La Mirada Reconstruida: Picasso y la Deconstrucción de la Forma
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Los Objetos como Espectáculo
Los objetos que Picasso representa en sus bodegones no son funcionales, sino construidos. Le permiten jugar con la forma y crear estructuras, como si quisiera que los objetos parecieran más altos, una dramatización e individualización de los objetos materiales. Pasan a ser objetos para ser vistos, no para mostrar su funcionalidad. Los desvincula de su función para convertirlos en espectáculo mismo. Duchamp lo hará con sus objetos encontrados que se utilizan con una función diferente. El objetivo es cambiar el modo de ver la realidad, ver lo nuevo de nuevas. Cézanne estaba obsesionado con esto: representar la realidad como vista por un niño, por primera vez. También es esta la causa de la aparición de niños en la pintura de Matisse.
Picasso pinta sin privilegiar ningún punto de vista, para ver lo que no se puede ver porque está más allá, en el fondo mismo de la realidad.
La Influencia de Cézanne
En 1906 muere Cézanne y en junio de 1907 se realiza una retrospectiva donde se muestran 79 acuarelas del autor nunca vistas, que impresionarán a Picasso. Al parecer no están acabadas, pero sí que lo están, al igual que las obras del último Matisse. Es lo que Vasari llamará la estética del non finito. Se hace más interesante que la obra acabada, con un papel fundamental del espectador, que se la puede imaginar y acabarla. El cubismo reclama esto mismo, como las últimas acuarelas de Cézanne.
Cézanne ilumina interiormente los objetos. Usa el recurso de no continuar la línea a la misma altura en el bodegón. Esto requiere una contemplación detenida para que el objeto se presente contundente. Sus manzanas no incitan a comerse, sino a mirarse. Picasso hace algo parecido. En el Renacimiento se entiende el espacio cuando reconocemos el punto de fuga, pero con Picasso hay que reconstruir en nuestra cabeza. Es una construcción discontinua. No responde a la ilusioridad de la perspectiva tradicional, pero el objeto se sigue reconociendo, y ahí es donde está el mérito del espectador.
El control del dibujo le permite que el cuadro esté consolidado ya desde el momento en el que pone el lápiz sobre él. Lo mismo les pasa a Cézanne, y en cierto modo a Matisse.
Cézanne explotaba el fondo blanco de la obra como elemento activo, en un espacio en el que los objetos se funden. La luz, al igual que el espacio, es palpable.
Se publican una serie de cartas de Cézanne en las que habla sobre cómo tratar la naturaleza con cubos, cilindros… formas simples. Esto es lo que adoptarán los cubistas.
A finales de 1907, Picasso está imbuido de primitivismo, por lo que busca una nueva fuente que encontrará en Cézanne, el maestro de la palpabilidad. Le dedica obras en las que ensaya el nuevo sistema, que recuerdan más a los desnudos de Cézanne más que a sus obras de las prostitutas de Avignon.
Dríada
Aun con restos de rasgos africanos, pero deudora ya de Cézanne, Picasso construye una figura. No la representa ilusoriamente, sino que la ha creado. Acentúa el cubismo su capacidad creadora.
- Los escorzos se aplanan y los volúmenes se articulan en planos segmentados.
- Hay una conexión más directa entre el espectador y lo representado porque se abre a su dimensión mental.
- Cada parte se construye de forma diferente: con luz y colores diferentes.
El cubismo analítico deconstruye la forma para analizarla y la reconstruye de manera diferente. Aún representa las figuras, no como hará en el cubismo sintético.
Hay un elemento de la tradición clasicista y cezanniana. Los planos de luz están tratados como si el cuerpo fuera una pieza arquitectónica. La luz y las sombras también son factores de construcción. Además son propias de los fragmentos, no vienen de fuera. Las partes están independizadas. Con esta construcción, Picasso va deconstruyendo la mirada para mirar de otra forma.
Utiliza estos componentes en muchas obras posteriores. Primero en 1908 en bodegones, y en 1909 con la figura humana.
Tres Mujeres o Bañistas
De 1907-08. Sin el sentido ya del exorcismo de las señoritas. Se acerca más al universo idílico de Cézanne. Mantiene gestos de él. Las figuras están implicadas, como un juego de planos. No sabemos qué está delante y qué detrás. No hay materialización de la profundidad. Deconstruye la distancia.
Picasso hace desaparecer los rasgos fundamentales de Cézanne. Se resiste a su influencia para lograr su liberación total. Hace desaparecer la importancia de la naturaleza, el espacio y la distancia de la representación.
En los cuerpos de Cézanne hay autonomía, pero no en Picasso. Va liberando su propio ojo.
Cézanne sufría tactofobia, y lo plasmaba en su obra. No podía ser tocado, como sus figuras. Pero Picasso incita a sus cuerpos a tocarse.
Es una obra con una gran cantidad de estudios preparatorios midiéndose con su padre espiritual, Cézanne.