Novela existencial de los años 40
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podemos destacar La Zanja de Alfonso Grosso. El grupo de los autores pertenecientes a esta corriente ha sido denominado “Generación del 55” o “del medio siglo” y lo componen además de los autores mencionados: Carmen Martín Gaite, Jesús Fernández Santos, Juan García Hortelano, etc. Las carácterísticas temático-estilísticas propias de la novela del Realismo social son las siguientes: ➢ La solidaridad con los humildes, la disconformidad con la sociedad española, el deseo de cambio. ➢ La sencillez estructural del relato. Se tiende a la narración lineal. ➢ La condensación espacial y temporal: la acción se desarrolla en un corto período de tiempo y los lugares no suelen cambiar. ➢ La preferencia por el personaje colectivo: los personajes aparecen como representantes de grupos sociales. ➢ El predominio del diálogo sobre la narración: como se pretende seguir un enfoque objetivista, se deja la palabra a los personajes para que estos expresen directamente sus pensamientos y las razones de sus conductas. Por ello, existe un esfuerzo por reflejar los rasgos lingüísticos propios de los distintos grupos sociales. //Pero, en los años cincuenta, hay también otras tendencias
: sigue la novela de Realismo tradicional, de G. Torrente Ballester, con su trilogía titulada Los gozos y las sombras; y la novela fantástica (Álvaro Cunqueiro). A ellas hay que unir la producción narrativa en el exilio Réquiem por un campesino español de Ramón J. Sénder de 1953 en la que un cura evoca la vida de Paco el del molino, muerto por los odios desatados en la guerra. LA NOVELA DE LOS AÑOS SESENTA: ENTRE LA PREOCUPACIÓN SOCIAL Y EL EXPERIMENTALISMO Durante la década de los sesenta se detecta un cierto agotamiento del Realismo social y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias cuyas carácterísticas son las siguientes: 1. Los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos, norteamericanos o latinoamericanos. 2. Las novelas pasan a ser más complejas y experimentales, quizás dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual que en los años cincuenta. 3. Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya que algunos autores suprimen los signos de puntuación, o los párrafos, y es frecuente que se mezclen los géneros. 4. Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue la experimentación de nuevas formas y elementos, como el perspectivismo argumental, el monólogo interior o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento. Dos novelas son consideradas los modelos de las nuevas tendencias: Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo. Luis de Martín Santos (1924-1964). E Tiempo de silencio, presenta un argumento bastante parecido al de las novelas del Realismo social: un paseo por diversos ambientes sociales (desde la alta burguésía a las chabolas) del Madrid de los años cincuenta, con una actitud de denuncia. Crítica el subdesarrollo, el lamentable estado de la ciencia, etc. Pero la novedad es el uso del lenguaje y el empleo de técnicas novelescas modernas, rechaza el estilo sobrio y objetivista del Realismo social y desarrolla un lenguaje Barroco y rebuscado, a menudo altisonante, que está en claro contraste con la realidad miserable a la que se refiere. Además, hace uso de toda clase de recursos poéticos: entre ellos, la metáfora. Entre las técnicas narrativas llama la atención el uso del monólogo interior. Otros autores representativos son: Juan Benet: Volverás a Regíón . Juan Marsé: Últimas tardes con Teresa,. Miguel Delibes, Cinco horas con Mario. Juan Goytisolo, Señas de identidad. A partir de los setenta, sobre todo desde el final de la dictadura de Franco, las tendencias novelescas se diversifican y es muy difícil dar unas carácterísticas comunes.
: sigue la novela de Realismo tradicional, de G. Torrente Ballester, con su trilogía titulada Los gozos y las sombras; y la novela fantástica (Álvaro Cunqueiro). A ellas hay que unir la producción narrativa en el exilio Réquiem por un campesino español de Ramón J. Sénder de 1953 en la que un cura evoca la vida de Paco el del molino, muerto por los odios desatados en la guerra. LA NOVELA DE LOS AÑOS SESENTA: ENTRE LA PREOCUPACIÓN SOCIAL Y EL EXPERIMENTALISMO Durante la década de los sesenta se detecta un cierto agotamiento del Realismo social y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias cuyas carácterísticas son las siguientes: 1. Los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos, norteamericanos o latinoamericanos. 2. Las novelas pasan a ser más complejas y experimentales, quizás dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual que en los años cincuenta. 3. Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya que algunos autores suprimen los signos de puntuación, o los párrafos, y es frecuente que se mezclen los géneros. 4. Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue la experimentación de nuevas formas y elementos, como el perspectivismo argumental, el monólogo interior o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento. Dos novelas son consideradas los modelos de las nuevas tendencias: Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo. Luis de Martín Santos (1924-1964). E Tiempo de silencio, presenta un argumento bastante parecido al de las novelas del Realismo social: un paseo por diversos ambientes sociales (desde la alta burguésía a las chabolas) del Madrid de los años cincuenta, con una actitud de denuncia. Crítica el subdesarrollo, el lamentable estado de la ciencia, etc. Pero la novedad es el uso del lenguaje y el empleo de técnicas novelescas modernas, rechaza el estilo sobrio y objetivista del Realismo social y desarrolla un lenguaje Barroco y rebuscado, a menudo altisonante, que está en claro contraste con la realidad miserable a la que se refiere. Además, hace uso de toda clase de recursos poéticos: entre ellos, la metáfora. Entre las técnicas narrativas llama la atención el uso del monólogo interior. Otros autores representativos son: Juan Benet: Volverás a Regíón . Juan Marsé: Últimas tardes con Teresa,. Miguel Delibes, Cinco horas con Mario. Juan Goytisolo, Señas de identidad. A partir de los setenta, sobre todo desde el final de la dictadura de Franco, las tendencias novelescas se diversifican y es muy difícil dar unas carácterísticas comunes.