Muerte a seis veinticinco resumen por capítulos

Nícolás es un niño de ocho años que se dispone a pasar con el resto de niños de su clase Una semana en la nieve, tal y como indica el título de esta novela. Un pequeño incidente hará que llegue al albergue sin su maleta. Este a priori detalle propiciará que dos personas dirijan su atención hacia él: Patrick, uno de los monitores, que le brindará apoyo y simpatía, y Hodkann, el alumno que maneja los hilos de la clase, que ejercerá sobre Nicolás atracción y miedo a partes iguales. Lo que prometía ser unos días de convivencia y diversión se torna en silencio y confusión cuando les llega la noticia de que en una población cercana un niño ha sido asesinado.

Ésta es una novela estructurada en 31 breves capítulos  en los que el autor, mezcla los códigos de la crónica periodística de sucesos con los del relato fantástico. Pero sabe controlar el suspense hasta el clímax  de los capítulos finales. Sin abusar de los recursos narrativos, en una de esas breves secuencias, Carrère echa mano de un flashforward que nos deja percibir cómo son los personajes, especialmente Nícolás y Hodkann, el niño bravucón, veinte años más tarde. Pero muy pronto se regresa al presente y el lector tiene la oportunidad de presenciar la tenebrosa y trágica historia que está por venir.

Nícolás es el personaje más desarrollado. Aunque la narración está escrita en tercera persona es él el eje en torno al cual todo gira. Son sus pensamientos los que se plasman en el libro y solo conocemos lo que sus ojos ven y sus oídos oyen. Pese a ello, a través de él podemos palpar al resto de personajes: su profesora, el monitor Patrick, su compañero Hodkann y sus padres. Sus padres, ausentes en esa excursión pero tan importantes en el desarrollo de la trama.

Emmanuel Carrère arriesga al elegir un niño como protagonista de su historia. Es atrevido porque su niño no muestra la inocencia de la que suelen tener mayoría de protagonistas infantiles. La mente de Nícolás es compleja. Nícolás es un niño tímido e introvertido, preocupado en exceso por encajar en el resto del grupo. Y sobre todo es un niño carente de afecto y necesitado de compresión. Sus padres son extremadamente sobreprotectores. Le ocultan cosas, le crean miedos innecesarios. Los niños son niños pero no son tontos, se enteran de todo, no pasan una. Tal vez no sepan encajar lo que oyen y ven pero qué es ser niño sino aprender a comprender el mundo. Nícolás, que como hemos dicho es un niño introvertido, recurre a su imaginación para comprender lo que vive y siente. En sus fantasías encaja las piezas, las rechaza, las cambia, crea otras nuevas y con todo ello construye 

puzzles que le ofrecen lo que necesita y anhela. Pero también hemos dicho que lo niños no son tontos. Nícolás sabe que las imágenes de sus puzles no son bonitas, que a nadie más le gustaría verlas, pero aun así no puede evitar  verlas una y otra vez. Ejercen sobre él una poderosa fascinación.

En realidad Carrère necesita pocas páginas para meternos no sólo en la historia, sino también en el personaje protagonista. Es un hábil creador de atmósferas, personajes y discursos mentales. 

Durante páginas y páginas parece no suceder nada, y sin embargo el corazón se te encoge, olfateas la tragedia, ¿cómo?, ¿por qué? Por mérito del autor, sin duda. Lenta pero progresivamente Carrère consigue atraparte en la historia de Nícolás

Hodkann se convierte en el amigo de Nícolás, inteligente, adelantado a los de su edad, sabe expresarse muy bien, es curioso , se integra con Nícolás para averiguar sobre el caso del niño asesinado.

Es astuto, tiene un pasado oscuro por la muerte de su padre y por ello se forma una coraza, los compañeros de su clase le tienen mucho respeto.

Otro aspecto a destacar es cómo acompaña el tiempo y el espacio a la trama de esta obra: La nieve no es un elemento casual en esta historia, el frío, el silencio, el paisaje, se acopla con el resto de recursos como un elemento imprescindible. Todo ayuda a crear ese clima tan asfixiante. En cuanto al tiempo, se desarrolla en 11 días, que ayuda a crear una sensación de presión y agobio que siente el protagonista.

En definitiva, este libro me ha resultado engatusante de principio a fin, y el final me ha dejado muy impresionada.