La Narrativa del Exilio y la Evolución de la Novela Española
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La Literatura del Exilio y la Evolución de la Novela Española
La Literatura del Exilio
La literatura del exilio, especialmente la prosa narrativa, alcanzó una dimensión enorme. No fue conocida en España en su debido tiempo. Los temas principales son:
- El pasado y la añoranza de España.
- La realidad del exiliado.
- La necesidad del escritor exiliado de superar su situación y adaptarse al país de acogida.
Autores destacados del exilio
Ramón J. Sender, quien ya había escrito obras importantes antes de la Guerra Civil, añadió elementos de la simbología moral en novelas que trataban de la contienda civil, como El rey y la reina (1949) o Mosén Millán. La recuperación de la memoria y la añoranza de un mundo más espontáneo y mágico se encuentran en Crónica del Alba. También escribió novela histórica, como La aventura equinoccial de Lope de Aguirre.
Max Aub: Su novela Luis Álvarez Petreña (1934) trata de un escritor frustrado. Su experiencia de la guerra y del exilio le inspiró en El laberinto mágico.
Francisco Ayala: Su relato deshumanizado Cazador en el alba (1929), el exilio y las circunstancias de la posguerra (tanto civil como mundial), le inspiraron Los usurpadores y La cabeza del cordero.
La Novela desde la Transición
En los años 50, el realismo se había fijado más en el contenido que en la forma, al contrario que en los 60-70, donde el afán de experimentación acabó desplazando el interés de muchas novelas hacia el texto en su realización verbal. A principios de los 70, algunos novelistas cansados de la experimentación publican novelas donde se parodiaba ese afán por la forma, como Torrente Ballester o Eduardo Mendoza. En estos últimos 30 años han convivido 4 grupos de novelistas:
- El grupo del 36 (Torrente Ballester, Cela y Delibes).
- El grupo del Medio Siglo (los Goytisolo y Juan Benet, entre otros).
- El grupo del 68 (Vázquez Montalbán o Eduardo Mendoza).
- La nueva promoción de los 80: Julio Llamazares, Pérez Reverte.
Tendencias Novelísticas
- La metanovela, que cuenta una historia y el proceso seguido en la narración de la misma (La orilla oscura y Beatus Ille).
- La novela lírica, que centra al máximo su interés en el texto y en la calidad poética de cada página (La lluvia amarilla, Julio Llamazares).
- El relato de aprendizaje, donde se desarrolla el proceso de un individuo en formación con su acceso a la experiencia.
- La novela histórica, con sus recreaciones verdaderas o invenciones fantásticas. El novelista así puede recrear el pasado y reinterpretarlo (Beatus Ille).
- La novela de intriga.
Características de la Narrativa Última
- Tiende a utilizar recursos más tradicionales.
- Prefiere la vuelta al placer de contar.
- Ausencia de maestros.
- Abundan los tonos humorísticos.
- Han desaparecido los grandes personajes, sustituidos por seres inseguros.
Estilo
Preocupación formal que revela la sensibilidad y la preparación cultural y literaria de los narradores jóvenes y su esfuerzo por lograr un estilo personal y de calidad. La estructura narrativa se ha hecho más ligera, variada y dinámica, se prescinde de disposiciones del texto que resulten trabajosas para el lector.
Tragaluz
Espacio
Espacio escénico múltiple, dos lugares son diametralmente opuestos: la vivienda en el semisótano y la oficina, lugares descritos en las acotaciones y calificados en el diálogo. Los objetos muestran también esta oposición. Los dos espacios están yuxtapuestos pero incomunicados. Tienden a identificar visualmente una división entre dos grupos. Es en el espacio inferior en el que suceden las acciones importantes.
Tiempo
El drama escenifica una compleja historia que sucedió en Madrid. Dos investigadores de un siglo futuro intentan un experimento: revivir la historia del tiempo de los espectadores, que a la vez se encuentra determinada por otra, ocurrida 25 años antes. Los sucesos que tienen lugar deben entenderse como recuperados desde el futuro, juzgados en el presente y originados en un cercano pasado.
Temas y Personajes
Buero habla de tomar el tren. Se trata de seguir viviendo actuando y no quedarse en la cuneta, detenido en el tiempo y sin acceso a la vida y a los hechos. Cree que es necesario que todo el mundo lo tome, pero hay muchas maneras de tomar y viajar en él, y los personajes lo tomaron de manera equivocada. La obra sería inconcebible sin Él y Ella. Son ellos los que justifican la existencia del drama. El padre es un loco, pero en su locura ha llegado a un ansia de totalidad, de conocimiento absoluto. La escena donde mata a Vicente tiene sentido de sacrificio ritual, quien debía castigar ha castigado y quien debía pagar ha acabado pagando. Muestra que el hombre será juzgado en el futuro. Mario es pasivo respecto a su hermano, contemplativo. No para de juzgar a Vicente, denigrando su hipocresía y tiranía hasta lograr enfrentarlo con el padre y hacer su confesión. Mario odiaba a su hermano por haber causado la muerte de la niña, por ser el preferido de la madre y por el amor de Encarna. Asumirá la carga que rehusó Vicente: se casará con Encarna y protegerá al hijo engendrado por Vicente. Vicente, víctima y culpable. Es la figura antitética de Mario, práctico y activo, sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Se adapta a todos los compromisos. Vive en lucha consigo mismo y su conciencia. Tanto el tren como el tragaluz dejan ver en Vicente lo que es en el fondo, un oportunista. Es víctima de su sociedad y su tiempo, pero ha elegido serlo. Es víctima y culpable.