El Neolítico en la Península Ibérica: Transformación Cultural y Medioambiental

El Neolítico: Una Nueva Era

El Neolítico, o nueva piedra, es la segunda etapa de la Prehistoria, situada entre el Epipaleolítico-Mesolítico y el Calcolítico. Hacia el año 5000 a.C., surgieron las primeras comunidades neolíticas en la Península Ibérica, impulsadas por la difusión de corrientes culturales de Oriente Próximo y la evolución de las culturas autóctonas.

Transformación Cultural y Medioambiental

El Neolítico implicó un cambio radical en el modo de vida, pasando de la caza, la pesca y la recolección a la producción. Se domesticaron animales (ovejas, cabras) y se cultivaron plantas (cebada, trigo, vegetales). También se desarrollaron la cestería, los tejidos y la fabricación de herramientas de piedra pulimentada y cerámica, lo que permitió almacenar y transportar excedentes.

Estas innovaciones transformaron el contexto cultural y medioambiental, dando lugar a una serie de innovaciones tecnológicas que provocaron cambios económicos, sociales y religiosos. La más destacada fue la sedentarización y la aparición de las primeras aldeas agrícolas.

La Neolitización en la Península Ibérica

La neolitización en la Península Ibérica se produjo mediante la llegada de colonos o pioneros que introdujeron las innovaciones neolíticas en diferentes territorios: la costa levantina (cuevas de L'Or, Les Cendres y La Sarsa), la costa andaluza (cueva de Nerja) y el norte de Aragón (cueva de Chaves), a partir del sexto milenio a.C.

Innovaciones Características

Una de las innovaciones más características del Neolítico inicial en la península es la cerámica cardial, decorada con impresiones de conchas de berberecho (Cardium Edulis). También destaca el Arte Macroesquemático. Se introdujo la agricultura y la ganadería, dando lugar a auténticas aldeas como La Draga en Gerona o Los Cascajos en Navarra, abandonando progresivamente las cuevas y estableciendo sociedades agrícolas o campesinas.

Esto supuso importantes transformaciones sociales y económicas, así como la aparición de manifestaciones artísticas y sistemas de enterramiento. La expresión más significativa de esto fue el Megalitismo, construcciones de grandes piedras que configuraban sepulcros colectivos, lo que muestra una evolución social y el intercambio de ideas entre las poblaciones.

El Final del Neolítico

El final del periodo estuvo marcado por la aparición de la metalurgia en cobre, que desencadenó una mayor complejidad social y grandes cambios en el modelo económico y social en los últimos siglos del IV milenio a.C.