Manejo Terapéutico de la Angustia: Enfoques y Técnicas para el Bienestar del Paciente

Enviado por Chuletator online y clasificado en Psicología y Sociología

Escrito el en español con un tamaño de 4,95 KB

El Paciente Angustiado: Abordaje Terapéutico y Estrategias de Intervención

L. Beutler (1990) señala que, con bastante asiduidad, los pacientes buscan reducir el nivel de las emociones angustiantes, mientras que los terapeutas, con frecuencia, intervienen para asegurar que, al menos, algo de la angustia esté presente para aumentar la motivación al cambio. Es común, entonces, que el terapeuta esté poco dispuesto a remover demasiado rápido la angustia, por temor a afectar negativamente el interés del paciente para trabajar en psicoterapia. Habitualmente se sostiene, aunque generalmente de manera implícita, que existe un nivel de angustia o tono óptimo, el cual debería mantenerse para que el tratamiento progrese positivamente (Frank, 1991).

Procedimientos para la Reducción de la Angustia

En cuanto a los procedimientos usualmente utilizados para reducir los niveles altos de angustia del paciente, se destacan o sugieren aquellos que permiten expresar y desahogar su carga de infelicidad, acompañados de una escucha empática por parte del terapeuta, ofreciendo reflejos y apoyo.

La Terapia de la Voz: Un Enfoque Cognitivo y Catártico

Por consiguiente, se recomienda utilizar los dos métodos de la terapia de la voz —el cognitivo y el catártico— los cuales pueden ser aplicados en varias fases de la terapia para optimizar su efectividad con tales pacientes. La terapia de la voz se refiere al proceso de ponerle palabras al marco de pensamientos negativos internalizados del cliente, y consiste en tres pasos:

  1. Elicitar e identificar patrones de pensamientos negativos, liberando el afecto asociado. Por ejemplo, el paciente expresa: “Siento que soy un inútil y que siempre voy a fracasar, por eso me angustia pensar en el futuro porque tengo mucho temor a fracasar y a no poder sostenerme por mí mismo”.
  2. Debatir las reacciones emocionales o provocar el insight verbalizando las voces. Cabe aclarar que los autodiálogos negativos, los mandatos familiares y las atribuciones erróneas pueden adquirir la propiedad de “voces internas”, que condicionan y regulan la experiencia subjetiva y el comportamiento del individuo. Por ejemplo, el terapeuta puede solicitar al paciente que exprese las razones o motivos por los cuales se siente que es un inútil y que, además, siempre ha de fracasar.
  3. Neutralizar o contrarrestar los autodiálogos alimentados por las voces, a través de la planificación participativa y aplicación de una experiencia correctiva apropiada. Se buscan evidencias y alternativas de pensamientos, cuestionando su sistema de creencias.

Terapeuta: “¿Qué evidencias tiene usted para decir que es una persona inútil y que siempre ha de fracasar? ¿Cuál podría ser un pensamiento diferente al de sentirse un incapaz?”

Técnicas Conductuales: Relajación y Respiración

Por otro lado, los procedimientos conductuales basados en la relajación dirigida y las técnicas de respiración diafragmática son útiles después de un período de descarga y expresión emocional. En situaciones de miedos y de ansiedad anticipatoria, se puede trabajar con una visualización agradable asociada a sugerencias para aumentar la relajación y para introducir pensamientos que enfaticen y refuercen la habilidad del paciente para afrontar situaciones estresantes. Por ejemplo, el terapeuta podrá instruir al paciente para que este se diga a sí mismo: “Me siento relajado y cómodo”, “Todo lo que tengo que hacer es superar este momento”. En tanto que las sugerencias brindadas por el terapeuta en la etapa de post-relajación también pueden resultar de ayuda, p. ej.: “Se encontrará capaz de usar la tensión asociada a su ansiedad como señal para parar, respirar, relajarse y ponerse cómodo/a”. Del mismo modo, la autoinstrucción (“Si controlo mi respiración puedo calmarme o tranquilizarme”) constituye una ayuda adicional para que el paciente maneje su angustia usando técnicas de autocontrol del estrés.

Manejo de la Angustia en Situaciones de Crisis

En situaciones de crisis, el monto de angustia suele estar muy incrementado, debido a que la persona presenta un estado de mayor desorganización, incertidumbre, confusión y desorientación, el cual compromete y altera muchas veces su normal funcionamiento. Es conveniente en estos casos que el terapeuta asista al paciente en crisis de manera tal que le permita hablar acerca de lo que le está sucediendo, y adoptando, a su vez, una actitud de aceptación y comprensión. Mantener una escucha activa y proceder al mismo tiempo de un modo muy directivo son otros de los procedimientos aconsejables para trabajar con pacientes angustiados en situaciones críticas.

Entradas relacionadas: