Metáforas de la Educación: Conductismo, Crecimiento y Orientación Moral

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Metáforas de la Educación

Diversidad de Opiniones en la Educación

Aristóteles planteaba que no existe un único sistema para educar. La diversidad de opiniones se centra en la búsqueda de métodos que sean, a la vez, prácticamente útiles y moralmente eficaces. El desacuerdo surge al definir los ejercicios que conducen a la virtud, ya que no todos los seres humanos poseen las mismas virtudes. Por lo tanto, se requieren distintas opciones. La antropología y la educación están cada vez más unidas, ya que en el proceso educativo subyace el modelo de hombre que se quiere formar, aunque este no esté explícito o incluso el educador no sea consciente de ello. La educación es la puerta de entrada a la cultura.

La Importancia de las Metáforas en la Educación

Las metáforas en la educación no solo cumplen una función retórica, sino que representan una de las maneras en que un discurso puede ordenarse y estructurarse. Se consideran la base del sistema conceptual a través del cual entendemos el mundo y actuamos en él. Son la esencia de lo que queremos explicar.

Modelos Educativos

La Educación como Mecanismo: Metáfora Conductista

Esta metáfora concibe la educación como una maquinaria. Conductistas como Skinner, cognitivistas y empiristas como Locke, Berkeley y Hume, sostienen que mediante premios y castigos se pueden condicionar los comportamientos en los que se quiere incidir. Lawton critica esta visión, argumentando que el estímulo-respuesta no es suficiente para el conocimiento conceptual o la comprensión del significado, aunque sí para ciertos hábitos o técnicas. No se tiene en cuenta la libertad ni el comportamiento intrínseco de la manera de actuar en la sociedad. No es posible utilizar los medios de las ciencias naturales para explicar el comportamiento humano, ya que este es significativo. Los fenómenos naturales en su interrelación no son equiparables a la significación social que los seres humanos adscriben a sus interrelaciones. La acción no tiene por qué ocuparse de los valores, ya que considera la vida humana como una máquina y a los individuos como partes de la máquina social. Todo se reduce a términos cuantitativos. Si se reduce el estímulo-respuesta a la educación como si fuera un sistema mecánico, no se respeta la dignidad de la persona ni se proporcionan los medios para la comprensión de las dimensiones más elevadas.

La Educación como Guía: Orientación Moral

Esta metáfora ha tenido gran importancia en la historia, especialmente en la educación moral (religiosa o ética). Sócrates o Kierkegaard son ejemplos de pensadores que la han defendido. No solo hace referencia a estructuras y fines, sino también al fenómeno de la comunicación existencial. La retórica es el arte de presentar la verdad de manera que su brillo se haga patente en nosotros, para su acogida en el interior del sujeto. El ámbito científico está regido por las leyes de la lógica, pero la vida humana tiene una esfera más amplia con aspectos impredecibles e inciertos. Aquí es donde entra la retórica. La formación moral se adquiere por imitación, o mejor, por emulación. Así, el que enseña es la guía del desarrollo interior de quien aprende.

La Educación como Crecimiento: Metáfora Botánica

Esta metáfora compara la educación con el desarrollo de un organismo vivo. Una planta alcanzará la plenitud si no se le ponen trabas en el despliegue de sus posibilidades. Rousseau es uno de los principales defensores de esta visión, a veces utilizando el modelo botánico y las labores de jardinería como analogía. También se relaciona con la *child-centred education*, que se basa en dos conceptos: el desarrollo del niño y su interés. Según esta perspectiva, para impartir un conocimiento hay que esperar al desarrollo biológico de las partes del organismo que intervienen en las funciones que se van a adquirir, y además, hay que esperar a que haya signos de interés (la planta florecerá a su tiempo, tú solo puedes preparar la tierra o prevenir plagas). El profesor apoya los intereses de los alumnos, sin mucha programación o sin forzar su atención hacia cuestiones que ellos consideran irrelevantes. Hay que prestar atención a los deberes de los adultos, a veces más importantes, ya que deben facilitar su actuación como personas libres y responsables.

Críticas a la Metáfora Botánica

* En ausencia de conocimiento, es imposible que surja el interés. Por lo tanto, limitar la enseñanza a los intereses del niño es limitarla mucho para el futuro. Una de las funciones de la educación es ampliar horizontes y ámbitos. Exponer no es imponer. * Eliot considera que esta metáfora está hecha para justificar una corriente educativa y no para explicar cómo desarrollar la educación. * Dearden afirma que para enseñar a un niño a leer hay que esperar a que maduren sus ojos y su sistema nervioso para que entienda el significado del lenguaje, pero no necesita mostrar interés. Por lo tanto, es posible enseñar, aunque no se deba en todos los casos. * La crítica principal radica en que observar las leyes del crecimiento no implica necesariamente lo que *debe ser*. Además, lo que se considera interesante no siempre es sinónimo de deseable o necesario.

Aspectos Positivos

La metáfora botánica tiene elementos muy positivos, como la **autonomía personal**, ya que impulsa a comprobar personalmente la verdad de lo que se aprende.

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