Narrativa del 98: Crisis espiritual y reforma total

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Al empezar el siglo XX, Europa vive una crisis de fe en el racionalismo (desarrollado en el siglo anterior en el Realismo y Naturalismo) que lleva a una actitud pesimista sobre los logros que la ciencia pueda aportar al hombre, sobre todo desde el punto de vista espiritual

En este contexto, surge en ESP el G. de autores conocido como G 98, entre los que se incluye a Unamuno, Baroja, Azorín, Maeztu, Antonio Machado y Valle-Inclán. Todos ellos manifestaron su protesta contra las costumbres decadentes de la sociedad española y propusieron una reforma total, marcada por su idealismo y europeísmo. En general, todas sus obras (en cualquiera de los géneros literarios) se centrarán en el tema de España y la angustia existencial.


La publicación en 1902 de Amor y pedagogía de Unamuno, Sonata de otoño de Valle-Inclán, Camino deperfección de Baroja y La voluntad de Azorín marca la ruptura con la técnica realista y el comienzo de una nueva novela, que algunos críticos han denominado “novela lírica”, porque más que contar la historia de unos personajes se centra en sus emociones internas. La acción es mínima. En estas novelas la historia se organiza en torno a un personaje del que se van explicando su personalidad y evolución psicológica. Son personajes marcados por la angustia existencial, provocada muchas veces por la falta de esperanza en un mundo mejor (Unamuno, Baroja). En ocasiones, los problemas religiosos se convierten en el tema de la obra (San Manuel Bueno, mártir de Unamuno).

A dif de lo que ocurría con la novela realista, (análisis de las costumbres sociales con detalladas descripciones) prevalece la reflexión que provoca una situación determinada. Por eso, es una literatura más meditativa, con poca importancia del argumento. El escritor utiliza la novela para reflexionar sobre los distintos modos de concebir la realidad. De ahí que en lugar de utilizar la perspectiva narrativa del narrador omnisciente, prefiera el perspectivismo que le ofrece el diálogo (también monólogos). En relación con esta actitud reflexiva, la novela se aproxima al ensayo y, por ello,  con frecuencia se interrumpe la acción narrativa para intercalar fragmentos ensayísticos. En cuanto al tiempo, no se sigue la linealidad marcada en el Realismo, sino que se busca plasmar un tiempo subjetivo o seleccionar los episodios más significativos, obligando al lector a completar los vacíos en la historia.Los novelistas de esta generación son Miguel de Unamuno (SanManuel Bueno, mártir), Valle-Inclán (Sonatas), Pío Baroja (El árbol de la ciencia) y Azorín (La voluntad). En conclusión, la narrativa del 98 ofrece un testimonio temprano de las inquietudes del hombre contemporáneo, un reflejo de la realidad interior del hombre del siglo XX.

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