El Nacionalismo Vasco y el Impacto de la Primera Guerra Mundial en España
Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 4,03 KB
El Nacionalismo Vasco
Tras la muerte de Sabino Arana en 1903, se produjo en el Partido Nacionalista Vasco un duro enfrentamiento entre el sector radical defensor de la pureza original de las ideas aranistas y otro más moderado, liberal y posibilista, que aceptaba el juego parlamentario y optaba por la autonomía.
El nacionalismo vasco, asentado en Vizcaya, se extendió al resto de las provincias vascas, se aproximó a la burguesía industrial, amplió sus bases sociales y se consolidó como la fuerza mayoritaria en el País Vasco a partir de los años 1917-1919.
2.3 El Movimiento Obrero
Una de las consecuencias del atraso industrial de España era la debilidad del movimiento obrero en la primera década del siglo XX, al contrario de lo que sucedía en los países más desarrollados en la Europa occidental.
Hasta bien entrado el siglo XX, no se formó un verdadero sindicalismo de masas, y las organizaciones obreras, aún incipientes, se estructuraban en sociedades de socorro mutuo, de oficios y de resistencia.
En España, como en los demás países occidentales, el movimiento obrero estaba dividido en dos corrientes: la anarquista y la socialista.
3. La Primera Guerra Mundial y sus Consecuencias
Los efectos políticos y sociales de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la crisis de 1917 constituyeron un punto de inflexión en el régimen de la Restauración. Su impacto fue decisivo en la crisis de la monarquía liberal.
3.1 El Impacto de la Primera Guerra Mundial
Cuando estalló la Gran Guerra, el gobierno de Eduardo Dato declaró la neutralidad, respaldada por todos los partidos. Esta postura se adaptó a causa del aislamiento diplomático, la debilidad económica y la incapacidad militar de España.
A pesar de la neutralidad, las fuerzas políticas y los sectores sociales mejor informados se dividieron en dos bandos: los aliadófilos y los germanófilos. Esta división se reflejó en los partidos del turno (conservador y liberal) y en el resto de la sociedad. En general se puede decir que los sectores más conservadores mostraron su simpatía hacia los imperios centrales. Los sectores más liberales y la izquierda apoyaron a los aliados que representaban los principios democráticos. Solo los anarcosindicalistas y una minoría socialista calificaron la guerra como un enfrentamiento entre imperialismos sin decantarse por unos u otros.
La neutralidad favoreció una espectacular expansión de la economía. España se convirtió en abastecedora de los países beligerantes a los que suministró materias primas y productos industriales. El alza de las exportaciones tuvo un triple efecto:
- La creación o la ampliación de empresas y una rápida expansión industrial, especialmente de la minería asturiana, la siderurgia vasca y las industrias textiles y metalúrgicas catalanas.
- Una fuerte acumulación de capitales.
- Un imparable aumento de precios.
Mientras la burguesía industrial y financiera se enriqueció con los beneficios extraordinarios de la guerra, las clases trabajadoras sufrieron un descenso de su nivel de vida a pesar del alza, con retraso, de los salarios por productos de primera necesidad.
Esta situación agravó las diferencias sociales de la época, provocó una gran agitación social y el auge del movimiento obrero.
En el ámbito político desde 1913 se puso de manifiesto la crisis del turnismo y la descomposición de los partidos dinásticos. Los conservadores se fraccionaron entre los seguidores de Dato y el surgimiento de un nuevo movimiento político, el maurismo, y los liberales se dividieron entre los seguidores de García Prieto y los de Romanones.