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Se definía la oratoria como el arte de la persuasión por medio de la palabra. En el sistema político republicano, donde había la libertad suficiente de palabra y judicial tenía cierta independencia, este género literario constituyó una de las manifestaciones más originales y fecundas del genio romano. Tenía una doble aplicación:
- En el ámbito político. El dominio de los resortes de la oratoria era el medio más eficaz de imponer la propia voluntad y de tener el mayor ascendiente sobre una masa que no sabe leer ni escribir. El buen orador tiene una poderosa arma política en sus manos, ya que por medio de este arte puede conseguir los votos de los ciudadanos e inclinar a su favor la voluntad del Senado.
- La oratoria era imprescindible en las causas judiciales, donde el abogado debía inclinar en favor de su cliente la voluntad de los jueces.
Cuando en la época imperial dejaron de existir la libertad política y la independencia judicial, la oratoria se convirtió en actividad aúlica, en un género literario ejercitado solo en el marco de las escuelas.

TÉCNICAS ORATORIAS
La oratoria llegó a ser uno de los géneros literarios más evolucionados, principalmente a partir del influjo que recibíó de Grecia  a partir del siglo II a.C. Las técnicas de la oratoria -la retórica-
Eran enseñadas en las escuelas por los rétorés en el grado que se podría llamar enseñanza superior. Pero las principales escuelas de retórica estaban en Grecia (Atenas, Rodas), a donde acudían los jóvenes privilegiados de la sociedad romana.
Había tres  escuelas en el arte de la palabra:
- Escuela aticista: defendía la sobriedad y la concisión en el discurso a la manera de Lisias. En Roma está representada por L. Calvo (82-47), D. Junio Bruto (85-42) y Catón. Respondía esta tendencia a una concepción de la lengua como un sistema acabado e inmutable.

- Escuela asianista:  esta escuela era partidaria de la abundancia, amplitud, fogosidad y estilo florido. Inspirada por los rétorés de Asía Menor, Hortensio
(114-50) es el principal representante en Roma. Esta tendencia consideraba la lengua como un sistema abierto, a la manera de un organismo vivo que crece e incorpora nuevos elementos.
- Escuela rodia: manteniendo la amplitud, abundancia y brillantez del discurso, busca el equilibrio y el gusto. El principal representante en Grecia es Molón de Rodas, y en Roma, su discípulo, Cicerón.




CICERÓN (106-43 a.C.) Cicerón nacíó en Arpino en el año 106 a.C., en el seno de una familia de caballeros. Recibíó la educación más completa, en Roma y en Grecia. Alumno de lo más célebres oradores y juristas de la época, pronunció sus primeros discursos judiciales después del triunfo político de Sila y se dio a conocer al tomar  la defensa de Roscio de Ameria. Fue elegido cuestor en 76 a.C. Y ejercíó este cargo en Sicilia, donde tuvo ocasión de defender a los sicilianos contra las exacciones y robos cometidos por Verres en la isla.
Sigue el cursus honorum: edil en 69 a.C., pretor en 67 a.C. Y cónsul en 63 a.C. Su consulado está marcado por su acción y éxito contra la conjuración de Catilina.
En el año 58 a.C., un tribuno de la plebe, Clodio, hace votar una ley contra Cicerón, el cual considera  exiliarse. Sus bienes son confiscados. En 52 a.C. Vuelve a Roma ayudado por Milón, al que defiende por la muerte de Clodio con menos brillantez de lo que se podría suponer por el discurso que escribíó (Pro Milone). En 51 a.C. Fue nombrado procónsul en Cilicia. Se agudiza la rivalidad entre César y Pompeyo. Cicerón toma el partido de Pompeyo, que es el del Senado y la aristocracia. Derrotado Pompeyo en Farsalia (48 a.C.), Cicerón se retira de la vida política, después de haber sido perdonado por César. En su retiro de Túsculo se dedica a las letras y a la filosofía. Pero después del asesinato de César en 44 a.C., vuelve a la acción. Se enfrenta al poderoso Marco Antonio, contra el que pronuncia catorce discursos, de extrema violencia, a los que denomina Filípicas (en recuerdo de los discursos de Demóstenes contra Filipo). Cicerón paga con su vida este error político y cae asesinado en Formio en el 43 a.C.

parte final de la oratoria y retórica PAG3.La actividad de Cicerón como orador político y jurídico se desarrolla a lo largo de su vida pública en un agitado y convulsivo período de la historia romana. Como abogado defensor destacan discursos como el Pro Quinctio, el Pro Roscio Amerino, el Pro Archia poeta, el Pro Sulla, el Pro Murena, el Pro Milone, los discursos Contra Verres (como acusador), etc. Como político, sus arengas contra Catilina (Catilinarias), contra Marco Antonio (Filípicas, a imitación de Demóstenes), el Pro Imperio Cnei Pompei, etc.La potencia oratoria de Cicerón se capta en los discursos todavía conservados: más que una argumentación vigorosa y convincente, se halla en ellos una atracción ejercida por su ingenio, por la rotundidad, las imprecaciones, las notas sentimentales e irónicas y por toda una serie de recursos aptos para emocionar y captar al auditorio.


(RETÓRICA Y ORATORIA) Cicerón es el principal representante de la oratoria en Roma, ya que lleva la prosa clásica latina de todos los tiempos a la máxima perfección.Hay en su extensa obra una entrega a la literatura y  al arte del bien decir, de llevar la lengua a los más expresivos y bellos aciertos. El entusiasmo que sentía por su arte y su profesión de orador le llevan a escribir obras preceptivas sobre retórica, como el De inventione, compuesto en su juventud, y los tratados escritos en su época madura: el De oratore, el Brutus y el Orator, obras basadas no solo en las enseñanzas de los rétorés griegos y latinos sino en su propia experiencia. En el De oratore, escrito el año 55 a.C. En forma de diálogo, Cicerón expone las cualidades que deben adornar al orador: unas, naturales (aptitudes, prudencia, sentido común, perspicacia, etc.), otras, adquiridas (técnicas oratorias, práctica, formación filosófica y jurídica).
El Brutus es un tratado escrito con motivo de la muerte de Hortensio (50 a.C.) en forma de diálogo entre M. Junio Bruto, Hortensio y Cicerón. En él cuenta la historia de la oratoria romana hasta él mismo. Cicerón había propugnado un ideal de estilo más sobrio sin excluir los adornos y cierta exuberancia del lenguaje. Es el estilo medio o rodio preconizado por su maestro Molón de Rodas.
El Orator es su obra culminante de retórica, en la que se aúnan el conocimiento de las técnicas oratorias y la experiencia y madurez de un gran orador. En esta obra, Cicerón expone la teoría de los tres estilos: el sencillo, el moderado y el sublime, y cómo el buen orador utiliza en cada discurso el estilo que más conviene según la ocasión. Describe también las fases de la elaboración de un discurso:
- la inventio, recogida de materiales: hechos y argumentos a favor o en contra.
- la dispositio, estructura del discurso de acuerdo con un plan.
- la memoria, el recuerdo de los elementos en el momento preciso.
- la elocutio, exposición del contenido.
- la actio, la forma externa, acción, entonación gesticulación etc.
La estructura del discurso contiene estas cinco partes:
- el exordium, entrada del discurso en la que se trata de captar la :atención del auditorio con la exposición de motivos;
- la narratio, exposición clara y breve de los hechos;
- la confirmatio, o argumentación;
- la refutatio, en la que se rechazan los argumentos del adversario;
- la peroratio, parte final, de tono emotivo, donde el orador trata de inclinar a su favor la voluntad del auditorio o de los jueces.


ÉPOCA POSTCLÁSICA (ss. I-II D.C.)
Terminada la república, la oratoria tenía sus días contados, pues, acabada la libertad con la instauración del régimen imperial, había finalizado el momento político en el que el debate público la hacía necesaria. A partir de esta época, los rétorés se dedican a escribir tratados sobre ella, y se convierte en un arte de escuela cada vez más artificial y afectado, sin vida. Séneca el Viejo, padre del famoso Séneca, recopilará una serie de ejercicios retóricos de deliberaciones y debates sobre diversos asuntos, que reciben el nombre de Suasoriae (deliberaciones) y Controversiae (debates).
El paladín de esta tendencia es Marco Fabio Quintiliano, nacido en España, en Calahorra, que cursó estudios en Roma y luego abríó una escuela de retórica, pronto muy famosa. Quintiliano, el más importante educador de Roma, nos ha dejado con los 12 libros de su Institutio oratoria el tratado de retórica más completo de la antigüedad. En él no sólo se preocupa de la técnica oratoria, sino de la formación del orador con un programa completo de instrucción y educación desde su infancia hasta la cumbre de su carrera. Sus teorías y sus métodos tienen como modelo a Cicerón. Insiste en la idea de la gradación de los ejercicios escolares y exige que los temas propuestos estén inspirados en la realidad frente a la común tendencia a debatir temas extraños y completamente irreales. Finalmente, al historiador Tácito se le atribuye el Dialogus de oratoribus, en el que varios personaje dialogan sobre las causas de la decadencia de la oratoria de su tiempo.

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