El misterio de la cripta: Desapariciones en San Gervasio
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El Misterio de la Cripta en San Gervasio
La historia comienza con el protagonista jugando al fútbol cuando, en mitad del partido, un ayudante del médico del manicomio donde reside lo lleva con el doctor Sugrañes. En la oficina del doctor, el protagonista se encuentra con una visita inesperada: una monja desconocida y el comisario Flores, un policía que lo había arrestado en otras ocasiones y era uno de los responsables de su internamiento.
Estas dos personas lo visitan debido a la reciente desaparición de una niña del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio de Barcelona, un hecho que se repite tras un incidente similar ocurrido años atrás. Quieren que el protagonista investigue la causa de las desapariciones y si existe alguna relación entre ellas. Lo extraño no es la desaparición en sí, sino que ambas niñas reaparecieron al día siguiente sin recordar lo ocurrido durante su ausencia.
Con la excusa de realizar un experimento psicopático, el comisario Flores y la madre superiora del colegio llevan al protagonista a investigar.
La Investigación
Tras ser dejado en una plaza por el comisario, el protagonista visita a su hermana Cándida, una mujer de compañía que trabaja en un bar del barrio chino, esperando obtener información sobre las desapariciones. Sin embargo, Cándida, que espera a un cliente con aspecto de sueco, no le revela nada. El protagonista se marcha y decide ir a una pensión a dormir, no sin antes dar una vuelta por el colegio. Estando a punto de dormirse, el sueco aparece herido en la pensión y muere. El protagonista regresa con su hermana a la casa de esta, donde yace el sueco muerto, y en ese momento llega la policía.
Tras huir de la policía, el protagonista habla con los jardineros del colegio, quienes le proporcionan los nombres de las niñas desaparecidas: Isabel Peraplana (la niña que desapareció años atrás) y Mercedes Negrer (su mejor amiga). Visita a Isabel, quien está a punto de casarse y no recuerda nada del secuestro. El protagonista viaja en tren a un pueblo cercano a Barcelona para ver a Mercedes, quien ahora es profesora. Mercedes le relata que, la noche de la desaparición de Isabel, se despertó y vio a Isabel con un hombre muerto dentro de una cripta falsa en la capilla del colegio. Ambas se desmayaron y, al despertar, Mercedes estaba en su cama y Isabel había desaparecido, reapareciendo al día siguiente. El comisario culpó a Mercedes del asesinato del hombre, obligándola a exiliarse en el pueblo.
De vuelta en Barcelona, el protagonista descubre que Isabel ha intentado suicidarse tras la visita de Mercedes y la revelación de los eventos en la cripta.
El Descubrimiento
Con la ayuda de Mercedes, el protagonista sigue a Peraplana (el padre de Isabel) y lo ve meter un bulto que parece una persona en el maletero de su coche, mientras un hombre y una mujer observan la escena. El protagonista habla con los observadores, quienes resultan ser los padres de la niña desaparecida recientemente. El padre, un dentista, confiesa haber aceptado un trato con un hombre misterioso para saldar sus deudas a cambio de un favor. Este hombre le entregó a su hija durante dos días, obligándolos a drogarla, y luego se la llevó, siendo ella el bulto que el protagonista vio en el coche de Peraplana.
El protagonista y Mercedes deciden entrar en la cripta con la niña. Tras enfrentarse a perros y puertas cerradas, el protagonista pierde de vista a la niña dentro de la cripta. En una zona iluminada, alucina que habla con Mercedes y un hombre negro homosexual. Luego ve a su hermana debajo de una mesa, quien le da una patada. Al despertar, se encuentra con el comisario Flores, el doctor Sugrañes, varias monjas (incluida la madre superiora) y el sueco muerto. Escapan de la cripta a través de un funicular abandonado que el doctor Sugrañes logra poner en marcha. El funicular los lleva a una mansión en una colina.
La Resolución
Durante el desayuno, el protagonista revela la verdad: Peraplana, involucrado en drogas, mató a alguien y colocó el cuerpo en la cripta junto a su hija Isabel para simular que ella era la culpable. Seis años después, repitió el mismo esquema con la hija del dentista. Al verse descubierto, Peraplana intentó inculpar al protagonista, drogando y moviendo el cuerpo del sueco a diferentes lugares.
A pesar de resolverse el misterio, la situación no cambia: el protagonista regresa al manicomio, Cándida es liberada, Isabel se recupera y Peraplana no recibe castigo. Solo Mercedes se beneficia al poder abandonar su exilio.