Literatura Española de Posguerra: Tendencias y Autores Clave
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Literatura Española de Posguerra
La Novela de los Años 40
La novela de esta década se caracterizó inicialmente por su ideología conservadora o falangista, en continuidad con el realismo tradicional. Sin embargo, los primeros signos de renovación llegaron con dos jóvenes escritores: Camilo José Cela (La familia de Pascual Duarte) y Carmen Laforet (Nada). Estas novelas causaron gran impacto por razones ideológicas y de estilo. La censura impedía profundizar en las causas de la realidad problemática, pero la desesperanza que transmitían estas obras contrastaba con el triunfalismo oficial del franquismo.
Tendencias
- Novela Tremendista: La violencia, crueldad y falta de esperanza mostradas pretenden ser un revulsivo frente a las novelas heroicas y politizadas. La familia de Pascual Duarte, narrada en primera persona, ejemplifica esta tendencia con situaciones extremas y repulsivas. Se caracteriza por el uso de antihéroes, una visión pesimista de la vida, lenguaje directo y deformación de la realidad.
- Novela Existencial: Nada, también en primera persona, explora temas de angustia existencial como la opresión y la soledad, en situaciones extremas como la locura. El protagonista, individual y a menudo reflejo del autor, se mueve en un tiempo breve y espacios cerrados.
La Novela Social de los Años 50
A pesar de la censura, los novelistas dieron testimonio y denunciaron la realidad social y política, cumpliendo una función informativa.
Tipos
- Novela Precursora: La colmena (C.J. Cela) da testimonio de la sociedad. La crueldad con los débiles y la falta de valores éticos se atribuyen a la condición humana en general, sin denunciar específicamente el régimen franquista. El lenguaje es elaborado, con un personaje colectivo, narrador omnisciente, observador y subjetivo, tiempo no lineal y reducido, y espacio urbano.
- Novela Comprometida (Neorrealismo): El Jarama (R.S. Ferlosio) adopta un enfoque crítico, inspirado en valores democráticos y éticos universales. Logra un equilibrio entre forma y fondo, con personaje colectivo, narrador observador, tiempo lineal y reducido, espacio urbano, ambientes obreros y rurales, diálogos y descripciones minuciosas.
La Novela Experimental
Superación del Realismo Social
Se abandona la idea marxista de la literatura como arma política. El descrédito del realismo social, tras más de una década, coincide con el fortalecimiento político y económico del régimen. Los nuevos narradores rechazan la estética realista e inician una renovación del lenguaje y la experimentación formal.
Renovación y Experimentación
Tiempo de silencio (Luis Martín Santos) marca este nuevo periodo. Le siguen novelas experimentales como Cinco horas con Mario (Miguel Delibes). La narración no es lineal, el escritor ofrece fragmentos de la historia de forma desordenada, y el lector debe encontrar la coherencia. Los personajes tienen una psicología desdibujada, expresando la falta de identidad del hombre moderno. La acción es escasa, el tiempo no lineal, el espacio apenas descrito. Se utiliza el monólogo interior, ritmo lento, mezcla de registros lingüísticos, y secuencias en lugar de capítulos. El autor muestra una actitud crítica frente a la realidad social de los años 60 y 70.
El Teatro de los Años 40
Teatro de Evasión
El teatro de posguerra tardó más en renovarse debido a la censura, su naturaleza de espectáculo, la dependencia del público burgués y la desaparición de los dramaturgos de vanguardia.
Teatro de Humor
Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura lideran la renovación. El humor no es un fin en sí mismo, sino un instrumento. Tres sombreros de copa (Mihura), escrita en 1932, muestra la influencia del teatro del absurdo y critica las convenciones sociales.
Teatro Comprometido (Existencial)
Se opone al teatro de evasión, expresando el descontento y la angustia existencial. Destacan Historia de una escalera (Antonio Buero Vallejo) y Escuadra hacia la muerte (Alfonso Sastre).
Antonio Buero Vallejo
En Historia de una escalera, la frustración social e individual se hereda a través de tres generaciones. Otras obras importantes son El tragaluz y La fundación.
La Poesía de los Años 40
Tendencias
- Poesía Arraigada: Poesía de evasión que exalta el régimen. Temas: la patria y el amor. Características: lenguaje retórico y estilo clasicista. Autores: Dionisio Ridruejo y José García Nieto.
- Poesía basada en la experiencia personal: Se refugia en lo cotidiano y anhela serenidad. Temas: el paisaje, la familia, el sentimiento religioso. Características: lenguaje sencillo, verso libre, imágenes surrealistas. Autor y obra: Luis Rosales (La casa encendida).
- Poesía Desarraigada: Refleja la angustia existencial y la disconformidad. Temas: la angustia existencial y Dios. Características: lenguaje directo, tono tremendista, léxico del dolor y la muerte, verso libre y sonetos. Autores y obras: Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Blas de Otero (Áncia).
La Poesía de los Años 50
Influida por el realismo socialista, refleja el compromiso social y político. El poeta cree que la poesía es un arma de lucha política. Autores y obras: Blas de Otero (Pido la paz y la palabra), Gabriel Celaya (Cantos iberos), José Hierro.
La Renovación Poética de los Años 60
Contrarios a la dictadura, rechazan la interpretación marxista de la literatura. La poesía debe ser subjetiva, centrarse en la experiencia personal para la reflexión y la comunicación de sentimientos. Autores y obras: Claudio Rodríguez (El don de la ebriedad), José Agustín Goytisolo (Salmos del viento), Jaime Gil de Biedma (Moralidades), Ángel González (Áspero mundo).