El Ojo Humano: Funcionamiento, Formación de Imágenes y Enfermedades
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Introducción
El ojo es el órgano de la visión en los seres humanos y en los animales. Los ojos de las diferentes especies varían desde las estructuras más simples, capaces de diferenciar sólo entre la luz y la oscuridad, hasta los órganos complejos que presentan los seres humanos y otros mamíferos, que pueden distinguir variaciones muy pequeñas de forma, color, luminosidad y distancia. En realidad, el órgano que efectúa el proceso de la visión es el cerebro; la función del ojo es traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro.
El Ojo Humano
Es el órgano que recoge las impresiones luminosas y forma las imágenes visuales. Funciona de manera análoga a una cámara fotográfica, con el iris que representa el diafragma; el cristalino, el objetivo; y la retina, la placa fotográfica. Las imágenes atraviesan el iris y a través del cristalino se proyectan sobre la retina. Ajenos al cristalino están los músculos filiares, que modifican su curvatura acomodándolo para la visión próxima o lejana, de manera que la imagen se forma exactamente en la retina.
Los defectos de la curvatura del cristalino dan lugar a:
- Presbicia: cuando la imagen se forma detrás de la retina, que se corrige con una lente convergente.
- Miopía: cuando la imagen se forma delante de la retina, que se corrige con una lente divergente.
- Astigmatismo: que se corrige por medio de lentes cilíndricas.
La regulación de la luminosidad se realiza con el iris, músculo circular que se contrae por un acto reflejo si hay mucha luz, o se dilata si hay poca. Las células sensibles de la luz se distribuyen en la retina, y son de dos tipos: los conos, encargados de percibir los colores, y los bastones, sensibles al blanco, negro y gris. En ambos casos la excitación luminosa provoca una descomposición de sustancias fotosensibles que componen la púrpura retiniana, actuando sobre los conos y bastones, los cuales transmiten la sensación a través de las diferentes capas de la retina, y del nervio óptico, hasta el cerebro. La mayor concentración de conos se da en la mácula lútea o mancha amarilla, situada detrás de la pupila, donde se forman las imágenes más claras.
La Formación de la Imagen
La formación de la imagen en la retina no es un proceso simple ni mucho menos estático. Un ojo normal, enfocado al infinito (a partir de unos 5 metros) está en reposo. Aparte de la posible contracción del iris para regular la cantidad de luz (como en una cámara fotográfica con el diafragma), la otra parte dinámica del sistema óptico, es decir el cristalino, está en reposo. O sea, que el ojo humano para ver de lejos no necesita esfuerzo adicional.
Lógicamente, un ojo enfocado al infinito, si no varía algo de su sistema óptico, verá borroso a una distancia próxima, al igual que si enfocamos una cámara de fotos a una distancia y fotografiamos a otra más cercana, la foto saldrá borrosa. Y lo que varía es el grosor del cristalino. Cuando precisamos enfocar a una distancia próxima, los músculos ciliares entran en acción y provocan un aumento de grosor del citado cristalino, aumentando en consecuencia su potencia (al fin y al cabo es una lente biconvexa) y consiguiendo el enfoque correcto. Este mecanismo se llama acomodación, y su fallo es lo que produce la presbicia, a la que llamamos comúnmente "vista cansada”.
El ojo funciona como órgano receptor del aparato visual. Los rayos luminosos que llegan son enfocados por la córnea y el cristalino para formar la imagen invertida, real, reducida del objeto en la copa fotosensible de conos y bastones retiniados. El enfoque es llevado a cabo por la alteración de la convexidad del cristalino. En la posición de descanso, con el músculo ciliar en relajamiento, el cristalino está aplanado por la tensión elástica de la zónula. La contracción del músculo ciliar, especialmente en las fibras externas meridionales, hace que se desplacen hacia delante las coroides y el cuerpo ciliar. Ello relaja la tensión de la zónula y permite que el cristalino, que es elástico, aumente su convexidad y con ello su capacidad de refracción.
Imagen en la Retina
La imagen real producida sobre la retina es inversa con respecto al objeto observado, lo que ha dado lugar a la siguiente pregunta: ¿Por qué, entonces, no vemos los objetos invertidos? La cuestión carece de significado, porque nosotros no miramos la imagen sobre nuestra propia retina. El fenómeno es el siguiente: el hábito nos enseña que a determinadas impresiones sobre los órganos de nuestros sentidos corresponden determinadas realidades en el mundo exterior, de tal modo que, cuando tales impresiones se repitan, las atribuimos a la existencia de aquellas realidades; y este proceso es independiente del mecanismo que produce la impresión y transmite la sensación al cerebro. La imagen retiniana no tiene para nosotros realidad objetiva, y es lo que hemos querido significar al decir que no la miramos.
Enfermedades del Ojo Humano
Miopía
Es un defecto o imperfección de la vista, que consiste en una visión defectuosa de los objetos distantes, causada por la excesiva refracción del ojo, en el que los rayos procedentes de objetos situados a gran distancia forman el foco antes de llegar a la retina, siendo ya divergentes cuando lo alcanzan. Se distinguen dos tipos de miopía, la estacionaria y la progresiva, y su sistema fundamental es la disminución de agudeza visual a distancia. El tratamiento, aparte de la corrección óptica mediante cristales esféricos cóncavos, incluye también el aspecto higiénico y medicamentoso. Se prescribe evitar la fatiga con un prolongado trabajo visual; correcta iluminación y evitar el forzar la visión en lecturas de signos de reducido tamaño.
La persona miope no ve bien de lejos. Al estar el punto focal del ojo más cerca de la córnea que en un ojo normal, los objetos situados en el infinito forman la imagen delante de la retina y se ven borrosos. Empiezan a verse bien cuando están cerca (en el punto remoto). Del punto remoto al punto próximo realiza acomodación como el ojo normal. En consecuencia, el punto remoto y el punto próximo están más cerca que en el ojo normal.