Mihrab y maqsura

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MEZQUITA DE Córdoba

siendo califa Alhaken II, se fomentó considerablemente la cultura y el conjunto de las artes estéticas y literarias. Así mismo durante ese periodo se incrementaron los contactos políticos y culturales con la gran capital oriental de Bizancio.

Alhakem II añade doce tramos más, aproximándose aún más hacia el curso del Guadalquivir, alcanzando la definitiva profundidad de hoy día. Todos los materiales que se utilizaron son ex profeso para la obra. Se alternan fustes de mármol rosado y azules y se realizan capiteles denominados de pencas, resultando ser una esquematización de los órdenes clásicos. En la qibla o muro final de la construcción, se encuentra el mihrab o nicho al que se dirigen las oraciones. Dicho muro, debido a las presiones soportadas, se construyó de forma doble, lo que aseguraba la solidez de la construcción. Justo en dicho muro, cómo área principal del conjunto monumental, se encuentra la maqsura, o espacio frente al mihrab. En él, debido a la falta de luminosidad, se colocan una serie de bóvedas que, gracias a unos lucernarios, permiten la iluminación del sector más sobresaliente del lugar.

Estas bóvedas están formadas por gruesos y grandes nervios dejando un espacio abierto entre ellos. Esta solución constructiva será muy utilizada posteriormente por el arte mudéjar, denominándose bóveda de nervios califal. La maqsura está decorada con zócalós labrados en mármol ornamentados con motivos de origen sirio y con mosaicos de teselas vítreas, dotando a este espacio de un especial colorido similar a las construcciones bizantinas. El interior del mihrab es de planta octogonal, cerrado por una majestuosa cúpula en forma de venera.

Cúpula CENTRAL DE LA MAQSURA

Ante el mihrab se encuentra la zona de la maqsura, el lugar  reservado al califa. Es de suponer que los dos últimos tramos del sur pertenecen a las cinco naves centrales de la mezquita. La zona de la maqsura está separada de la sala de realización del salat por una arcada poli lobulada transversal, que discurre paralelamente a la pared de la quibla, para destacar la zona del califa respecto de la del pueblo. Los arcos poli lobulados sustituyen a la celosía tradicional, que originariamente separaba al soberano del pueblo; dichos arcos eran además portadores de decoración, de manera que pudiera destacarse la importancia de la maqsura y el mihrab. La arcada poli lobulada, que discurría junto a la zona central de la maqsura, se derribó al construir posteriormente en esta zona capillas cristianas y tumbas.

La cubierta consiste en una cúpula formada por una bóveda de 8 nervios, que se cruzan dejando en el medio un hueco cuadrado y alrededor otros triangulares y rectangulares. Estos huecos se decoran con bovedillas agallonadas o nervadas. La luz penetra mediante una corona de ventanas de arcos lobulados, que se abren en el muro entre los citados nervios. Caben destacar las riquísimas teselas, obra de artesanos bizantinos, que adornan los nervios de la cubierta. Las teselas, hechas de pasta vítrea, están cubiertas de oro o tratadas con brillantes coloraciones que alternan con otras de mármol.

FACHADA DEL MIHRAB

La zona del mihrab es la más emblemática de la ampliación de al-Hakam II. Lógicamente dada su importancia simbólica debe ser la zona más rica de toda la mezquita. Desde este punto se dirige la oración y frente a él se dispone la macsura o lugar reservado al califa y su séquito. Además, junto al mihrab se encuentra la Sala del Tesoro, la puerta del sabat o pasadizo que comunica con el alcázar califal y, por supuesto, el almimbar o púlpito desde el cual se realizará.              La fachada del mihrab y la cúpula que le precede al mihrab constituyen la parte más preciosa del edificio, ante la exuberancia ornamental que aquí se concentra, gracias al espectacular despliegue de mosaicos, cerámica, celosías, placas de mármol talladas con máxima exquisitez, pantallas de arcos entrecruzados, pinturas, etcétera. A esto hay que sumar la alternancia cromática de los soportes y la delicada talla de los elementos arquitectónicos (pilastras, capiteles, arcos, cornisas, impostas o molduras). En cuanto a los motivos más repetidos, están las bellas inscripciones, los motivos vegetales —más o menos naturalistas, más o menos abstractos—, así como las diferentes composiciones geométricas. Sección del mihrab (dibujo procedente de «Monumentos arquitectónicos de España»( 1879)). (Pulse en la imagen para ampliarla).El gran arco de herradura que da acceso al mihrab apoya sobre cuatro columnas, provistas de sus basas y bellos capiteles, que pertenecieron al mihrab realizado en el siglo IX por ‘Abd al-Rahman II en su ampliación. Estas piezas fueron intencionadamente conservadas por al-Hakam II para ser después instaladas donde hoy se encuentran, de ahí su carácter desproporcionado respecto a todo el conjunto.El mihrab propiamente dicho presenta planta heptagonal y se cubre por una bóveda octogonal de yeso que reproduce una gran concha. De nuevo debe señalarse la riqueza decorativa de este espacio, sus inscripciones, sus mármoles, etcétera.

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