Luis mateo diez novela de la memoria

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La aparición en 1975 de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza supone el inicio del cambio narrativo, recuperando el viejo placer de contar historias que desarrollan una trama. Tendecias narrativas: Surgen numerosas tendencias narrativas de las que podemos destacar:

Novela negra o de intriga

Imitadora del género policíaco americano donde encontramos un buen número de autores como Manuel Vázquez Montalbán (serie del detective Pepe Carvalho, Los mares del Sur) o Eduardo Mendoza (El misterio de la cripta embrujada).

Novela histórica

Uno de los géneros de mayor éxito editorial desde los 80. Aquí destacan autores como Arturo Pérez-Reverté (las novelas centradas en el Siglo de Oro de El capitán Alatriste), Miguel Delibes (El hereje), José Luis Sampedro, Julio Llamazares (Luna de lobos) o Javier Cercas (Soldados de Salamina, con rasgos de metanovela)
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Metanovela

Autores como Juan García Hortelano y Enrique Vila-Matas representan esta corriente donde el propio arte de crear es el tema central.

Novela intimista o lírica

Tienen como protagonista una persona de mediana edad, que vive llena de angustia, en un mundo urbano, cuyos sentimientos se muestran como tema central. Autores como Juan José Millás o Luis Landero destacan en esta corriente.

Novela testimonial:

son historias sobre problemas sociales como la defensa de la mujer, las formas de ocio de los jóvenes. Siguen esta corriente Rosa Montero, Ray Loriga o José Ángel Mañas.

Autores:

Manuel Vázquez Montalbán: el personaje del detective Pepe Carvalho le proporciónó gran parte de su éxito literario, en novelas como Los mares del sur o Asesinato en el Comité Central. Eduardo Mendoza: novelas como El misterio de la cripta embrujada, La ciudad de los prodigios, Sin noticias de Gurb o El asombroso viaje de Pomponio Flato, le han convertido en uno de los escritores vivos de mayor reconocimiento.  Luis Mateo Díez: su novela
La fuente de la edad, ambientada en un mundo rural tratado de forma satírica le consagró dentro de la narrativa. Juan José Millás: emplea personajes angustiados y solos, que viven entre la realidad y un mundo fantástico buscando alguna salida a su desasosiego. Obras como El desorden de tu nombre, La soledad era esto o No mires debajo de la cama, son algunos ejemplos. Almudena Grandes: se inició con la novela erótica Las edades de Lulú, desarrolló posteriormente una narrativa de ambiente urbano en novelas como Los aires difíciles, Malena es un nombre de tango o El corazón helado. Javier Marías: novelas como Mañana en la batalla piensa en mí, Corazón tan blanco o Tu rostro mañana, juegan con el pasado como forma de interpretar el presente, empleando siempre material autobiográfico.  Antonio Muñoz Molina: novelas como Plenilunio, El invierno en Lisboa, Beltenebros o Sefarad, juegan con el relato de intriga y una mirada reflexiva sobre la historia española del Siglo XX. Arturo Pérez-Reverté: la serie de aventuras de El capitán Alatriste, es posiblemente su mejor creación. Otros títulos destacados son: El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, La reina del sur, La carta esférica o El asedio. Lite gallega, vasca y catalana: Manuel Rivas:
autor gallego que destaca por el lirismo de su prosa y la ternura de sus historias. Sus obras más destacadas son: La lengua de las mariposas y El lápiz del carpintero.
Bernardo Atxaga: su conjunto de relatos ambientados en la imaginaria Obaba, recrean los modos de vida vascos con un tratamiento de Realismo mágico. Destaca su obra Obabakoak. Quim Monzó: Realismo crudo y lirismo se mezclan en el relato. Su principal novela es: La magnitud de la tragedia.



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