Milagros concomitantes

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concep2 bíblico de milagro   El concep2 bíblico de «milagro” es otro.La biblia es una interpretación religiosa de la his2ria y en sus narraci1s no se plantea el problema de si se conculcan o no las leyes de la naturaleza,sino si «se ve» la ayuda salvadora de Dios.   Para la biblia,«milagro» es un acontecimien2 sorprendente,aunque no hace falta que sea contrario a las leyes naturales,que el creyente interpreta como señal de la acción salvadora de Dios.A la misma naturaleza,por ejemplo,se le llama «milagro»,cuando se experimenta en ella la acción de Dios (sal 136,4-7),y es evidente que en este caso no se modifica ninguna ley natural   Los cuatro evangelios coinciden en presentarnos a jesús como un hombre que hizo milagros y que,al igual que su misma persona,és2s fueron interpretados de distinta manera por los testigos (mc 3,22).¿cómo hacer nosotros una interpretación correcta de los milagros narrados?El criterio fundamental se nos da en los mismos evangelios: jesús no es un curandero cuyo fin sea simplemente sanar o hacer cosas sorprendentes,sino que la finalidad última de sus acci1s es proclamar que donde Dios ejerce su reinado el hombre se salva.   Para la biblia,lo esencial para que haya milagro es la experiencia de que Dios favorece al hombre,y considera accidental el que lo sucedido sea extraño al acontecer cotidiano.Lo que la biblia llama señales,signos,maravillas,prodigios,milagros o ac2s del poder de Dios son fundamentalmente experiencias interiores más intensas que de costumbre,que se podrían definir como la voluntad de que Dios quiere la salvación de los hombres.En el suceso milagroso el creyente experimenta de 4ma más intensa y clara para él la actuación de Dios en los acontecimien2s.   La experiencia interior no admite comprobaci1s objetivas y es obvio que en este sentido la ciencia no puede demostrar que «no hubo milagro».Del mismo modo,un suceso externo puede tener interpretaci1s diversas,y así nos lo muestran los evangelios (jn 12,28: la voz de Dios o un trueno).   La fe bíblica en los milagros no consiste en el convencimien2 de que para Dios nada hay imposible,sino,sobre 2do,en que Dios quiere y puede dar la salvación a los hombres.Los «milagros» son señales de que es2 es así.   La gran diferencia entre lo que el hombre actual llama «milagro» y lo que se entiende por tal en la biblia consiste principalmente en que los dos comp1ntes del «milagro» (la experiencia de lo extraordinario y la experiencia de Dios) son valorados de distinta manera: el hombre actual da 2do el valor a lo primero (extraordinario) y el narrador bíblico a lo segundo (lo divino).   2.1 jesús y los milagros   Los cuatro evangelios coinciden en presentarnos a jesús como un hombre que hizo milagros y que,al igual que su misma persona,és2s fueron interpretados de distinta manera por los testigos (mc 3,22).¿cómo hacer nosotros una interpretación correcta de los milagros narrados?El criterio fundamental se nos da en los mismos evangelios: jesús no es un curandero cuyo fin sea simplemente sanar o hacer cosas sorprendentes,sino que la finalidad última de sus acci1s es proclamar que donde Dios ejerce su reinado el hombre se salva.Los milagros son signo de la cercanía del reino presente con jesús en la humanidad y en el cosmos,que quedan implicados en esta profunda restauración.   Es2 aparece en los términos usados,que sólo en poquísimos casos corresponde a nuestra palabra “milagros”.Pocas veces se les llama “hechos maravillosos”,en griego,térata (hech 2,22;rom 15,19;2 cor 12,12),o “cosas prodigiosas”,en griego,paradoxa (lc 5,26).Los términos usados normalmente son: “ac2s de potencia” (dynamis),“signos” (semeia),“obras” (érga).La terminología bíblica,pues,señala que jesús no fue un simple realizador de prodigios.Los milagros adquieren su significado solamente en relación con la predicación de jesús,con su misión y con la explicitación del misterio de su persona: “el milagro está siempre al servicio de la palabra,como elemen2 de revelación o como testimonio de su autenticidad y de su eficacia”.   La primera comunidad nunca hizo de los milagros el centro de su predicación,ni redujo la presencia salvadora del señor al milagro.Es más,el centro de la buena noticia cristiana siempre ha sido y es la muerte y la resurrección de jesús (1cor 15,3-11).La buena noticia cristiana no es simplemente que Dios hace milagros.Eso sería reducirla.Dios no es simplemente un poder que rompe las leyes de la naturaleza,mientras 2do sigue igual en el corazón de los hombres y en la sociedad.   Cuando un grupo o movimien2 cristiano centra casi 2da su 8nción en los milagros,desvaloriza la muerte y la resurrección de jesús,deja afuera el centro del cristianismo.Jesús mismo era consciente de lo fácil que es manipular a la gente con grandes obras y porten2s (la hartura de una tarde p1 a las masas a aplaudir a cualquier candida2).Por eso jesús rechazó el apoyo de las masas recién comidas: “no me buscan porque hayan percibido señales,sino porque han comido pan hasta hartarse (jn 6,26).Por eso jesús descalificó a hombres y mujeres que hacían milagros en su nombre,pero no hacían nada para asociarse a la voluntad salvadora de Dios: mt 7,21-23.

  Concep2 bíblico de milagro


el concep2 bíblico de «milagro” es otro.La biblia es una interpretación religiosa de la his2ria y en sus narraci1s no se plantea el problema de si se conculcan o no las leyes de la naturaleza,sino si «se ve» la ayuda salvadora de Dios.



para la biblia,«milagro» es un acontecimien2 sorprendente,aunque no hace falta que sea contrario a las leyes naturales,que el creyente interpreta como señal de la acción salvadora de Dios.A la misma naturaleza,por ejemplo,se le llama «milagro»,cuando se experimenta en ella la acción de Dios (sal 136,4-7),y es evidente que en este caso no se modifica ninguna ley natural



los cuatro evangelios coinciden en presentarnos a jesús como un hombre que hizo milagros y que,al igual que su misma persona,és2s fueron interpretados de distinta manera por los testigos (mc 3,22).¿cómo hacer nosotros una interpretación correcta de los milagros narrados?El criterio fundamental se nos da en los mismos evangelios: jesús no es un curandero cuyo fin sea simplemente sanar o hacer cosas sorprendentes,sino que la finalidad última de sus acci1s es proclamar que donde Dios ejerce su reinado el hombre se salva.



para la biblia,lo esencial para que haya milagro es la experiencia de que Dios favorece al hombre,y considera accidental el que lo sucedido sea extraño al acontecer cotidiano.Lo que la biblia llama señales,signos,maravillas,prodigios,milagros o ac2s del poder de Dios son fundamentalmente experiencias interiores más intensas que de costumbre,que se podrían definir como la voluntad de que Dios quiere la salvación de los hombres.En el suceso milagroso el creyente experimenta de 4ma más intensa y clara para él la actuación de Dios en los acontecimien2s.



la experiencia interior no admite comprobaci1s objetivas y es obvio que en este sentido la ciencia no puede demostrar que «no hubo milagro».Del mismo modo,un suceso externo puede tener interpretaci1s diversas,y así nos lo muestran los evangelios (jn 12,28: la voz de Dios o un trueno).



la fe bíblica en los milagros no consiste en el convencimien2 de que para Dios nada hay imposible,sino,sobre 2do,en que Dios quiere y puede dar la salvación a los hombres.los «milagros» son señales de que es2 es así.



la gran diferencia entre lo que el hombre actual llama «milagro» y lo que se entiende por tal en la biblia consiste principalmente en que los dos comp1ntes del «milagro» (la experiencia de lo extraordinario y la experiencia de Dios) son valorados de distinta manera: el hombre actual da 2do el valor a lo primero (extraordinario) y el narrador bíblico a lo segundo (lo divino).



2.1 jesús y los milagros



los cuatro evangelios coinciden en presentarnos a jesús como un hombre que hizo milagros y que,al igual que su misma persona,és2s fueron interpretados de distinta manera por los testigos (mc 3,22).¿cómo hacer nosotros una interpretación correcta de los milagros narrados?El criterio fundamental se nos da en los mismos evangelios: jesús no es un curandero cuyo fin sea simplemente sanar o hacer cosas sorprendentes,sino que la finalidad última de sus acci1s es proclamar que donde Dios ejerce su reinado el hombre se salva.Los milagros son signo de la cercanía del reino presente con jesús en la humanidad y en el cosmos,que quedan implicados en esta profunda restauración.



es2 aparece en los términos usados,que sólo en poquísimos casos corresponde a nuestra palabra “milagros”.Pocas veces se les llama “hechos maravillosos”,en griego,térata (hech 2,22;rom 15,19;2 cor 12,12),o “cosas prodigiosas”,en griego,paradoxa (lc 5,26).Los términos usados normalmente son: “ac2s de potencia” (dynamis),“signos” (semeia),“obras” (érga).La terminología bíblica,pues,señala que jesús no fue un simple realizador de prodigios.Los milagros adquieren su significado solamente en relación con la predicación de jesús,con su misión y con la explicitación del misterio de su persona: “el milagro está siempre al servicio de la palabra,como elemen2 de revelación o como testimonio de su autenticidad y de su eficacia”.



la primera comunidad nunca hizo de los milagros el centro de su predicación,ni redujo la presencia salvadora del señor al milagro.Es más,el centro de la buena noticia cristiana siempre ha sido y es la muerte y la resurrección de jesús (1cor 15,3-11).La buena noticia cristiana no es simplemente que Dios hace milagros.Eso sería reducirla.Dios no es simplemente un poder que rompe las leyes de la naturaleza,mientras 2do sigue igual en el corazón de los hombres y en la sociedad.



cuando un grupo o movimien2 cristiano centra casi 2da su 8nción en los milagros,desvaloriza la muerte y la resurrección de jesús,deja afuera el centro del cristianismo.Jesús mismo era consciente de lo fácil que es manipular a la gente con grandes obras y porten2s (la hartura de una tarde p1 a las masas a aplaudir a cualquier candida2).Por eso jesús rechazó el apoyo de las masas recién comidas: “no me buscan porque hayan percibido señales,sino porque han comido pan hasta hartarse (jn 6,26).Por eso jesús descalificó a hombres y mujeres que hacían milagros en su nombre,pero no hacían nada para asociarse a la voluntad salvadora de Dios: mt 7,21-23.


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