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COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE

Su producción literaria es escasa (se conservan 50 poemas). Escribíó poemas amorosos y algunos burlescos, pero destaca, sobre todo, por las Coplas a la muerte de su padre, un poema didáctico-moral escrito con motivo de la muerte de su padre, don Rodrigo Manrique.

Se trata de una elegía en la que, además de expresar su dolor, reflexiona sobre la muerte y la existencia humana. Siente angustia por ello, pero le consuela saber que la conducta ejemplar de su padre en la tierra lo ha hecho merecedor de la vida eterna.

En total son cuarenta coplas de pie quebrado (o Manriqueñas), formadas por dos sextillas en las que alternan octosílabos y tetrasílabos con rima consonante (8a 8b 4c 8a 8b 4c 8a 8b 4c 8a 8b 4c).

Se dividen en tres partes por sus temas:

parte (coplas I-XIV): el poeta reflexiona sobre la brevedad de la vida y el escaso valor de lo terreno. Habla de tres vidas: la terrena (breve y llena de placeres y ambiciones), la eterna (inmortal y verdadera que se alcanza por los méritos) y la de la fama (por la que se sobrevive en el recuerdo de los demás después de muerto).

2ª parte (coplas XV-XXIV): el poeta habla de la muerte, que es igualadora, y utiliza el tópico del Ubí sunt? (¿Dónde están?): pregunta por personajes famosos, contemporáneos o del pasado inmediato para demostrar que están muertos u olvidados, víctimas de la fortuna, el tiempo y la muerte.

3ª parte (coplas XXV-XL): el poeta habla de su padre, recuerda su vida, en la que destacó como ejemplo de caballero, describe sus virtudes y explica cómo acepta la muerte (de forma serena y cristiana).


Los temas son tópicos; es decir, temas tratados anteriormente por los escritores clásicos y medievales:

· El mundo: es un lugar de tránsito en el que el hombre tiene la oportunidad de conseguir la salvación de su alma: No debe aferrarse a él, sino renunciar a los bienes terrenales (poder, riqueza, placeres…) por ser engañosos, fugaces e inestables porque sobre ellos actúan tres agentes ineludibles: la fortuna, el tiempo y la muerte.

· La fortuna: es un azar ciego que desencadena tragedias. Se representa como una rueda inestable que reparte caprichosamente felicidad y desgracia. Esta interpretación choca con el cristianismo porque para él todo se debe a la Providencia, pero para Manrique es un motivo más para que el hombre rechace los bienes mundanos.

 El tiempo: es fugaz. El presente se escapa, el futuro se convertirá en sucesivos presentes. Todo es pasado y el pasado es irreversible; por eso, es inútil que el hombre deposite sus esperanzas en lo terrenal.

· La muerte es igualatoria, imprevisible, inoportuna, destructora, ineludible y cruel, pero tiene un sentido trascendente. El hombre debe aceptarla con serenidad, considerarla un descanso y una puerta de acceso a la eternidad, tras una vida virtuosa cargada de sentido.

· Ubí sunt (¿dónde están?) La respuesta es el silencio porque este representa lo que queda de ellos; nada, por culpa de la fortuna, el tiempo y la muerte.

· La fama: es la consecuencia de una vida de honor, ejemplar y modélica, un consuelo para los que se quedan en el mundo y el medio para alcanzar la vida eterna.

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