La novela después de la Guerra Civil

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LA NOVELA DE 1939 A 1975. CAMILO JOSÉ CELA, Miguel Delibes.


1. INMEDIATA POSGUERRA Y EXILIO

Tras la Guerra Civil (1936-1939), la ideología de los vencedores se impuso a la de los vencidos. Las necesidades materiales y la delicada situación social pasaron a primer plano: son “los años del hambre” (1939-1945). Se opone la euforia de los vencedores a la angustia de los vencidos. Sin comunicación con la literatura extranjera, la principal influencia es la tradición española.
a. 

Novela de los vencedores

Heroica y épica, que defiende los principios facciosos. Rafael Sánchez Mazas: Agustín de Foxá: Madrid de corte a Checa (38); La vida nueva de Pedrito Andía (52); José María Gironella: Los cipreses creen en Dios (53).
b. 

La novela del exilio

Los que apoyaron a la República, partieron de España tras la derrota. Rehicieron sus vidas y obras, fundamentalmente en Suramérica. La supervivencia, la conciencia de trasterrados, la falta de contacto con España, son elementos fundamentales para su comprensión. Destacan Francisco Ayala (con La cabeza del cordero, o El fondo del vaso, con España y la guerra siempre de fondo), Arturo Barea (con la trilogía La forja de un rebelde), Max Aub (1903-72; antes de 1936, sigue las pautas marcadas por Ortega, en cuanto a la narrativa como juego ajeno a la realidad; tras el destierro, se compromete con la realidad; España es la protagonista de su Laberinto mágico: abarca la historia española desde 1936 a 1939, donde adopta las técnicas narrativas modernas; además, escribíó una obra esencial, Jusep Torres Campanals, juego con la falsa biografía de un pintor contemporáneo de Picasso) y Ramón J. Sender (1901-82; comprometido, cercano al anarquismo, escribíó novelas de denuncia social antes de la guerra; en el exilio, publica, entre otras, la trilogía autobiográfica Crónica del alba y su obra más recordada, Réquiem por un campesino español, en la que se recrea la guerra a través de la traición de un sacerdote).

2. NOVELA EXISTENCIALISTA

Los temas de estas novelas son comunes con la poesía desarraigada; al estar prohibido cualquier atisbo de crítica social, los autores traspasan al ámbito de lo personal los problemas sociales; son novelas de personajes angustiados y desarraigados que revelan el malestar social por la existencia precaria. Algunos rasgos de esta novela son: protagonista individual (desorientado, marginado), narración en primera persona con predominio del monólogo interior y el tratamiento lineal del tiempo. Pueden citarse cuatro novelas, muy importantes:
-La familia de Pascual Duarte (1942, Camilo José Cela): inaugura el “tremendismo”, ya que se destaca una visión degradante de la vida y del hombre. Se trata de un relato sórdido, violento y miserable. Su técnica novelesca se caracteriza por la rigurosa objetividad del relato. Un condenado a muerte relata con sencillez y crudeza sus críMenes, debidos a la violencia y la miseria.
-Nada (1945, Carmen Laforet): la primera edición del Nadal premia a esta novela. Narra, en tono melancólico, la historia de una muchacha que va a estudiar a Barcelona. La abulia, la miseria moral y material, la imposibilidad del cambio, son los elementos básicos de la novela.
-La sombra del ciprés es alargada (1947, Miguel Delibes): la frustración de los personajes se compensa con la religiosidad.

3. LOS 50: LA NOVELA SOCIAL

La realidad social del país (cierta recuperación económica, la migración interna, los suburbios proletarios) se convierte en el centro temático de las novelas, con una intencionalidad crítica. Las clases menos privilegiadas son las protagonistas. Surge unanueva hornada de novelistas. Coinciden con Sartre en que el arte es un compromiso del escritor con la sociedad, y la literatura puede ser útil para cambiar el mundo. Para ello, la narrativa tenía que adoptar nuevos procedimientos narrativos que la acercaran a los lectores. Suele distinguirse entre neorrealismo y Realismo social, pero, sin entrar en detalles, podemos señalar algunas carácterísticas generalesde la novela social:
-Antepone la eficacia a la belleza: hay que llegar al mayor número posible de lectores.
- La lengua literaria será sencilla, directa, oral, aparentemente empobrecida.
-Los diálogos se aproximan al habla común: frases cortas, repeticiones, elipsis, exclamaciones, diálogos, interrogaciones...
-En cuanto a la estructura, se pasa del capítulo a la secuencia, con lo que se da entrada a un mayor número de situaciones y personajes, que conforman un panorama social más completo.
-El narrador adopta distintas formas: omnisciente (hasta llegar al autor implícito: el autor opina a través del narrador); el perspectivismo (gracias a la segmentación en secuencias, aparecen múltiples puntos de vista, dando lugar a la novela coral y al personaje colectivo); la ausencia de narrador (como en la novela conductista, en la que se pretende la mayor objetividad posible, y los personajes se expresan a través del diálogo).
-Los personajes son representativos de los distintos grupos sociales, no individuos; muchas veces son débiles, dubitativos, abatidos por las circunstancias (la heroicidad es la supervivencia).
-Reducción espacio-temporal: el espacio se limita y el tiempo se concentra.
-Los temas se desplazan de lo individual a lo colectivo: la sociedad ya no es marco, sino tema. Así, hay novelas sobre la gran ciudad (La colmena, sobre Madrid; La noria, de Luis Romero, sobre Barcelona), sobre la vida en el campo (El camino, de Delibes; Los Bravos, de Fernández Santos), sobre la abulia (El Jarama, de Ferlosio; Entre visillos, de Martín Gaite).
Destacaremos a tres autores, que recorrerán la historia de la literatura española hasta hoy:

a. Camilo José Cela (1916-2002): magnífico narrador, impregna sus obras de pesimismo, de un tono cruel y amargo, pero que encierra una gran ternura y comprensión hacia sus personajes. Escribíó poesía, cuentos, libros de viajes (Viaje a la Alcarria), memorias, teatro y hasta un Diccionario secreto y una Enciclopedia del erotismo. Pero es su novelística la que le ha proporcionado una mayor fama. Su fórmula narrativa se basa en una mezcla de Realismo descarnado, humor negro, ternura, horror, lirismo y vocabulario riquísimo. Creía que la novela es un género libre, abierto a la experimentación. Ejemplos de esa variedad son: La familia de Pascual Duarte, experimento que se basa en la picaresca y el esperpento; Pabellón de reposo, formada por los monólogos de los enfermos de un hospital; Mrs Caldwell habla con su hijo, cartas imaginarias de una mujer loca a su hijo; San Camilo, 1936, monólogo interior una semana antes de la guerra; Mazurca para dos muertos, etc. Pero es La colmena (1951) la novela más importante de las suyas; el tema central es la incertidumbre acerca del destino de las personas; otros son el hambre, el sexo, la hipocresía, el miedo y el recuerdo de la guerra; recoge dos días y medio en la vida de varios personajes, en Madrid: Martín Marco es el personaje hilo de la acción, aunque la ciudad es la verdadera protagonista: ambientes, cafés, burdeles, la clase media, el proletariado, el hambre, la generosidad...El vivir colectivo del Madrid de los años 42 o 43; este personaje colectivo se presenta gracias a una estructura en secuencias, que permite al lector adentrarse en sus vidas como si observara las celdillas de una colmena; fiel reflejo de la vida, el argumento es múltiple, con un final abierto; el lenguaje literario es mezcla de retoricismo y sencillez, esperpento y lirismo, lenguaje crudo y soez con el más delicado, lírico y burlón.

b. Miguel Delibes (1920-2010). Su obra refleja los distintos caminos de la novela española desde mediados del XX: la novela existencial (La sombra del ciprés es alargada), el Realismo crítico (El caminoLas ratas), la experimentación formal (Cinco horas con Mario, Los santos inocentes), la histórica (El hereje) y lo autobiográfico (Señora de rojo sobre fondo gris). En todas, Delibes nos cuenta una historia, pues sus novelas ofrecen mundos bien cohesionados, donde los temas principales son el amor a la naturaleza, la defensa de los débiles, la crítica a los opresores, la defensa de la inocencia, la tolerancia. Su lengua literaria busca la sencillez y la claridad en un relato bien contado, con un vocabulario muy rico, en el que aparece el léxico rural, los distintos registros de los personajes, culto, coloquial, vulgar y el fragmentario de los analfabetos. Deben destacarse tres novelas: El camino (1950), recuerdos de un niño de 11 años, que debe partir a estudiar interno al día siguiente: la ternura, el humor y la nostalgia se funden con la naturaleza; Cinco horas con Mario (66): a través del soliloquio que dirige Carmen a su marido, en la noche de su velatorio, se ve su diferencia ideológica (Mario era liberal, conciliador; ella, conservadora e intolerante), y su frustración; Los santos inocentes (82), narra el dominio de unos caciques sobre sus criados, sus abusos, con la novedad estilística de plantear cada capítulo como una sola oración gramatical.
c. Rafael Sánchez Ferlosio (1922). Como novelista, es autor de tres obras. En 1951 escribíó Industrias y andanzas de Alfanhuí, fantástica y picaresca, acerca de un niño que es expulsado de la escuela por su imaginación. De 1955 es El Jarama, exponente del behaviorismo o conductismo, técnica que elude el análisis introspectivo de los personajes, a los que conocemos por sus palabras: los diálogos reproducen el habla coloquial; cuenta un día de campo de un grupo de amigos madrileños; la narración reproduce minuciosamente los movimientos de los personajes; destaca la aguda percepción del tiempo; no hay protagonista ni tema; se trabaja la banalidad e intrascendencia de lo cotidiano a través de una anécdota aburrida, que ni siquiera la muerte altera; acertada configuración del personaje colectivo; técnica cinematográfica; muy cuidadosa construcción, referencias internas, preocupación por la estructura; es la obra clave de este movimiento. Tras años de abandono de la narrativa, publica El testimonio de Yarfoz (1986), un largo relato que se presenta inacabado sobre una civilización, utópica y fracasada, en una comarca legendaria de Madrid. En las últimas décadas ha abandonado la ficción y se ha convertido en uno de los más importantes ensayistas españoles: Vendrán más años malos y nos harán más ciegos (1993).

4. LOS 60: NOVELA EXPERIMENTAL

Las novelas sociales acabaron provocando el cansancio de los lectores, por elempobrecimiento estético.  Los novelistas buscan formas para renovar la novela, inspirándose, gracias a que la censura se relaja, en Proust, el nouveau Román, Faulkner, Hemingway, Fitzgerald, Dos Passos,Joyce, Beckett, Kafka y la novela hispanoamericana. Cuando Martín Santos publica Tiempo de silencio (1962), el Realismo social está acabado y comienza una nueva narrativa en España, que, sin perder totalmente su carácter de denuncia, amplía las posibilidades estilísticas, dando entrada a nuevas ideas estéticas y a experimentaciones formales. Siguen con la investigación del lenguaje y las estructuras narrativas; el argumento se difumina. Algunas aportaciones:
-Subversióndel mundo referencial, con significaciones simbólicas, a través de parábolas y alegorías que explican conflictos humanos y sociales.
-Compleja elaboración estructural y lingüística, para destruir los rasgos formales novelescos. Destrucción del párrafo y de los capítulos.
-Continúa la estructuración en secuencias, el autor implícito y la desaparición del narrador (behaviorismo); se emplea el punto de vista múltiple, o novela caleidoscópica.
-El monólogo interior se generaliza: la voz del personaje fluye libremente, pensamiento, fluir de la conciencia. Se usan los estilos libres, mezcla de la voz del personaje y del narrador.

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