Náutica
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PREVENCION DE LOS EFECTOS DE LA INMERSION EN EL AGUA
Efectos de la inmersión
El ahogamiento es la muerte originada por la asfixia que se produce al entrar agua en los pulmones.
Es el riesgo más inmediato que se presenta en la inmersión.
no se deberá nadar, ya que de esta manera mantendrá sus reservas y, por tanto, aumentará el tiempo de supervivencia.
En el caso de no disponer de ningún dispositivo de salvamento se debe tener en cuenta lo siguiente:
Se puede adoptar la posición supina (hacer el muerto), que nos permite flotar sin ningún esfuerzo (aunque en esta posición la pérdida de calor es muy grande).
Se puede lograr una flotabilidad suficiente si se mantiene en posición vertical el cuerpo, ayudado por movimientos lentos de las extremidades.
Cuando el náufrago está tranquilo y conserva la calma, puede improvisar una bolsa flotadora con los pantalones anundándolos por las perneras y sacudiéndolos por encima de la cabeza para llenarlos de aire.
La natación de supervivencia requiere muy poco aporte energético inconveniente de hundir la cabeza, que es la parte del cuerpo por la que más calor se pierde, por lo que no se recomienda su uso en aguas frías.
la hipotermia
Los factores que influyen en la aparición de la hipotermia son los siguientes:
La temperatura del agua y la fuerza del viento.
El estado de la superficie del mar.
Las características aislantes de las ropas u otros elementos de protección, como los trajes de inmersión.
El estado y la constitución física del náufrago (las personas delgadas pierden más calor que las personas con más depósitos grasos, expuestas ambas ala misma temperatura).
La posición del cuerpo (puede aumentar o disminuir la pérdida de calor).
La ingestión de bebidas alchólicas (contribuye a una mayor perdida de calor).
Cuando se reduce la superficie de exposición al agua, adoptando la posición fetal, o cuando se agrupan varios náufragos, se puede reducir la pérdida de calor del cuerpo hasta un 6501o. Esto representa una supervivencia «extra» de horas, a la misma temperatura. Por tanto, se comprende la importancia de conocer las técnicas de protección térmica corporal más adecuadas.
Prevención de la hipotermia
Las medidas a tomar para prevenir, o reducir, los riesgos de la hipotermia deben ir referidas tanto a los equipos, como al comportamiento del náufrago en el agua. Se aconseja adoptar todas las siguientes:
Utilizar trajes de inmersión. Proveer de suficientes ayudas térmicas a todas las embarcaciones de supervivencia y botes de rescate.
Embarcar en seco a bordo de las embarcaciones de supervivencia. (Gradualmente, se va implantando en los buques equipamiento que facilita esta medida: balsas arriables con pescante, botes de caída libre, rampas de evacuación, etc.).
Hacer uso inmediato de las embarcaciones de supervivencia evitando la entrada de agua y viento al interior de las mismas. Usar el equipo para el achique y secado del agua. El inflado del suelo contribuirá a aumentar la protección térmica.
Si hemos entrado en contacto con el agua -fortuita o intencionadamente- procederemos de la siguiente manera:
Alcanzar una embarcación y salir del agua lo antes que se pueda.
Si ello no es posible y se-dispone de chaleco salvavidas, se adoptará la postura fetal,
Se evitará nadar. Sólo se realizarán los mínimos movimientos que sean necesarios para mantenerse a flote, o respirar. De esta manera se ahorrará el consumo metabólico.
Se procurará llevar puesta siempre ropa y no desacerse de ella a menos que represen-te un peligro para nuestra flotabilidad.
Miedo y pánico
Entre las técnicas que han dado mejores resultados, se recomienda «ocupar la mente de inmediato», realizando un análisis de la situación y de las tareas más urgentes a emprender.
Se pensará en primer lugar cómo hacerse cargo de la situación (prioridades inmediatas, atención de heridos, recuento de raciones y equipo, recogida de agua, etc.) para reflexionar después sobre la adopción de ciertas actitudes, tales como:
NO TENER PRISA INDEBIDA
RECORDAR EL LUGAR DONDE SE ESTA
La aceptación de la situación a bordo de la embarcación de supervivencia servirá para adaptarse a los nuevos condicionantes, tales como el acatamiento de órdenes, el reparto de las raciones, la falta de espacio, las relaciones con los demás integrantes del grupo, el cumplimiento de las obligaciones y cualquier otra nueva responsabilidad.
APRECIAR LA VIDA
Soledad, El deseo de vivir, Relaciones con el grupo
*El líder
DISPOSITIVOS DE PUESTA EN SERVICIO DE LAS BALSAS
Dispositivo de zafa
Su finalidad consiste en actuar como sistema de puesta a flote manual y, a la vez, permitir que la balsa flote libre y de forma automática en los casos en que el buque se hunda.
El dispositivo funciona de tres formas diferentes:
Manualmente, liberando el grillete que dispone el gancho de sujeción.
Manualmente, activando el pedal, o botón, incorporado al dispositivo de zafa hidrostática.
Automáticamente, por medio del dispositivo de zafa hidrostática, que actúa por presión de inmersión.
En la primera, se actúa sobre un gancho de tipo gavilán, o similar, que cierra el fleje que sujeta la balsa a su soporte, de fácil maniobra de apertura.
En la segunda, se usa un dispositivo de destrincado manual que contiene la unidad de zafa hidrostática. Este se acciona por medio de un pedal, o botón, incorporado al propio mecanismo. Viene marcado de forma relevante.
En la tercera, opera la unidad de zafa hidrostática automáticamente al hundirse el bu-que a una profundidad de alrededor de cuatro metros. El mecanismo tendrá desagues en su cámara interna para evitar la acumulación de agua y no se activará al recibir golpes de mar. No precisa de mantenimiento a bordo y se debe tener la precaución de no pintar sus elementos.
MANTENIMIENTO A FLOTE SIN CHALECO SALVAVIDAS
se intentará mantener la cabeza fuera del agua. hacer el muerto), si estamos muy cansados. Esta postura permite flotar con el menor esfuerzo posible, pero tiene el inconveniente de introducir la cabeza en el agua, con lo que se produce una mayor pérdida de calor corporal. Por lo tanto, trata-remos de mantenernos en posición vertical, realizando lentos movimientos de las extremidades para lograr una flotación suficiente.
Con el agua a ras de boca y con los pulmones bien llenos de aire, la flotación no constituye ningún problema en la mar y con sólo unos elementales movimientos de brazos y piernas para aumentar dicha flotabilidad natural, las vías respiratorias quedarán expeditas para realizar su función biológica.
En las situaciones de peligro, el personal no entrenado es víctima del pánico y adopta un comportamiento típico: patea y bracea furiosamente para elevarse más sobre la superficie. En dicha tesitura superará por breves momentos su línea de flotación natural para, luego, al no poder continuar el esfuerzo, sumergirse a escasa profundidad (no más de unos 20 ó 30 cm.) pero la suficiente para tragar mucha agua en su irreflexiva ansia de conseguir aire.
No se debe golpear fuertemente el agua. Basta con introducir las manos con energía. El agua no es un enemigo, y mucha gente gasta las energías aporreándola.
Los pies no se sacarán fuera del agua al moverlos. Es dentro del agua donde los pies hacen fuerza para impulsar.
Se estará relajado, bien estirado y no contraído. El cuerpo se desliza mejor de esta forma.
No se deben doblar las piernas por las rodillas.
Conviene tener todo el cuerpo dentro del agua, incluso la boca, y sacarla sólo para respirar, expulsando el aire en el agua.
El ritmo del movimiento de los brazos y la respiración, son muy importantes.
El estilo de natación «braza» es el que mejor se adapta a todo lo dicho. Utilizando el mismo, el desplazamiento del cuerpo se produce tras los fuertes impulsos que se dan con los pies y las manos de modo asincrónico. El movimiento de las manos ayuda a mantener la boca fuera del agua. Es el método de natación más lento, pero también el que agota menos.
Colocación del chaleco salvavidas en el agua
Para colocarnos un chaleco en el agua se precisa la realización de las siguientes maniobras:
Adoptar la posición supina más horizontal posible respecto a la superficie del agua. Pasar la cabeza por la abertura del chaleco.
Presionar el chaleco contra el abdomen y pasar las cintas por los lugares correspondientes.
Tirar con ambas manos de las cintas, una vez pasadas, siempre manteniendo la posición más horizontal posible, con lo que lograremos ajustarnos el chaleco. Después, las ata-remos debidamente.
UTILIZACION DE EQUIPOS DE PROTECCION PERSONALES PARA LA SUPER-VIVENCIA
El mejor método para prevenir la hipotermia o retardar sus efectos, consistirá en abrigarse convenientemente antes de abandonar el buque
Chalecos salvavidas
Podemos diferenciar dos tipos de chalecos salvavidas: de flotabilidad permanente e in-fiables.