de ellas deriva todo lo que hay de real en el mundo físico. La concepción platónica de realidad es dualista, existe el mundo de las ideas (inmateriales e inmutables) y el mundo físico (material, sometido a cambios y a movimiento).

Es difícil saber si al Demiurgo hay que considerarlo como un Dios que realmente actúa sobre la materia, tomando como modelo de ordenación las ideas, o bien ha de interpretarse alegóricamente, en cuyo caso estaríamos ante una manera de expresar la acción configuradora de las ideas sobre la materia.

En efecto las ideas son las que imponen a la materia una estructura inteligible, una consistencia y una estabilidad que la materia no posee de suyo.

Los 4 cuerpos elementales (fuego, aire, agua y tierra) alcanzan su consistencia y naturaleza propias cuando el demiurgo impone a la materia estructuras geométricas precisas conforme a las ideas- El Demiurgo platónico no produce el mundo de la nada, sino que actúa sobre una materia que él no ha hecho. El demiurgo es el ordenador, no el creador.

2. REALIDAD Y CONOCIMIENTO

La estructura de la realidad: las ideas y el mundo físico

- Origen de la teoría de las ideas

En la filosofía presocrática hay elementos que Platón incorpora a su teoría que influyeron en la formulación de esta. Es el caso de las doctrinas de los pitagóricos y de Parménides: dijeron que las estructuras y las relaciones matemáticas son el principio de inteligibilidad del universo y los entes matemáticos son, ideas en la doctrina platónica. Parménides distinguíó entre lo que verdaderamente existe y el universo cambiante que nos muestran los sentidos. Y eso se recoge también en la doctrina platónica: lo que existe son las ideas, y cada idea posee las mismas carácterísticas que la realidad propugnada por Parménides.

El que se pregunta sobre una virtud o concepto moral( Qué es la justicia, qué es el valor...) presupone que hay algún rasgo común a todas esas acciones. Ese rasgo, será para Platón la idea de justicia.

Sócrates no separaba los universales (no consideraba los conceptos como realidades subsistentes en sí), y fue Platón el que los separó y los denominó ideas.

- Imitación y participación de las ideas

Platón separó las ideas. Las separó del mundo físico y lo que quiere expresar con esta separación es que las ideas no dependen ni en su ser ni en su verdad ni en su permanencia de las cosas sensibles.

Pero los seres físicos sí dependen de las ideas. ¿Cuál es la relación de los seres sensibles con las ideas? Se resume en 2 términos: participación (los seres sensibles particulares participan de las ideas correspondientes) e imitación (los seres sensibles particulares imitan a las ideas). Las ideas son modelos que las cosas pretenden imitar, pero que jamás legan a igualarlos plenamente (una esfera física, de madera o de bronce, nunca será plena y perfectamente esférica, porque eso solo lo es la esfera ideal). Las ideas son ideales, que no llegan a cumplirse en el ámbito de lo sensible.

- El sistema de las ideas

Para Platón, las ideas constituyen un sistema en el que todas se ensamblan y coordinan en una gradación jerarquizada cuya cúspide ocupa la idea de bien. El bien, como idea primera, es expresión de orden, del sentido y de la inteligibilidad de lo real.

Las formas del conocimiento

La ontología platónica es radicalmente dualista: por una parte las ideas, que son realidad auténtica, y por otra parte los seres físicos cambiantes y corruptibles.

- Saber y opinión

Platón contrapone al saber y a la opinión. Poseen carácterísticas contrapuestas. Una opinión puede ser erróneo, mientras que el saber excluye la posibilidad de error. Se puede opinar acerca de algo y equivocarse, en cambio, no es posible saber algo y estar equivocado porque si uno está equivocado entonces no puede decirse que sabe.

Las opiniones son inestables, mientras que el saber el estable y firme. El saber se basa en razones, mientras que las simples opiniones carecen de fundamento sólido.

El saber es conocimiento necesariamente verdadero y estable, al contrario que la opinión. El saber tiene como objeto las estructuras inteligibles, es decir, las ideas, mientras que la opinión tiene como objeto el mundo físico, sensible.
El conocimiento de las ideas y sus relaciones constituye el auténtico saber, y para conseguir este conocimiento hay que seguir unos pasos: primero el estudio de las matemáticas y después el estudio del sistema total de las ideas, ascendiendo hasta su cúspide que es el conocimiento del bien. Este ascenso mediante el cuál se alcanzaría un saber absoluto y total, es denominado dialéctica.

- Conocimiento intelectual y conocimiento sensible

Platón insiste en que sólo el conocimiento intelectual es capaz de captar las ideas, las esencias inteligibles. Sin embargo los sentidos solamente nos ofrecen impresiones e imágenes cambiantes del mundo físico en constante devenir.

La oposición entre saber y opinión se asocia asó a la oposición entre la razón y los sentidos. El saber se basa en razones, y la opinión va acompañada de la sensación.

- La doctrina de la anamnesis

Los seres sensibles imitan a las ideas, tratan de aproximarse a ellas. Platón trata de conectar el conocimiento sensible con el conocimiento racional. Puesto que los seres sensibles son imágenes de las ideas, la visión que aquellos puede conducir al recuerdo de las ideas. Por eso Platón dice que aprender es recordar, y esto es lo que llama anamnesis. Esta doctrina supone que el alma tiene en sí misma el conocimiento de las ideas, conocimiento que olvida al entrar el alma en el cuerpo.

3. DOCTRINA PLATÓNICA DEL ALMA

Dualismo alma cuerpo

La concepción platónica del ama se halla estrechamente relacionada con la teoría de las ideas. Esta teoría es dualista, porque hay una separación radical entre el ámbito de las ideas (el verdaderamente real) y el ámbito de los seres físicos, sometidos al cambio y a la corrupción. Con este dualismo general se corresponde el dualismo antropológico de Platón: el alma es afín a las ideas, mientras que el cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos. El dualismo constituye el núcleo de la doctrina platónica del alma:

A) el alma es inmortal

b) La uníón del alma con el cuerpo es un estado transitorio y accidental, e incluso antinatural, ya que el lugar propio del alma es el mundo de las ideas.

c) mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del alma es purificarse, prepararse para la contemplación de las ideas. El alma se encuentra en estado de impureza, y esas impurezas provienen del cuerpo y de sus exigenciasy necesidades, que impiden al alma el conocimiento intelectual. El alma por lo tanto ha de oponerse al cuerpo y a sus demandas, y en esto consiste la auténtica sabiduría.

Tres partes del alma

La función específica del alma es el conocimiento racional y su conflicto es su enfrentación contra el cuerpo. Los deseos, las tendencias y las pasiones son en realidad fenómenos psíquicos y no meramente corporales. Los conflictos tiene lugar en el interior de nuestro psiquismo.

Platón se dio cuenta de esto y por eso dividíó al alma en tres partes: la razón, el ánimo y el apetito. A la razón le corresponde la función de controlar y ordenar el apetito. En el apetito están los deseos irracionales y la búsqueda de los placeres., que se oponen a la razón, y el ánimo es la fuerza que a veces cede a las exigencias del apetito pero que puede y debe convertirse en aliada de la razón para controlar las demandas del apetito.

Esta concepción tripartita del alma es más apropiada para explicar la complejidad del psiquismo humano. Pero con esto no quiere decir que abandone su dualismo: sigue pensando que solo el alma es racional e inmortal, y que las otras dos partes (el apetito y el ánimo) se añaden al alma racional cuando el alma racional se une a un cuerpo, pero cuando el alma no está con un cuerpo, estas dos partes también se separan del alma racional (porque esta no las necesita ya).

4. Ética Y POLÍTICA

El orden moral

Sócrates estaba convencido de que los conceptos morales pueden ser fijados racionalmente, mediante definiciones rigurosas, por ejemplo, la justicia puede ser definida.

Platón atribuyó a estos conceptos ético-políticos el estatuto de ideas (la justicia en sí, la bondad en sí) cuya realidad y validez objetiva es independiente de las opiniones que cada cual pueda tener acerca de ellas.

Es posible definir la justicia de un modo objetivo, de acuerdo con la convicción socrático-platónica. ¿Cómo definirla? Los sofistas decían que analizando la naturaleza humana. Platón acepta este planteamiento de los sofistas, pero rechaza las conclusiones de su análisis. Según los sofistas, las únicas leyes naturales son la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte. Esta doctrina según Paltón es un análisis incorrecto de la naturaleza humana, porque toma como modelo de comportamiento natural a los animales (que domina el más fuerte) y a los niños (que lloran con el dolor y sonríen con el placer), pero los sofistas se olvidan de que ni los animales ni los niños poseen la razón. Un análisi que no tenga en cuenta la razón no puede servir para definir la justicia.

Para definir la justicia, hay que analizar correctamente la naturaleza humada, y el análisis humano de Platón comporta la distinción de tres partes del alma. Tal ordenamiento tiene lugar cuando cada parte del alma ejerce la función que le corresponde y posee la virtud que le corresponde: La prudencia es la virtud de la razón, la fortaleza es la virtud del ánimo, t la moderación consiste en que el apetito y el ánimo se sometan a los dictados de la razón.

El orden político

- La justicia en el Estado

Platón es ante todo un pensador político. La teoría política de Platón gira entorno dos principios:

La correlación estructural entre el alma y el Estado. El Estado posee la misma estructura tripartita que el Estado. Tres son las clases sociales de un Estado: productores (actividad económica, comercio y producción de bienes), guardianes auxiliares (defensa y mantenimiento del orden, policías), y gobernantes. Estos tres grupos se corresponden con las 3 partes del alma: los productores con el apetito, los guardianes con el ánimo y los gobernantes con la razón.

El principio de especialización funcional. Cada individuo y cada grupo social ha de dedicarse a la función que le es propia. Platón justifica este principio con razones de carácter práctico (si cada uno hace su función, los resultados son mejores) y también lo justifica mediante consideraciones teóricas: en todo sistema complejo natural, sea un alma o un estado, cada parte está destinada a realizar una función específica.

La justicia en el Estado se realiza cuando cada uno de los grupos sociales desempeña la función que le corresponde (especialización funcional) y la lleva a cabo de modo adecuado, por poseer la virtud que le es propia.

- El gobierno del sabio

La doctrina según la cual es a la razón a la que le corresponde gobernar, lleva a Platón a pensar en un estado ideal (utópico) que puede definirse como Gobierno de los sabios. El conocimiento del bien es la culminación de todo saber: del saber teórico porque el conocimiento del bien hace posible la captación del orden y de la estructura de todo lo real, y del saber práctico porque el conocimiento del bien proporciona las normas de toda ordenación moral y política.

Bajo el gobierno de los sabios, no son necesarias las leyes, ya que el saber le permitiría adoptar en cada caso las disposiciones más adecuadas.

- La educación

Platón piensa que la finalidad del Estado es la de promover la virtud y la justicia tanto individual como socialmente. Mantiene la convicción de que la felicidad depende de la virtud. Platón concede una importancia fundamental a la educación. En la República se organiza la educación en dos niveles:

a) en el nivel primario, que es común a todos los ciudadanos, la educación se lleva a cabo por medio de la gimnasia y de la música (incluyendo dentro de esta el arte y la poesía). Se pretende educar no solo el cuerpo, sino también el carácter.

b) el 2º nivel está reservado a los futuros gobernantes, y se prolonga con un estudio detallado de las matemáticas, para abordar la dialéctica que culmina con el conocimiento del bien.

Platón proclama absoluta igualdad entre hombres y mujeres, se suprime la familia, y se elimina la propiedad privada para los guardianes auxiliares y los gobernantes. Estas dos últimas medidas, tratan de evitar que el egoísmo se apodere de guardianes y gobernantes para promover el sentido de comunidad entre ellos.

Platón, en sus obras posteriores suavizó sus opiniones y el gobierno de los sabios fue sustituido por el gobierno de las leyes, pero no renunció a sus principios, como que a la razón le corresponde gobernar (las leyes son la expresión de la razón y la encarnación de esta es un tribunal supremo), que el fin del Estado y del gobierno es hacer mejores a los ciudadanos y que, en definitiva, la justicia es condición ineludible para la felicidad.

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