El Ministerio Papal y María, Modelo para la Iglesia

1. EL MINISTERIO PAPAL

El Papa es el vicario de Cristo que está al servicio de toda la comunidad. Por lo tanto el primado papal es el ministerio más discutido y por ello a continuación vamos a analizar algunos aspectos que lo reiteran.

Fundamentos bíblicos del primado

Jesús eligió de entre los doce a Pedro como cabeza con el fin de que rigiese toda la Iglesia. Esto está fundamentado ya que el Nuevo Testamento ofrece imágenes de Pedro como primer testigo de la resurrección de Jesús y el Libro de los Hechos lo presenta como testigo privilegiado. Sin embargo, su posición no es la de ser privilegiado sino que también tiene su función en acontecimientos precedentes como por ejemplo en la profesión de fe en Cesárea de Filipo, cuando Jesús le nombra Pedro diciéndole que es la piedra sobre la que creará la Iglesia. Asimismo, la autoridad de Pedro se expresa en 3 metáforas: el cambio de nombre, que le concede una nueva misión referida a la comunidad eclesial; las llaves como símbolo de autoridad espiritual en el Reino; y atar y desatar que precisa que lo de Pedro es un tribunal inapelable y que debe ser sucedido en el tiempo en su cargo. Es decir, Pedro era apóstol y recibió la misión específica de regir y decidir inapelablemente.

Extensión del ministerio papal

El primado se trata fundamentalmente en el documento Pastor aeternus. En él se comenta que el Papa ejerce el poder primacial y tiene una verdadera potestad episcopal que le ha sido otorgada por Cristo ejerciendo así sobre todas las Iglesias locales. Esta potestad es plena y suprema porque no está sujeta a otra autoridad. Sin embargo que el Papa este al servicio de las Iglesias locales no quita autoridad a los obispos locales, sino que los confirma.

El carisma de la infalibilidad

Esto significa que cuando el Papa enseña una verdad revelada no puede estar sujeta a error. En el Nuevo Testamento le compete a Pedro esta carisma de enseñar infaliblemente la doctrina de Cristo. Este ministerio incluye ese carisma, pues de lo contrario la transmisión de la verdad enseñada por Cristo no estaría suficientemente garantizada. El Papa no hace más que presentar una doctrina contenida en la revelación divina.

Primado y episcopado

Según la Lumen Gentium, el Papa y los obispos forman un colegio del que el Papa es la cabeza porque es la unidad de los obispos. En la Iglesia hay una única autoridad que puede ejercerse de dos modos: el Papa personalmente, o colegialmente el Papa junto a los obispos. En definitiva, Jesús ha dotado a la Iglesia de un guía que es el Papa y los obispos, teniendo el Papa la responsabilidad de ponerse al servicio de toda la Iglesia para enseñarla, regirla y santificarla.

2. MARÍA, MODELO PARA LA IGLESIA

María ha sido propuesta a la imitación, pero no por el tipo de vida que llevó, sino porque en sus condiciones de vida ella se adhirió totalmente a la voluntad de Dios, se acogió a la palabra y la puso en práctica, tuvo espíritu de servicio y fue la primera discípula de Cristo. Así, el cristiano debe actuar de la misma manera que María actuó en las situaciones concretas de su vida para así poder llegar a Cristo.

Las actitudes de María coinciden con las del hombre actual

Las actitudes de María coinciden con las del hombre actual y por ello desde la Iglesia debemos intentar que todos los hombres comprendan esta idea. Ponemos a continuación 3 ejemplos que lo demuestran:

• La búsqueda del verdadero sentido de la propia existencia
• La lucha por la libertad es compleja y dispersa
• El compromiso a favor de los demás

La búsqueda del verdadero sentido de la propia existencia. Esta es una de las necesidades principales del hombre actual. Sin embargo, el hombre moderno ha sustituido las creencias tradicionales cristianas por las ideologías del progreso que conduce a la felicidad universal dando lugar a muchas inseguridades. Por ello, la Iglesia tiene la misión de señalar a los hombres el sentido de la vida y proclamar que la existencia humana solo puede edificarse en la verdad, que es Dios. María proclama esto porque a pesar de sus dificultades en la vida acepto y se baso en esa verdad demostrando que la fe es la verdad que nos permite soportar y vivir positivamente el destino.

La lucha por la libertad es compleja y dispersa. Esta lucha se ha visto dificultada por los problemas que derivan de la multiplicación de la organización y la información que ejercen sobre nosotros una influencia decisiva. Sin embargo, la Iglesia en ocasiones tampoco ha predicado de forma clara y correcta la libertad prometida por Dios. Es por ello que su misión ahora es transmitir el mensaje de libertad que le es propio y que María predicó en su momento. María vivió centrada en su Hijo y unificó la dispersión de su vida en la fe cristiana proclamando la libertad que se adquiere en la unión con el Dios que es libre.

El compromiso a favor de los demás. Los medios de comunicación han enseñado al mundo la realidad del mundo y sus miserias, lo que ha suscitado un movimiento de solidaridad que se traduce en amor al prójimo. La Iglesia tiene que luchar por el amor y la justicia acogiendo a todos los hombres igualmente. Por ello podemos tomar a María como referente de nuestra vida cristiana ya que proclamó que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.