Mononucleosis Infecciosa: Síntomas, Epidemiología y Fisiopatología
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Mononucleosis Infecciosa
(fiebre glandular) Enfermedad infecciosa causada por el virus de Epstein Barr (VEB), pero también puede ser producida por el Citomegalovirus y en un 1% de los casos por Toxoplasma gondii.
Virus de Epstein Barr (VEB)
Pertenece a la familia Herpesviridae (DNA). Comparte con los otros virus de esta familia las características de ser un virus persistente y de ocasionar infección latente. VEB tiene tropismo por los linfo B y las células del epitelio oral. Se replica en el sistema linforreticular y provoca una intensa respuesta inmune. La infección latente ocurre en los linfocitos B. Está vinculado a diversos tumores: Carcinoma nasofaríngeo, Linfoma de Burkitt, Enfermedad de Hodgkin, Linfoma de células B.
Epidemiología
La infección por virus de Epstein-Barr sigue una distribución bimodal: El primer pico se presenta en menores de cinco años, en quienes la transmisión se produce a través de fómites contaminados con saliva. El segundo pico aparece en la segunda década de la vida; la transmisión se produce por contacto íntimo (“enfermedad del beso”), en condiciones de hacinamiento. La enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, siendo más frecuente entre la población joven.
Fisiopatología
EBV se transmite por la saliva. Infecta el tejido orofaringeo y las glándulas salivales. Las cél B se infectan al entrar en contacto con las células epiteliales pero también las células B de las criptas amigdalinas se pueden infectar directamente. Luego, el EBV se disemina por la circulación sanguínea. El VEB contacta con la célula B mediante una de las proteínas de su envoltura, gp350, que se une al receptor celular CD21 (el mismo que tiene para el C3d del complemento). Esta unión estimula a la célula a pasar de una fase de G0 a G1 con la ayuda de EBNA-2 y EBNA-LP (conlleva a la activación y proliferación de las células B) y promueve la producción de más proteínas virales. Esto promueve la activación y proliferación excesiva de células mononucleares. En la fase aguda las células infectadas son controladas por las NK y los LTCD8 que proliferan en gran cantidad; este aumento celular es el responsable del aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, bazo e hígado que pueden verse en la fase aguda de la infección. Eventualmente, las células B pueden experimentar infección latente cuando entran a la circulación como célula de memoria: Fase Latente. En esta fase, solo son expresados los antígenos EBNA y LPM2 (EBNA: 1, 2, 3A, 3B, 3C y las LPM relacionadas con la transformación celular: 1,2A y 2b). EBNA1 es necesario para que se automantenga el ADN en los linfocitos que se activan. LPM2 permite al virus permanecer latente limitando la expresión de genes en la membrana y así ser invisible a la respuesta inmune. La expresión intermitente de EBNA1 durante la división de la célula B permite que el genoma viral sea distribuido a cada célula hija. Durante la replicación del VEB, se expresa el gen BCRF1 que produce una proteína, EBV IL-10, similar en un 80% a la Interleucina 10 (IL-10) que inhibe la producción de IFN gamma por las células mononucleares con la consiguiente alteración de la diferenciación de los linfocitos B. Cuando las células B con infección latente regresan a la orofaringe, se diferencian en células plasmáticas y se reinicia la replicación viral que vuelve vulnerables a las células B a la respuesta inmune y el virus es secretado a la saliva. El virus presente en la saliva puede ser transmitido a otros huéspedes y/o a nuevas células B del mismo huésped.
Clínica
El período de incubación es variable: 5 - 7 semanas. El comienzo es insidioso, con malestar general, cefalea y fiebre. Al 4° - 5° día aparece una faringitis con adenopatías, que constituyen los datos más constantes de la enfermedad. El cuadro febril puede extenderse 1-2 semanas o más, alcanzando 39 - 39,5 ºC. Las adenopatías se ubican en distintos sectores: cervical, occipital, axilar, inguinal. También se presenta esplenomegalia, hepatomegalia y exantema fugaz en tronco de tipo maculopapular frecuente en los pacientes que recibieron ampicilina. No representaría un fenómeno alérgico y se desconoce la causa de esta asociación.
Laboratorio
La manifestación hematológica principal es el aumento del número de linfocitos circulantes, lo que ocurre en 70% de casos de MNI, entre la 2ª y 3ª semana. Linfocitos atípicos son sugestivos de MNI, aunque no patognomónicos, ya que también se observan en los SMN de otras etiologías. Son de mayor tamaño que los linfocitos maduros de sangre periférica, con citoplasma vaculado y basófilo; sus núcleos suelen ser segmentados y excéntricos. También existe incremento en la producción de inmunoglobulinas, las cuales se reducen durante la segunda semana. (Supresión por linfocitos T?) Además, se pueden presentar anemia hemolítica, agranulocitosis, trombocitopenia, anemia hemolítica autoinmune (anticuerpos fríos) y hepatitis, rotura esplénica.