Optimiza tu Comunicación Escrita: Currículum, Cartas y Composición

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El Currículum Vitae y la Carta de Presentación

El currículum vitae (“carrera de la vida”) es un texto tipificado en el que un solicitante a un empleo expone quién es, cuál es su formación y a qué se dedica. El currículum vitae exige el empleo de un lenguaje formal, de tono objetivo.

Estructura del Currículum Vitae

  • Datos personales: Apellidos, nombre, dirección, teléfono…
  • Formación: Académica, complementaria y, especialmente, formación en idiomas y tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).
  • Experiencia laboral: Puestos desempeñados con indicación de empresa, cargo y duración, presentados en orden cronológico (de lo más reciente al pasado).

La carta de presentación acompaña al currículum para exponer cuantos aspectos del solicitante no aparecen en este: competencias, intereses, aptitudes, razones por las que se ha elegido la empresa… Debe ser redactada en un tono cortés, con un lenguaje cuidado y preciso.

Estructura de la Carta de Presentación

  • Encabezamiento: datos de remiso, datos de destinatario, fecha y saludo.
  • Cuerpo: Motivo del envío de la carta (si es en respuesta a un anuncio debe consignarse) y la información que quiera el solicitante que conozca la empresa.
  • Despedida: Saludo, indicación de que se queda a la espera de noticias y firma.

La Carta Comercial y Administrativa

La carta comercial es un documento que una empresa dirige a sus clientes, compradores, proveedores… con el fin de pedir (mercancías, información…), reclamar, protestar, ofertar, etc. Las cartas comerciales tienen una finalidad práctica, por lo que se recomienda abordar en cada una un único asunto e identificar claramente al emisor (para lo que se usan, cada vez más, membretes) y la fecha en que se data la carta.

La carta administrativa es aquella que un órgano de la administración envía al ciudadano, entidad privada u otro organismo para transmitirle algún asunto de carácter general o que afecte directamente a sus intereses.

Estructura de la Carta Comercial y Administrativa

  • Datos del organismo emisor.
  • Membrete del organismo remitente (símbolo, escudo…).
  • Contenido de la carta, dividido en: Saludo, introducción, asunto y despedida.
  • Firma y, si es preciso, posdata con anexo.

Estilo

El estilo de la correspondencia comercial y administrativa debe ser formal, claro y preciso, y el tono, cordial. Este requisito se manifiesta en la elección de términos positivos (amable solicitud, estimada propuesta…) o en el empleo de verbos como rogar, pedir, solicitar…, seguidos de infinitivo, para atenuar el requerimiento. El destinatario ha de ser tratado de manera respetuosa, por lo que se utilizará usted como fórmula de tratamiento.

La Composición

La composición es el procedimiento de formación de palabras a partir de términos ya existentes en la lengua. Las palabras compuestas constituyen una única unidad léxica, aunque pueden presentarse gráficamente de diversas formas.

  • Una sola palabra: pasamontañas, blanquinegra. El caso más productivo de este tipo de composición es el de la unión de verbo y sustantivo (generalmente, en plural): el/los quitamanchas, el/los cortafuegos… La composición de verbo + sustantivo se utiliza especialmente en la designación de máquinas y utensilios (lavavajillas, parabrisas), profesiones (guardaespaldas, pinchadiscos) y términos despectivos, tanto profesionales (picapleitos) como morales (engañabobos).
  • Dos vocablos unidos por un guión: franco-alemán. Este procedimiento es productivo en el nivel culto para la formación de adjetivos, especialmente en los ámbitos periodísticos (piso-patera) y científico (léxico-semántico), y en la indicación de gentilicios (chino-árabes), para lo que en ocasiones se prefiere la forma clásica del adjetivo: hispano-luso… Que se trata de una única unidad léxica se muestra en la aplicación del género y número al segundo elemento: (cumbre) luso-española, (cumbres) luso-españolas. Ten en cuenta este rasgo, pues no todas las palabras unidas por guión son compuestas: (reunión) patrón-empleados.
  • De manera separada: hombre rana.

Los compuestos pueden, a su vez, dar lugar a nuevas palabras tanto por su composición (limpia + brisas) como por derivación (Sudáfrica – sudafricano).

Se consideran compuestos los términos que, sin formar una palabra, designan una realidad específica o nombran un concepto: pez espada, cuento chino. Los elementos que forman este tipo de compuestos complejos están siempre en un mismo orden. Si se introducen otros elementos, pierden su significado; pez de larga espada, cuento muy chino. Sintácticamente, estos compuestos se comportan como una única palabra y sus componentes no tienen autonomía por separado: he comprado dos filetes de pez espada; pero no “de pez he comprado dos filete espada”.

Habitualmente se forman combinando las siguientes categorías:

  • Sustantivo + sustantivo: pez espada, café teatro, pantalón pirata.
  • Sustantivo + preposición + sustantivo: fin de semana, orden del día.
  • Sustantivo + adjetivo: cuento chino, papel mojado, puente aéreo.

El elemento resultante de este proceso de composición es siempre un sustantivo. Su plural se realiza, habitualmente, solo en el primer elemento del compuesto: peces espada, fines de semana; pero, cuentos chinos. Los compuestos que no constituyen una única palabra se usan con frecuencia en textos técnicos y científicos: fosa abisal, fosa séptica. En el lenguaje cotidiano su empleo se relaciona más con la expresividad: pantalón pirata.

La Adverbialización

Aunque históricamente muchos adverbios se han formado por composición (de + tras = detrás / en + cima = encima), el procedimiento más empleado en la actualidad para crear adverbios es la derivación (solamente).

Los adverbios derivados se forman añadiendo mente a un adjetivo. Si el adjetivo presenta una forma para el masculino y otra para el femenino, el sufijo se añade al femenino, ya que este significa de manera (rápidamente - rápidomente). Otro recurso de adverbialización es el uso de adjetivos calificativos o de sustantivos como adverbios en enunciados concretos. Para ello, se fija la forma de la palabra, impidiendo el cambio de género y de número (Toca la guitarra lento). Lo mismo sucede en enunciados del tipo “Lo pasamos bomba”, donde el sustantivo se ha adverbializado. El procedimiento se mantiene también para crear locuciones adverbiales: patas arriba, de miedo, de vicio…

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